Mientras el sol salía, la vida se veía gris y un tanto oscura. Ella estaba sentada frente a la ventana de su apartamento junto a su calendario en la pared; Sin pensarlo dos veces, Chloe fue a su almario y saco entre su montón de zapatos una vieja máquina de escribir negra, con las letras bañadas en dorado. Entre ceja y ceja no sabía bien como iniciar la carta: Se alteraba sin razón y daba vueltas a su apartamento tratando de pensar. “Te extraño...” A la basura. “¿Me extrañas?” otro papel tirado al cubo de basura. En ropa interior y con su largo cabello oscuro recogido se lanzó a la cama agotada y aun sin haber hecho nada en todo el día. Ella se sentía agotada como si hubiese peleado una guerra interminable, pero ¿Contra qué? O peor aún ¿Contra quién?
Se levanta y mira por la ventana, el día era gris y parecía que se avecinaba una tormenta... o tal vez era su imaginación. Decidió concentrarse y se sentó seria en su cama con la máquina de escribir entre sus piernas. Mirando al calendario noto algo extraño: Entre el primero de Octubre y la última semana del mes pasado... No estaba su periodo. Entre los días del calendario, Chloe marcaba con rojo los días de inicio pero ella no lo tenía ¿Cuánto tiempo se había retrasado? Al ver con más atención su calendario de flores lo noto. – Cuatro días tarde... – Se dijo a si misma nerviosa mientras se sentaba en la cama con la mirada baja. Entre un momento y otro de pensamientos, Chloe escucha una pequeña música en su cabeza; Un fino Chello tocaba entre sus tímpanos con una melodía lenta y tranquila se desafino violentamente y junto a este un dolor de cabeza para ella. Chloe se levantó con las manos en la cabeza y ruborizando la cara por el estruendo, se pone un fino vestido blanco y se deja el cabello recogido; Al mirarse al espejo nota y casi se deprime “¿Quién es esa chica?” Se pregunta a ella misma mientras se ve reflejada. Se pone unos zapatos negros y un largo collar hippie con el símbolo de la paz en negro: Al salir de su apartamento baja la escalera emocionada y ve hacia todos lados como una niña curiosa. Ella solo camino, ¿A dónde? Ella no sabía, ¿A qué? Lo descubriría en el camino... al ver una calle solitaria se fue sin pensarlo por ahí. De un segundo a otro, la música volvió; Más relajada, Más romántica y de momento dado que solo daba pasos en la cera para seguir al ritmo del Chello, Este desafina de una forma horrible y casi inenarrable. Con dolor Chloe solo se balancea entre las paredes tratando de sujetarse de algo para no caerse, su cara se arrugaba y sus manos no se apartaban de su cabeza: En un momento dado, ella termina cayendo de espaldas a un muro de ladrillos blanco con unas figuras pintadas con grafitito. Una briza fría paso por su lado poniéndole un mechón de su cabello en la cara, entre ceja y ceja se vio divertida y sonrió alegremente. Sin darse cuenta la música se detuvo y ella se cubría la boca con sus manos entre carcajadas sin sentido. – Creo que necesito un psiquiatra. – Se dice a sí misma en voz baja mientras sigue el paso lento pero seguro.
Sin dar mucho revuelo se encontró cara a cara con la catedral de Notre Dame donde gente por montones pasaba de un lado a otro sin verla, sin prestarle atención. Cada quien en lo suyo y Chloe que casi se sentía fuera de lugar, vio a una anciana mujer a lo lejos que golpeaba a algo con su escoba, una bola negra que parecía una pelota: Sin avisar y sin ser llamada, Chloe fue hasta la anciana mujer. – ¿Qué hace? – Le pregunta curiosa. – ¿Acaso eres tonta? – Le dice. – ¡¿No ves que este gato callejero me espanta a los clientes?! – Añade con rabia. Chloe ve hacia abajo y la bola negra se desenrolla y muestra sus finos ojos dorados, muy profundos y con una cara de lamento. Ella lo toma entre sus brazos y la mujer anciana le dice que se valla con él, eh incluso está dispuesta a regalarle un libro gratis por que se lleve al gato negro. Chloe se emociona y acepta el regalo llevándose el gato y un nuevo libro para su colección a casa. Una caminata un tanto lidiosa, Chloe vio como entre sus brazos el gato se acomodaba y cerraba los ojos para intentar dormir. – As de estar muy cansado. – Le dice ella al verle acomodarse muy fresco y relajado: – ¿Cómo te llamare? – Se preguntaba ella mientras se acercaba a su apartamento. Sin poder llegar a un nombre decide entrar usando su llave plateada y subiendo por las escaleras. Sus pies la mataban y solo quería descansar, sin embargo al entrar deja al felino sobre su mesa de madera junto a su laptop de color negro y este se acomoda para que le dé el frio; se enrolla y duerme. Mientras que Chloe sentada en la cama lo ve fijamente buscándole un nombre en su cabeza. En eso ve el libro que la anciana le dio y para que no se le olvidara; se levanta y trata de ponerlo junto a sus otros libros en una repisa de madera que tenía sobre la cama y en eso los demás libros se caen sobre ella. – ¡No! – Grita mientras queda atrapada sobre los libros; Al asomar la cabeza ve entre todos los libros. “Los juegos del hambre” Y “50 Sombras de Grey” entre los dos libros los toma uno en cada mano y tira el de 50 Sombras de Grey dejando en su mano Los juegos del hambre. Deja todos los libros en la cama y va hacia la cocina y vuelve casi de inmediato con una caja llena de galletas Oreo, pone en su equipo de música “Andrews Sisters - Don't Sit Under the Apple Tree” una antigua música de 1940 que la hacía recordar a su padre... luego ella se sienta frente a su ventana viendo la escalera de incendios para emergencia mientras el gato negro se tira sobre la cama. Chloe enciende un cigarrillo y de un pequeño jalón deja salir un aro de su boca hecho por el humo del cigarro: Esta se muerde los labios y trata de encestar las galletas al aro de humo sonriendo como toda una niña de veintidós años. Chloe voltea a ver al gato rendido mientras duerme y lo llama Grey con una sonrisa a lo que este ronronea y sigue durmiendo. Ella se quita los zapatos negros y los tira contra un rincón del apartamento. Se queda hay viendo a lo lejos del cielo mientras fuma y come las galletas con una mirada un tanto perdida pero curiosa.
ESTÁS LEYENDO
Le' Fume.
RomanceElla veía el mundo como una jaula, donde no podía ser libre. Ella no quería sentirse vacía. Ella estaba perdida y no sabia a donde ir. Ella era como un globo al viento. Ella era diferente, pero hermosa a su modo. Ella solo era Chloe Adams.