5. HOGWARTS CASTLE

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5. CASTILLO DE HOGWARTS

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El resto del transcurso se pasó realmente rápido, o fue quizá que el conductor se tomó muy en serio eso de llegar a tiempo al castillo y por eso fue que llegaron más rápido de lo que Mel lo había creído. Estuvo con los niños el resto del camino, quienes no paraban de halagar a la chica diciéndole que era demasiado increíble

—Entonces en realidad también es tu primer año en Hogwarts —le dijo el niño de cabello castaño.

—Así es Alex —dijo sonriendo mientras bajaban del tren.

—¿Me enseñaras a conjurar el encantamiento patronus? —preguntó con emoción el niño de cabello negro.

—Quizá cuando seas más grande Richard. Aún eres un niño y no tienes porqué preocuparte mientras estés en Hogwarts —dijo con una pequeña sonrisa.

—¡Los de primer año! ¡Los de primer año! ¡Por acá prime año! —exclamaba un semi gigante.

Mel un tanto confundida y sin saber hacia dónde iba se dirigió al semi gigante, quien le saludó con una enorme sonrisa.

—¡Usted es la señorita Scamander! ¿O me equivoco? —preguntó a la chica.

—Esa soy yo, Mel Scamander, magizoologista y activista —estiró su mano y el semi gigante un tanto divertido la acepto.

—Un placer, Rubeus Hagrid, guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts.

—¡Increíble! —dijo con una sonrisa.

—¿Ya están todos los de primer año? ¡Bien! ¡Andando!

Resbalando y a tientas, siguieron a Hagrid por lo que parecía un estrecho sendero. Estaba tan oscuro que a Mel le pareció increíble, pero su vista se adaptó a la perfección, estaba bastante acostumbrada a la oscuridad. Vio a su alrededor a niños temblando de nervios y otros tratando de ver mientras achinaban sus ojos.

—En un segundo, tendrán la primera visión de Hogwarts —exclamó Hagrid por encima del hombro—, justo al doblar esta curva.

Todos los niños soltaron una exclamación al doblar por la curva. El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro.

—Increíble, amo los lagos —susurró Mel con un brillo en los ojos, pero el lago no fue solo lo que cautivo su mirada.

En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.

𝐂𝐔𝐑𝐄  (r. lupin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora