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La persona favorita
El tiempo no fue bueno. El pronóstico que dieron durante la mañana indicó un 83% de probabilidad de lluvia y poco sol, sin embargo, eso no detuvo a ninguno de los jugadores de Seidō para cumplir con su entrenamiento del día. Sólo pararon cuando el viento azotó los árboles que rodeaban el campo y la lluvia formó charcos en el terreno de juego, por lo que la actividad de volvió peligrosa.
El entrenador Kataoka ordenó que fueran a bañarse de inmediato para evitar cualquier resfriado y enseguida les dio las gracias por su esfuerzo. Los jugadores respondieron de la misma manera.
Sawamura, que comenzó a ir en dirección a los baños, fue jalado por Miyuki. Eijun estuvo a punto de quejarse por ser tomado del cuello con rudeza, sin embargo, Kazuya le sonrió con alegría y mofa, de esa manera en la que sólo él podía y su protesta murió en su garganta.
—Tómenos el camino largo, andemos un poco más bajo la lluvia, Sawamura. No tenemos muchas oportunidades en estos días para jugar con ella. También podemos compartir tiempo, este senpai se graduará en cuanto menos lo esperes y ya no podrá molestarte. —Kazuya se rio, burlón y nostálgico.
—Eres una persona horrible —dijo Sawamura, poniendo los ojos de gato que la gente había aprendido a relacionar con su nerviosismo.
—Pero soy tu persona horrible favorita, ¿no? Siempre quieres que atrape para ti.
Sawamura miró Miyuki, contempló su rostro y su cabello mojado, luego las gafas que tenían gotas de agua y cubrían los ojos color miel, y al final la sonrisa socarrona. Kazuya esperó una respuesta verbal, pero obtuvo una gestual.
Sawamura se sonrojó y se mostró más tímido.
—Lo sabía —dijo Miyuki, carcajeándose.
—¡No eres mi favorito! Mi favorito es el Chico Lobo —comentó Eijun.
—Mentiroso. —Kazuya volteó a sus alrededores para asegurarse de que no hubiese nadie cerca y luego volvió su atención a Sawamura. Se inclinó ligeramente para depositar un beso en la mejilla de Eijun—. Tú también eres mi favorito.
Sawamura soltó un gruñido por los nervios.
—Si me rasguñas te voy a rociar agua —dijo Kazuya.
—¡Miyuki Kazuya, cómo te atreves!
Kazuya se echó a reír con más fuerza. Definitivamente, Sawamura era su favorito, era demasiado fácil de irritar.
