Al terminar mis clases me dirigí a la salida para ver si lograba ver a mis amigas. Saque mi teléfono para ver la hora y ahí en mi fondo de pantalla estábamos el y yo.
A veces me pongo a pensar los años que he estado incondicional a Damón, nuestros cumpleaños juntos. Y ahora, no existo en su vida de lunes a viernes, ni las borracheras de universitarios son tan crueles, podrías ir a una cualquier día de la semana.
Pero eso es, supongo, lo que fortalecía nuestra amistad. El decía que no quería arruinar mi reputación, pero ¿cuál? Preferiría estar a su lado y no solo poder observarlo a ratos.
Al principio sentía que era para que el tuviera nuevas amistades y se relacionara, pero es un fantasma ante todos.
—¡Hola! Tierra llamando a Phia.
—¡Ah! — reaccione. Mientras me lanzaba abrazar a Alessandra con quien conecte desde que le tiré su desayuno por accidente en nuestra antigua escuela.
—¿Por qué tan pensativa? —dijo y Moon soltó un gran suspiro —No.
Me salté algunas reglas, pero Damón de eso no se tenía que enterar. Necesitaba apoyo emocional así que hice un poco de trampa.
—Si, problemas con el sin sentimientos.
—Tienes que visualizar nuevas fronteras, basta de tropezar con la misma roca— dijo Alessa al momento que tomo mi mano y la de Moon para empezar a caminar a mi auto. Cabe mencionar que no eran muy fans de Damón.
—Como si fuera tan fácil —contesté.
—Suficiente mejor hablemos de otro tema, como la fiesta que se dará el viernes y significa que estás nenas van a mover las caderas —nos dijo Moon mientras aplaudía —No acepto, un no, por respuesta. Ahora caminen necesito alimento, Phia por favor no choques. Ahora muévanse.
Llegue a mi casa después de desayunar-comer con las chicas, mi papá todavía no llegaba del trabajo así que me dirigí a mi cuarto.
Me asomé cuidadosamente por mi ventana para ver si estaba Damón y madre mía, ahí estaba el en su balcón ¡Que rayos! Es que acaso hacen un pacto con las diablo-toallas, porque solamente no se deslizan y caen. Al parecer acababa de salir de bañar; las gotas de agua recorrían deliciosamente su cuerpo como si de chocolate se tratara, su abdomen marcado y esculpido por el mismo demonio. Que no daría por secarle yo con mi... —Phia, ¿estás ahí?
Y en ese momento el piso fue lo más cerca que tuve, y con los labios entumidos quede, pero de besar el suelo. Damón me estaba llamando y yo me lo estaba comiendo con la mirada ¡joder! Pero que modales los míos.
—¿Phia? —volvió a hablarme.
Me pare rápido del piso y asome mi cabeza por la ventana.
—Este si, ¿qué pasa? — trate de actuar lo más normal.
—¿Que te ha pasado en la boca? ¿Que estabas haciendo?
—Damón mi papá me está llamando, nos vemos el sábado.
Cerré la ventana y corrí a mirarme al espejo la boca de pescado que traía no era parte de mi imaginación. ¡Dios santo! Pero que suerte la mía.
Después de haber ignorado a Damón le mande un mensaje diciéndole que no se preocupara y la bella durmiente no se molestó en leerlo.
Pase el resto del día organizando tareas, un poco de intento de ejercicio y hable con las chicas. En la noche papá y yo miramos una película, terminó dejándome en las escaleras cuando no pudo cargarme como princesa porque estaba medio dormida. Como pude llegué a mi habitación y mi teléfono no paraba de sonar.
—No es sábado —fue lo primero que conteste al atender la llamada.
—Solo quería escuchar tu voz y desearte buenas noches Phia —dijo Damón con la voz mas áspera de lo inusual.
—¿Ya te diste palmaditas en la espalda para tranquilizarte?
—El único truco que viene de ti, que ha funcionado es tu voz.
—Lo tomaré como un halago, eres un ser maravilloso Damón no permitas que tu luz se consuma.
—Descansa Phia, buenas noches —y colgó.
—Yo también te quiero.
Les recomiendo el Dorama Esta bien, no estar bien.
— VESSANIA.
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Shadows Of Pleasure
Teen Fiction-Estoy tan cansada, necesito más de ti, no a ratos, no a medias, no a escondidas. Te necesito Damón o solo déjame ir por favor. Mentiría si no digo que me dolió, cuando escogió la segunda opción.