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« El poder de un par de zapatillas »
Regina y Emma se habían encaminado a la tienda de Gold, por lo que les había dicho allí encontrarían algo que les ayudaría a llegar a Neverland.
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- Exactamente que estamos buscando. - Emma tenía las manos puestas en la cintura, hacía un rato que estaban ahí paradas viendo a Gold buscar algo, ellas no tenían idea de lo que podría ser y él se negaba a decirles hasta que estuviera seguro de tenerlo.
- Aquí están. - Gold traía consigo una caja color vino y la llevó al mostrador para enseñarle el contenido al par de mujeres.
Con cuidado y con la esperanza de que no faltara ninguna Rumple abrió la caja revelando un par de brillantes zapatillas de plata.
- ¿Zapatos? - Exclamó Regina con desilusión, pues esperaba algo más. - Como diablos nos van a servir un par de zapatos.
- Estos no son zapatos comunes, son las zapatillas de Zelena. - Explicó brevemente Gold.- El farsante Mago de Oz se las dió porque tenían el poder de transportarte a cualquier sitio entre mundos. Cosas como estas siguen llegando a la tienda.
- Entiendo, ví la película. Entonces... ¿Cualquiera puede usarlas? - Dijo Emma tomando una de las zapatillas.
- Desde luego que no, verán... - Gold hizo una breve pausa dejando una mano en el aire. - Estas zapatillas conservaron un valor más que sentimental. Después de esa niña... Dorothy, fueron encantadas para que únicamente quién las portara llevara la sangre de Zelena.
- Pero ella desapareció.
- No me refiero exactamente a ella. - Regina y Emma se quedaron un momento examinando las palabras de Gold y entonces entraron en cuenta.
- Zelena tiene un hijo.
- Hija... Para ser más exactos. - Le corrigió Gold a Regina.
- Y... ¿Está aquí en Storybrooke? - Preguntó Emma a lo que él asintió.
- Que más nos ha ocultado Verdecita... En dado caso, ¿quién sería el padre? Si no sabíamos nada de ella es porque Zelena la abandonó o algo, de otra forma habría ido tras su hija durante su estancia en Storybrooke.
- Sé que tienes muchas preguntas pero el origen de tu sobrina no es importante ahora, lo que sí es que ella es la única que podrá hacer funcionar estas zapatillas. - Señaló Gold la caja. - Primero debemos asegurarnos de que aceptará la tarea que estamos por encomendarle.
