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Todo se encontraba perfectamente preparado, le daría la sorpresa de su vida a RenJun.
El plan de JaeMin consistía en preparar un pequeño picnic a orillas del río y confesarle sus sentimientos al chino.
— ¡Nana! — La dulce voz del pequeño chico lo sacó de su pequeña burbuja, haciéndolo levantar la vista queriendo guardar esa escena por siempre en su mente.— Perdona por llegar tarde, el auto de Kun se detuvo a media avenida y tuve que venir corriendo.— Confesó.
RenJun vestía una playera blanca, jeans negros y unas zapatillas de distintos colores.
Se veía demasiado hermoso.
— Te vez... Genial. — Sonrió haciéndose a un lado para dejar que el castaño tomara asiento.— ¿Te parece si comenzamos a comer? KunHang me ayudó a preparar unos brownies de chocolate.
RenJun soltó una pequeña risa.— Me parece genial.— Confesó acariciando la mano del pelirosa.
Sería una larga tarde.
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7:21 PM
El cielo estrellado poco a poco se hacía más notable en toda la ciudad, JaeMin cada minuto se encontraba más nervioso.
— RenJun.— Giró su rostro observando al castaño. El chico al oír la voz del pelirosa se giró formando una linda sonrisa.
— ¿Sucede algo? — Preguntó de manera amable recostándose en la manta.— Anda, ven.— sonrió jalando al menor haciendo que cayera con cuidado a su lado.
RenJun giró su cabeza al mismo tiempo que la de JaeMin mirándose ambos fijamente.
— Me gustas.— Confesó el pelirosa.
— Tú también me gustas.— Sonrió el castaño.— Siempre me has gustado.— dijo acercando su rostro al del contrario.
Y sin esperar más.
Lo besó.
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