Capitulo V

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Una tarde llegó de Jeon Jungkook el hijo del restaurador de cuadros, transportando en su carro dos grandes cajas llenas de cuadros

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Una tarde llegó de Jeon Jungkook el hijo del restaurador de cuadros, transportando en su carro dos grandes cajas llenas de cuadros. Su llegada constituyó un verdadero acontecimiento. Las cajas quedaron en el atrio; los criados se encargaron del joven y lo acompañaron a la cocina para que le dieran de cenar. Luego se unió a nosotros en el atrio grande, donde nos habíamos reunido previamente para abrir las cajas.

Yoongi estaba sentado y miraba distraídamente los viejos cuadros, casi todos retratos, que habían sido enviados a restaurar. Mi madre pertenecía a una antigua familia húngara, y la mayor parte de los cuadros procedían de mi familia materna.

Mi padre iba leyendo en una lista los títulos de los cuadros, y el artesano los iba sacando de las cajas. Ignoro el valor que podían tener, aunque eran antiguos y algunos muy curiosos. Yo los veía por primera vez en mi vida, ya que la humedad y el polvo habían ocultado las telas durante mucho tiempo.

- No había visto nunca este cuadro - comentó mi padre, señalando la tela que el
restaurador tenía en la mano-. Aquí, en un ángulo, figura el nombre, que pude descifrar antes de enviarlo al restaurador: Min Ignoy. Lleva la fecha de 1768.
Será interesante ver lo que ha surgido ahora...

Me acordé de aquel cuadro. Se trataba de una pequeña tela, sin marco, de forma
cuadrangular y tan ennegrecida por el paso del tiempo que jamás pudimos contemplar a aquel Min Ignoy, si es que en realidad se trataba de su retrato.

Jungkook exhibió la tela con evidente orgullo. Era un joven de rostro hermosísimo, y quedé asombrado por la viveza de su expresión. Pero lo que más
me asombró fue su extraordinario parecido con Yoongi. - ¿Te das cuenta, querido? - le pregunté -. Esto es un verdadero milagro. Eres tú mismo, vivo y sonriendo. Sólo le falta hablar. ¿No te parece extraordinario? ¡Mira, papá! Tiene también un pequeño lunar en la garganta...

Mi padre esbozó una sonrisa y dijo:
- Realmente, es de un parecido extraordinario.

Pero, ante mi sorpresa, no prestó mayor atención al hecho y continuó su tarea con
el restaurador. Por mi parte, sentía aumentar mi admiración a medida que
contemplaba el retrato. - ¿Me permites que lo cuelgue en mi habitación, papá? - le pedí a mi padre.

- Desde luego, querido - dijo -. Me alegra que te guste. Debe ser más hermoso de
lo que yo creía, si es que se parece tanto a tu amigo.

Yoongi no pareció haber oído el cumplido. Estaba sentado en un sillón y me contemplaba fijamente con sus hermosos ojos, con la boca ligeramente entreabierta y sonriendo como en éxtasis.

- Ahora sí que puede leerse bien el nombre - dije -. No es Ignoy. Parece escrito con letras de oro. El nombre completo es, Conde Min Ygnooi. Encima del nombre hay una pequeña corona, y debajo una inscripción: Anno Domini 1698. Yo desciendo de los Min.

- iAh! - exclamó lánguidamente Yoongi -. También yo creo que soy un descendiente lejano de esa familia. ¿Viven aún algunos de sus miembros?

- No creo que exista nadie que lleve el apellido. La familla quedó extinguida a raíz de la guerra civil, hace muchísimo tiempo. Las ruinas del castillo se encuentran a sólo unas leguas de aquí.

|El conde Min Yoongi| •MYG & PJM•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora