Sweet Legacy

Capítulo 13 Grace (parte 2)

"En caso de que aún no lo supieras", empiezo, "Thane y yo somos adoptados. . . . "
  Milo observa, concentrado, mientras le explico todo. Le cuento acerca de mis hermanas, sobre nuestra herencia mitológica, sobre la puerta, nuestro legado y la amenazante guerra que podría convertir a San Francisco en un campo de batalla.
  "Un grupo”, digo, “quiere detenernos antes de que podamos abrir la puerta. Creemls que Zeus, Hera, Apolo y algunos otros olímpicos forman parte de ese lado".
  Él no se inmuta cuando empiezo a nombrar dioses. Estoy impresionada.
  "Otro grupo quiere matarnos después de que abramos la puerta". Agacho la mirada mientras trazo figuras de ochos en la mesa. "Ese grupo está formado por la mayoría de los monstruos. No sabemos quiénes están de ese lado. Tal vez Hades y Ares porque, bueno, a ellos les gusta provocar problemas ".
  Él se mueve en su asiento, y miro hacia arriba para ver si está listo para salir corriendo. Aún no.
  "Nostros estamos atrapados en el medio", digo, describiendo la tercera y última fcción. "Un puñado de dioses, espíritus e incluso algunos monstruos quieren que abramos el puerta y que la custodiemos como si estuviera destinada a ser vigilada". Me encojo de hombros "Ese es el grupo más pequeño".
  Le explico todo, hasta el último detalle. A pesar de todo, Milo me mira atentamente.
  Luego le cuento que Nick fue hecho prisionero y mi misión de encontrar a mi madre biológica.
  "Logré encontrar su nombre en nuestros registros de adopción, y no estaba realmente apresurada por encontrarla. Pero ahora nuestros enemigos están tratando de matarla", le explico, "porque piensan que eso destruirá nuestros poderes".
  "¿Poderes?"
  Oh sí. Eso.
  "Um, puedo más o menos. . . " No puedo pensar en una manera fácil de contarle sobre la autotransportación. Tendré que mostrárselo.
Cerrando los ojos, me concentro en el espacio detrás de su silla. Hay una luz y entonces, cuando abro los ojos, miro la parte posterior de su cabeza.
  "Hago esto", le digo mientras le toco el hombro.
  Se da la vuelta en su asiento, sus ojos pálidos abiertos y sin parpadear. Se queda mirándome por varios largos y tortuosos segundos antes de decir finalmente.
  "Entonces realmente apareciste de la nada en el campo de fútbol".
  "Sí", digo, "lo hice".
  Vuelvo al otro lado de la mesa, de regreso a mi silla.      Milo se voltea para mirarme, sus facciones congeladas por el shock.
  Finalmente parpadea y se pasa la lengua por los labios.
  “Grace, yo. . . "
  Cierro mis ojos. Esta es la parte en la que decide que no vio lo que acaba de ver, que estoy completamente loca y definitivamente estoy delirando - delirando peligrosamente, quizá, pues le estoy hablando de morder monstruos y de la guerra que se aproxima- y que él debería estar tan lejos, lejos, tan lejos de mí como pueda estarlo. Como en Japón o en el Monte Everest.
  "Está bien", le digo, alejándome de la mesa. “Sé que esto suena loco. Créeme, lo sé."
  Empiezo a levantarme, pero la mano de Milo se envuelve suavemente alrededor de mi brazo antes de que yo pueda alejarme.
  "Espera."
  Me siento de nuevo, congelada, mirando el lugar donde su mano sostiene muñeca.
  Luego, su otra mano se desliza hacia adelante, debajo de la mía, haciendo que mi mano parezca un sándwich entre las suyas. Miro hacia arriba, con incertidumbre pero esperanzada.
  "Sí suena loco", dice, sus ojos pálidos mirándome, "pero tú no lo estás. Eres la persona más lejana a la locura que he conocido en toda mi vida".
  Trago saliva, esperando que caiga el otro zapato.                   "Entonces, si me estás diciendo que esto es cierto", -levanta las cejas - "entonces debe ser cierto."
  Sacudo la cabeza "¿Tú. . . " Seguramente lo escuché mal. "...Has perdido la cabeza?"
"Tal vez." Se pone de pie y me tira hacia arriba y hacia adelante. Mientras se inclina sobre el mesa, susurra, "Definitivamente".
  Sus labios son suaves y cálidos y son todo lo que necesito ahora. Son un conexión suave a algo real, algo no peligroso o mortal o que fuera a matarnos a mí, a mis hermanas o a mis amigos -algo. . . Perfecto.
  Cuando se aleja, sus ojos brillan -como un brillo humano normal y emocionado, no un brillo de monstruo o demonio del abismo ni nada.
  "Ahora", dice con una sonrisa que muestra sus hoyuelos, "¿cuál es el plan?"