Volkacio "Destino o casualidad"

Cap. 16 Mal día

Narra Horacio:

Me sonó el móvil a las cuatro de la mañana, me fijé y era un mensaje de Volkov, me ilusioné y me puse nervioso:

-Horacio -Dime comisario.
-Nada, quería que miraras si me dejé la cartera en comisaría, pero ya me la ha traído Greco.
-Ah, buenas noches Volkov.

Me dejó en visto, la verdad no era muy simpático, solo ese día pero creo que era por algún medicamento que le dieron.

Me desilusioné y me dormí enfadado y llorando porque quería a Volkov aunque Claudio me tratara mucho mejor.

Al día siguiente fui al hospital para ver a Volkov antes de ir a comisaria como de costumbre, me encontré con Conwey por el pasillo:

-C: Bueno, ¿Como te fue ayer? -Me preguntó mientras me daba codazos.
-H: Ehh.. Pues bien.
-C: Pero ¿Tu no quieres a Volkov? -Preguntó curioso.
-H: mmmm... Si, pero no se, el me trata muy frío y Claudio me trata bien.
-C: Volkov es una persona difícil pero tiene buen corazón, nunca traicionaría a nadie.
-H: Lo se, pero por ejemplo ayer me habló solo para pedirme un favor a las cuatro de la mañana y después ni buenas noches.
-C: Hmm, pobre de mi Horacio-Dijo mientras posaba su brazo en mi hombro.

Estaba en la puerta de la habitación, pero me di media vuelta y me fui, no pensaba ir detrás de nadie, Gustabo me enseñó que la gente me tiene que valorar aunque no me queda muy claro como separarme de Volkov y hacer que note que estoy mal por el, le da igual como este.

Salí a la calle y me estaba esperando Gustabo, paramos en un callejón para ponernos las máscaras y después entremos a comisaria, después de unos atracos y persecuciones Emilio llamó a Gustabo:

Narra Gustabo:

-E: Tenemos otra misión para vosotros, os mando ubicación.
-G: Vale en veinte minutos estamos allí.

Nos quitemos las máscaras y nos digirimos a la ubicación, notaba a Horacio triste así que le pregunté:

-G: ¿Estas bien?
-H: Si, solo que hoy no entré a ver a Volkov.
-G: Bueno, no te preocupes está bien así te valorará más- Le dije serio, no me gustaba que estuviera mal por alguien que no se preocupa por el, aunque Volkov le quiera como compañero no lo demuestra lo suficiente.

Lleguemos a la ubicación, estaban Nadando, Emilio y un nuevo, vestido de negro y con armas .
Nos acerquemos a ellos:

-E: Vale, Nadando explicales.
-N: Os voy a dar cincuenta de heroína a cada uno y lo tenéis que vender en dos días sino adiós a esto y como tenéis información pues adiós a la vida- Nos explicó serio.
-G: Ok, lo venderemos.
-H: ¿Y el quien es? - Preguntó mientras señalaba al nuevo.
-Cu: Soy culebra.
-H: Hola, soy Horacio -Le extendió la mano con una sonrisa mientras culebra se mantenía firme, después de unos segundos bajó la mano incómodo.

Nos metimos al coche, guardemos la droga en el maletero, nos pusimos las máscaras y fuimos a comisaria para decírselo a Conwey:

-G: Conwey, tenemos otra misión.

-C: Decidme.
-H: Pues, nos ha dado cincuenta de droga a cada uno y la tenemos que vender en dos días.
-C: No vais a vender nada, a ver darme la droga.

Nos dirigimos al coche, agarró toda la droga y trajo un saco con dinero:

-C: Haí está el dinero, dentro de dos días se lo dais, mientras tanto guardarlo bien escondido.
-G: Entendido Super Intendente.

Nos metimos al coche, fuimos a casa, busquemos sitios seguros y nos decidimos por meterlo dentro del colchón de invitados.
Lo metimos e hicimos la cama para que nadie sospechara aunque no solíamos traer a gente a nuestra casa por tema de seguridad.

Volvimos a comisaria, nos pusimos las máscaras, el uniforme, en el vestuario nos encontremos con Brown, no era malo pero nos llevábamos mal:

-B: ¿Qué tal estáis powers rangers?
-G: Bien ¿y tu Browni? -Pregunté de forma irónica.
-B: De puta madre.
-H: Cuando quieras un combate a puños- Dijo derpente sin pensalo.
-B: Fuera de servicio cuando queráis, os voy a reventar.
-G: La esperanza es lo último que se pierde.

Fuimos a patrullar Horacio y yo tranquilamente hasta que nos llegó una notificación de suicidio, nos dirigimos a esa alerta nerviosos sin saber que hacer, era un compañero de la policía, nos quedemos boquiabiertos al verlo al borde de un puente, llorando y mirando al infinito.