【IV.-Under The Sun】

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1912
Arizona, Estados Unidos

Contempla al diligente muchacho, el cual está concentrado en hallar particulares guijarros en todo aquello que compone la tierra marchita de aquél yermo. Y, cuando lo hace, el rostro del joven se ilumina de tal forma que el euroasiático casi puede exonerar a aquél idiota de la ausencia de llamadas, cartas o postales.

Casi.

El ruso avanza por el polvoriento terreno, teniendo que retirarse su grueso sobretodo a mitad del camino. Calcula que están a casi 50°centrigrados o 122° Fahrenheit en la extraña escala utilizada por las naciones anglosajonas. Demasiado caliente para incluso rememorar la venganza que tenía en mente por el descuido del norteamericano.

Exhala pesadamente y se retira el constante sudor de la frente con uno de los extremos de su larga bufanda, pensando en cómo aquél idiota puede estar semi-desnudo en tales condiciones. Tampoco es que se queje de la visión de su usual amante con sólo más que un par de pantalones cortos capaces de escandalizar a su cejudo guardián.

De hecho, se recrea en el espectáculo de la piel tersa y bronceada del muchacho, preguntándose cómo se sentirá entrar en contacto con ella. Asimismo, tiene el ansía de comprobar si el sabor es distinto o si acaso las huellas de sus encuentros perdurarían por mayor tiempo en aquella dermis ya marcada por el astro rey.

E Iván planifica cómo dar pie a aquella investigación en lo que acorta la distancia entre ambos, percatándose de inmediato acerca de la renuencia del blondo por dirigirle la palabra.

T-o-n-t-o.

El más alto decide tragarse los posibles insultos por el bien de su maquiavélico plan a futuro, así que simplemente se queda de pie, al lado del norteamericano. Observándolo. Queriendo averiguar qué diferencia a Alfred del resto de sus amantes; dado que fuera de algunas ralas cualidades, lo encuentra particularmente enervante.

Incluso en ese momento le resulta irritante con su vano intento de desconocer a la encarnación junto a él. Niño tonto, preciado niño. Apenas un polluelo cuyas alas están por despegar y, extrañamente, Brangisky anhela presenciar el momento en el cual Estados Unidos de América sea el único en enfrentarle, porque está seguro de que lo hará.

Подсолнух. —Pronuncia lentamente el extranjero, porque sin duda Alfred es como un girasol en búsqueda del sol al igual que Ícaro. Por supuesto, caerá y observar ese desplome será bastante entretenido; casi tanto como ser testigo del quiebre de las naciones asiáticas, especialmente del arcaico Zhongguo (China).

—No me digas así. — Rebate casi empalmándose a la enunciación ajena —, ¡ni siquiera deberías estar aquí! — Alfred agrega a su rabieta, si bien no hay furia en su exclamación o sentimiento alguno. Lo ha dicho mecánicamente, por estar más atento al pedazo de roca que consiguió distinguir entre la multitud de cantos rodados.

—Parece mixto. — Asevera Iván tras minutos de observación a la pequeña porción de minerales —. Permítemelo. — Solicita, flexionando las rodillas para estar a la altura de su acompañante. Además, sin que Jones se lo indique, se coloca uno de los guantes dejados atrás por el rubio, con el fin de no contaminar más la muestra.

Alfred acata la petición.

Rompe su promesa con Kirkland al respecto de mantenerse apartado del ruso, porque es simplemente imposible hacerlo cuando realmente tiene curiosidad de saber su opinión al respecto de la porción de meteoro que consiguió obtener tras pasar toda la mañana rastreando por aquél sofocante desierto.

—No es una condrita... — Declara el ruso con asombro casi infantil, dado que tal categoría es la mayoritaria en los meteoritos —. No podría asegurarlo, pero reafirmo mi primera observación: es mixta, sus colores y... déjame ver tus apuntes... — Con sumo cuidado deposita la muestra en el frasco que el rubio le otorga.

—¡Lo sabía! — Manifiesta el menor con sumo entusiasmo y acto seguido muestra las anotaciones a su acompañante, con el que no tarda en discutir los pormenores. Es bastante probable que el meteorito sea un mesosiderito; es decir, que tenga una composición de metal y roca a similares niveles.

¡Todo un descubrimiento!

Especialmente porque sólo el 10% de los meteoritos pueden englobarse en esa categoría.

Oh, man! Exclama jubiloso el estadounidense, quien deja atrás toda pretensión para ceñir a su acompañante y besarlo con total naturalidad. No es una acción nacida de la adrenalina, es más un acto voluntario por parte del varón de mirada añil, el cual tiene que admitirse a sí mismo que extrañó aquél tipo de contacto con el odioso hombre entre sus brazos.

E Iván pasa su mano por aquellos húmedos cabellos, en un gesto afectuoso que aprendiese de Serbia y ahora aplica en alguien más, en Alfred.

—Comunista de mierda. — Musita el estadounidense, conmovido por el afecto del usualmente estoico europeo. Y Brangisky le sonríe, queriendo cuestionarle el porqué de su odio hacia la sublime ideología que el soviético espera se haga de un lugar más trascendental tanto en la continuidad de su gente como en la historia. Empero, guarda esa interrogante.

—¿Eso significa que también puedo besarte? — Profiere el mayor con genuina curiosidad, porque no sólo desea beber de los labios ajenos sino ejecutar sus hipótesis acerca de otras marcas en el ahora taheño cuerpo. Y hacerlo antes de que su permanencia en aquél lugar termine evaporando el resto de sus energías.

A toda respuesta, el norteamericano rueda los ojos y principia un ósculo que es correspondido con avidez, tanta que compele al enérgico muchacho a la grava, con su acompañante sobre de él. No es que realmente importe, porque tras meses de abstención lo único que es relevante es comenzar aquél tórrido reencuentro.

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ACLARACIONES

Подсолнух = girasol, flor demoniaca que persigue al sol.

•En junio de 1912, un meteorito de 190 kilógramos explotó sobre una ciudad de Arizona.

•En este fic, Al e Iván utilizan la clasificación clásica de los meteoritos: pétreos (condrita, acondrita), metálicos y metalocorrosos, con algunos elementos de la clasificación moderna que terminarán por consolidarse en los 70s, cuando los análisis químicos y microscopios se volvieron más exactos.

•Es confuso, sin embargo, en Rusia el comunismo nacido del marxismo y ejercido políticamente —no sólo social o ideológicamente— se desarrolla de la mano de Vladimir Lenin a partir de 1917.

•En 1912, la última dinastía imperial china es derrocada en la Revolución de Xinhai, dando pie a la República.

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