Su cuerpo se desgonzó cuando la caja de plomo fue abierta. Su trasero quedó apoyado sobre sus talones y sus manos, atadas atrás, se retorcieron bajo la fuerza de las cuerdas.
Bruce le dio una patada ligera a la caja que tenía la kriptonita para evitar una exposición demasiado directa. Miró a Clark, perfectamente arrodillado frente a él y con el rostro perlado de sudor, mientras que sus azules ojos esperaban ansiosos alguna sucia orden para el disfrute de ambos.
—¿Qué diría el mundo al ver así a su 'Hombre de acero'? —Clark jadeo, quizá por el pensamiento que causaban esas palabras, por su posición o por la fusta que recorría los límites de su rostro mientras la dichosa frase era pronunciada.
Bruce movió su mano, en un giro de muñeca ya tenía la punta de la fusta en su mano, sus sus dedos reemplazaron la misma y, ahora, estos últimos acariciaban la barbilla de Clark. Se deslizó lentamente hacia atrás de su cabello, enredó sus dedos por las hebras finas y jaló hacia atrás.
Había algo emocionante en tener a Clark de rodillas. Probablemente, era la sensación de tener al hombre mas poderoso del mundo bajo sus pies, aunque, sabía de sobra, que eso ya lo tenía sin necesidad de usar la fuerza bruta.
Pero nunca estaba de más disfrutar en aplicarla.
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Bonito martes~
