Scared to be lonely... Again

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Hace cierto rato se ha dado cuenta de que hay muchos agujeros de tierra cerrados. Lucen como tumbas. Una al lado de la otra en la larga calle que transita. Aun hace frío por el invierno que apenas termina. Sopla vapor caliente a sus manos y las frota.

Odia el frío. Más nunca saldría de Verona apenas llegara. Ahí neva cada dos milenios.

Detiene su andar al percatarse de que hay alguien. Desde donde está parece un hombre, pero no está muy seguro de ello. El cabello largo y la silueta lo confunden. Con pistola en mano mantiene distancia hasta que lo ve entrar en una tienda de plantas sellada hasta el último rincón.

Bueno... Algo debe tener el hombre, puede quitarle algunas cosas y seguir con su camino a Canadá si es que va por buen rumbo. Incluso puede preguntarle si es tan amable de mostrarle el camino en los mapas de mierda que aun en Italia a odiado a morir.

El único problema es que no se percata de la oscuridad invernal y los infectados no tardan mucho en hacer aparición tras sus italianas, inmunes y sabrosas carnes. Antes de formular un plan decente los infectados caen con un balazo en la cabeza; retrocede varios pasos hasta que sin nada cerca la puerta que cruzó el rubio es abierta por el mismo. Lo mira por un instante que pudo ser eterno por la debacle mental que tiene.

Es un hombre muy... Lindo. Lo permite cerrar con la ridícula cantidad de seguros. Pudo haber disparado, amenazado o mínimamente haber intentado inmovilizarlo. No sería difícil dada la delgadez de su "Anfitrión" y aparente debilidad. No obstante, la curiosidad y ansiedad pueden más que ese instinto básico e irracional.

Le parece muy lindo, quiere seguirlo viendo. Es un humano, algo que tiene mucho tiempo sin haberse cruzado. Lo ayudó sin pensarlo, ni siquiera pidió su ayuda y le evitó una persecución muy complicada de evitar seguramente. Lo ve de reojo, no tiene ni idea de que decir ahora.

Hace tanto que no está con otra persona que no sea el mismo o un perro que ¿Qué se supone que diga? En su vida imaginó que tendría problemas a la hora de saber cómo tratar a otro ser humano. Su rubio salvador parece esperar que mínimamente se presente. Al menos eso supone tras ver los agotados y ojerosos ojos azules. Se rasca la garganta y extiende la mano.

—Francesco Bernoulli.

Lightning McQueen. —responde. Hace una mueca y lleva la zurda a su cuello. A duras penas se entiende que habló. Francesco alza una ceja con extrañeza por ese tono inexistente y ronco.

—Lo siento. No tenías necesidad de presentarte también o... AlgoNo tiene idea de si haber dicho su nombre fue malo o bueno. Sea como sea, se llama Lightning, es lo que interesa de momento—. Tu eres quién hace-

— ¿Ah?Ladea la cabeza con expresión confusa y exagerada hasta cierto punto.

Te estoy diciendo que si-

— ¿Qué idioma se supone que estás hablando? No entiendo absolutamente nada.

No entiendo inglés.

— ¿Qué? ¿Qué dices?

¡No te oigo y no te entiendo nada!

Y ese fue el primer suspiro frustrado que dan por no entender ni una sola palabra del otro por más que hablen. Francesco puede apreciar el lugar iluminado con velas a más no poder. Hay platos con agua por todos lados y la cantidad de animales correteando lo deja sorprendido.

Principalmente gatos y dos perros enormes que lo olisquean.

Se hace muy incómodo, principalmente porque no puede explicar que hace ahí, Lightning no tiene como saber que pretende y ciertamente la sensación de que pueden dispararse se acrecenta con los segundos. Debido a ese aire tenso, Francesco decide dejar todas sus armas sobre una mesa y alzar las manos evidentemente vacías.

Weak to Silence || FranQueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora