art class

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-Te ves muy bien hoy, ¿seré yo o te rasuraste?-pensó Sunna mientras acomodaba sus pinceles. La clase de arte estaba apunto de iniciar y ella no podía apartar su vista del chico de la fila de enfrente con su grande suéter rosa.

Dos meses atrás, cuando ella entró a la escuela, no tenía intención de enamorarse de nadie, más que de la ciudad. Pero cada lunes a las 9:30 am, antes de iniciar la clase, Seokjin pasaba por el pasillo apurado con su gran mochila blanca y ese suéter rosa que le cubría las manos.

-¿Quién lleva una mochila blanca a la escuela?-pensaba muchas veces cuando lo veía caminar. Siempre tan callado, siempre tan solo pero siempre tan sonriente. Al parecer se llevaba con todos, pero al mismo tiempo, no solía platicar con nadie. Era cuestión de decisión propia, suponía Sunna.

A pesar de que su memoria no ayudara mucho para recordar el caminar de este chico por los pasillos, su aroma hacía que ella volteara la vista donde se encontrara, por alguna razón le recordaba a su hogar y no había día que no llamase su atención y llegara a su mente su rostro una vez más. Todos los días Sunna empezó obligar a su memoria a que trabajara más duro, que encontrara una razón para que Seokjin se quedara en su mente, tratando de que permaneciera en sus recuerdos.

-¿Porqué siempre decidía sentarse ahí quedándose callado y simplemente sonreír?- su mente solo daba vueltas y vueltas mientras mezclaba la pintura roja y blanca.

Seokjin era alto, delgado, ojos rasgados cafés, no parecía ser el chico que atraía a todas las niñas del colegio en Canadá, pero sí era el favorito de muchos maestros; su carisma y tranquilidad en clase hablaba muy bien de él.

Sunna sin darse cuenta sabía bastantes cosas de él; lo había escuchado hablar coreano con su madre por teléfono. Así que asumió que él no era de ahí, más adelante una tarde antes de salir de clases, ella se asomó hacia la oficina del director, donde se encontraba Seokjin con uno de sus típicos suéteres grandes, tenía cargando su mochila blanca, siempre limpia, y recogiendo con ayuda del director unos papeles.

Ella al escuchar la plática entre Seokjin y el director se dió cuenta que el venía de intercambio al igual que ella, pero no entendía como es que todos se llevaban con él, cuando ella solo tenía una amiga apenas, y sin contar que esta siempre dejaba sola a Sunna durante los descansos para ir a ver a su novia.

-Dios, me has estado mirando el doble de veces que solías hacerlo, así que ahora puedo ver más tu rostro.

Sunna pensaba y pensaba mientras limpiaba sus pinceles.

Hoy era un día como cualquier otro, pero la única diferencia es que aquel chico había estado volteando a ver varias veces a Sunna mientras pasaba el pincel por el lienzo y volteaba a ver a sus compañeros con una sonrisa que elevaba sus mejillas tiernamente. Seokjin solo se burlaba de su propia pintura y sus pocas habilidades para pintar, y su risa se escuchaba por todo el salón.

-Te sientas enfrente de mi, ¿pero será que sabes mi nombre?-habló en su mente.

-Sunna, oye

Ella alzó la mirada y la sorpresa la hizo tirar un poco del agua del vaso con el que limpiaba sus pinceles. Seokjin estaba parado a lado de su escritorio volteándola a ver detenidamente y al darse cuenta de esto rápido sostuvo el vaso de nuevo.

-¡Perdón! Creo que te asuste- sonrió.

-No, no, está bien, no fue nada-sonrió Sunna amablemente con la mirada hacia arriba.

-¿Tienes pintura café de casualidad?

Sunna volteo a ver a su escritorio y recordando lo que se había dicho en la clase, ella trató de esconder su risa.

-Solo estamos usando colores primarios, tienes que mezclar colores para tener el café.

-Pero todos están usando café.

-Todos tienen los colores para mezclarlo, son los que la profesora entregó.

Seokjin confundido la volteó a ver y se fue de su escritorió; Sunna no entendía el porque simplemente se regresó a su asiento, quizá había dicho algo que lo hizo sentir mal, pero realmente no entendía.

Antes de darse cuenta Seokjin había regresado al lugar de Sunna, tomando con cuidado todos sus botes de pintura, con sus manos llenas, tratando de que no se le cayeran junto con su bote de pinceles.

-¿Me ayudas?-preguntó el chico a punto de derramar un poco de pintura que traía batallando para asentar todo en el piso. Ella rápido como reflejo sostuvo de nuevo el bote de sus manos y agarró lo que se estaba cayendo de sus brazos.

-No, no. No lo asientes en el piso. Lo mancharás- le dijo alarmada viendo como él acomodaba todo sin cuidado alguno.

-Es que no quiero estorbar tu escritorio.

-No estorbas, asienta aquí tus pinceles- Sunna tomó su bote y sacó un pincel de ahí.

-¿En qué te ayudo?

-¿Cuales son los colores para mezclar el café?

Sunna rió, no podía creer que todo aquel desastre solo fue por esa duda. Ella con una sonrisa señaló la pintura roja y azul.

-Mira, solo tomas ambas y lo mezclas así- una hoja en blanco se llenó de manchones aleatorios y Seokjin hizo una cara de sorpresa.

-Oh, creo que realmente soy estúpido- rió cerrando sus ojos suavemente y sus orejas empezaron a hervir, Sunna notó como se iban poniendo rojas pero ella no mencionó nada y mantuvo esa sensación de ternura mientras lo miraba fijamente, él claramente sabía que ella había notado como su vergüenza hacía arder sus orejas, pero prefirió ignorarlo.












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⏰ Última actualización: Jul 30, 2020 ⏰

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the way i spoke. | seokjin fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora