Evitando el elevador, corro por las escaleras subiendo hacia mi piso, subiendo dos escalones por cada paso que doy. No tengo que mirar atrás para saber que Milo sigue mi ritmo. Cuando salgo al pasillo, puedo ver que la puerta de mi departamento está abierta, abierta de par en par. Esto no puede ser buena señal.
Milo me sigue por el oscuro pasillo con paneles de madera, pero cuando llegamos a la puerta de entrada, me empuja detrás de él y entra primero. Se detiene en la puerta, y me pongo de puntillas para mirar por encima de su hombro.
Todo parece normal.
"¿Se han ido?", suspiro.
"Déjame revisar" él dice. "Quédate aquí".
Sonrío. La vieja Grace habría esperado de buena gana en el pasillo mientras el chico entrara a buscar, pero la nueva Grace tiene coraje y confianza... y colmillos.
Mientras Milo se mueve hacia por la izquierda del departamento, a través del comedor y alrededor de la cocina, yo escaneo la sala de estar dirigiéndome hacia al pasillo de atrás. Doy un vistazo en mi dormitorio, tomando mi teléfono de la mesita de noche y metiéndolo en mi bolsillo, luego reviso la habitación de Thane y el baño que compartimos. Milo me encuentra en el pasillo afuera de la habitación de mis padres.
Él frunce el ceño, pero no dice nada.
Juntos, caminamos hacia la última habitación del departamento.
Vacío.
"Se han ido", digo, derrotada.
No hay indicios de que haya ocurrido ningún tipo de acto violento aquí -no hay sangre, nada roto o fuera de su lugar-. Los monstruos que me perseguían se han ido. Seguramente se llevaron a Nick con ellos.
La escena anterior en el departamento se reproduce en mi mente. El jefe y sus matones no se habían visto demasiado felices con Nick siendo quien tomaba las decisiones. Nick amenazó con matarme, y pensé que nos estaba traicionando. En realidad los traicionó a ellos. No creo que traten muy bien a los traidores como él.
"Se ha ido", susurro. “Me salvó la vida sacrificándose a sí mismo. Ellos seguro lo matarán. Gretchen va a odiarme ".
"Grace", dice Milo.
Salto al escuchar el gentil sonido de su voz. Estaba tan perdida en mis pensamientos que olvidé que él estaba ahí. Volteándome lentamente de cara hacia él, no puedo ocultar la desesperación de mi rostro.
Él pone sus manos sobre mis hombros y baja la cabeza para mirarme a los ojos.
"¿Que esta pasando?" él pregunta.
Sacudo la cabeza, ya sea porque no puedo decirle o porque no puedo hablar del todo. No puedo confesar lo que está pasando. Además del hecho de que los humanos no se supone que deban saber que los monstruos y la mitología son reales y se vuelven locos en las calles de San Francisco, yo no quiero que él especialmente lo sepa.
Me gusta Milo, quiero decir, realmente me gusta y no quiero ahuyentarlo.
No quiero que me vea como otra cosa diferente a una chica común y corriente.
Así que miro hacia otro lado, incapaz de encontrar su mirada fija en mí.
"Claramente estás asustada", dice, bajando las manos. "Yo también, después de que, tras una suave brisa, te materializaste de la nada en mi campo de fútbol y luego les dijiste a tu padres que los monstruos encontraron tu casa..."
Mi mirada vuela hacia arriba. Ni siquiera lo pensé cuando dije eso por teléfono. Estuve tan frenética por asegurarme que mis padres estuvieran a salvo, que no me detuve para darme cuenta que Milo estaba escuchando.
"Entonces, ¿por qué no tomo un par de refrescos de la nevera", continúa, como si el mundo a su alrededor todavía fuera perfectamente normal. "Podemos sentarnos en el comedor, y luego puedes decirme qué está pasando".
Se da vuelta y se aleja antes de que pueda responder.
Mi corazón se acelera.
Por mucho que no quiera, por mucho que piense que es una idea horrible, él ya sabe demasiado. En este momento no tengo a nadie más en quien confiar. Tengo que mantener a mis padres están a salvo, mis hermanas y mi hermano están de vuelta en el abismo -o con suerte, a estas alturas, en el monte Olimpo- y el chico sobrenatural que vino conmigo para ayudarme ahora es prisionero de mis enemigos. Milo es todo lo que tengo.
Cuando me siento al otro lado de la mesa del comedor frente a Milo, mi coraje se desvanece.
Parece una cosa tan pequeña, solo unas pocas palabras. Pero cuando se trata de decirlas... Mi boca se seca.
Nuestra relación, sea lo que sea, sigue siendo tan nueva -tan nueva como el mundo del mito se volvió de mi vida-. Recuerdo lo difícil que fue para mí procesar, y
eso que es una parte de mí. ¿Cómo va a entenderlo Milo?
"Escucha, Grace", dice, sin mirarme. Él tiene sus antebrazos apoyados sobre la mesa, inquietos sobre un volante que hacía promoción a una serie de películas al aire libre, que mamá dejó fuera. "No nos conocemos desde hace mucho tiempo, así que entiendo si no quieres contarme".
Oh, pero eso no es cierto. Yo quiero contarle. Odio guardar secretos. Soy terrible haciéndolo. Quiero contarle todo a Milo. Sólo tengo miedo de lo que sucederá una vez que lo haga.
"Debes saber que me gustas mucho", dice, sin levantar la vista del brillante papel amarillo.
Mi corazón hace un pequeño flip-flop.
"Y que soy un tipo bastante abierto de mente", continúa.
"Yo ..." Me miro las manos. "Esto es algo realmente difícil de explicar".
Cuando miro hacia él, está doblando cuidadosamente el volante en formas cada vez más pequeñas -primero un cuadrado, luego un triángulo y luego un triángulo más pequeño-.
Dos cosas se conectan en mi mente. Cuando ví al unicornio en el abismo, sabía que había pensado en uno recientemente. Lo atribuí a algo que leí o al hecho de que Gretchen mencionó que lo había conocido, pero ahora realmente lo recuerdo.
Milo una vez me dio un unicornio de origami.
El cabello en mi nuca se eriza. Pienso en Nick de repente apareciendo en la vida de Gretchen y resultando ser más que humano. Hay algo especial en Thane también. Quizás Milo es más de lo que parece. Tal vez él y Thane no se hicieron amigos por accidente. Tal vez su interés en mí no es puramente romántico. Al menos eso tendría sentido.
"Haces origami", digo tontamente.
Él se encoge de hombros. "Sí. Cuando estoy nervioso ".
"¿Estás nervioso?"
Casi me río. Soy quien está a punto de decirle al chico que le gusta que soy una criatura anormal de la mitología, y él está nervioso. Por supuesto, ver aparecer a una chica salir de la nada y escucharla decir que los monstruos la persiguen es bastante aterrador. Él probablemente piense que tengo un problema mental.
"El otro día", le digo, "cuando estábamos almorzando, hiciste un unicornio de origami. ¿Por qué? ¿Por qué un unicornio?"
Él me mira a través de sus gruesas pestañas. "¿Honestamente?"
Asiento,
Levanta el pedazo de papel que ha estado doblando meticulosamente. Él tira de ambos extremos, y el papel aparece en forma de unicornio. "Es lo único que sé hacer."
Esta vez sí me río.
Por un segundo, comencé a creer que quizás Milo me había dado el unicornio como una pista de que él también es parte de este mundo mitológico. Tal vez esperaba que fuera el caso. Pero fue sólo una coincidencia, sólo mi cerebro asustado tratando de
ver una conexión que existe.
Tomo el unicornio de su palma extendida.
El alivio de que Milo sea un chico normal, con un interés normal en mí, me relaja.
yo. Por alguna razón, eso lo hace más fácil.
"¿Estás seguro de que quieres escuchar la verdad?" Pregunto.
"Sin duda".
Espero que se siga sintiendo de la misma forma en unos minutos.
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Sweet Legacy
FantasySíntesis La fantástica conclusión de la trilogía Sweet Venom, basada en mitología griega, de Tera Lynn Child, es perfecta para fans adolescentes de la serie Percy Jackson de Rick Riordan. Las chicas no pueden dudar mientras buscan la ubicación de la...