CAPÍTULO 3

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Estos días fueron un poco pesados, al no saber más de Damón

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Estos días fueron un poco pesados, al no saber más de Damón. La llama sólo fue un atisbo de que se iba encerrar por los próximos días en su mundo, pero ya era viernes y mañana lo vería.

Salimos de clase y las chicas estaban comentando sobre la fiesta de hoy.

—Y bien, que opinan si tomamos como en el cumpleaños de Adam —dijo Moon con diversión.

—¡No! —contestamos Alessa y yo, con caras de horror.

—¿Que paso en el cumpleaños de Adam? ¿Y quién es Adam? —dijo Sofía, una chica que acaba de llegar de intercambio y se nos unió.

—Verás mi querida Sofía, Adam es el típico popular que tiene abdomen de chocolate, no es tan tonto como parece y le gustan la mayoría de chicas de la universidad, pero su especialidad es intentar salir con Phia desde que era unos niños. Y sobre lo que pasó, ese día algo nos unió, a nosotras tres —nos señaló Moon —Un lindo y hermoso tatuaje.

—¿Que se tattuaron?

—Verás Sofí no tengo ganas de enseñarte mi nalga, empiecen a caminar quiero ir a apoyar al equipo de Alexandre —dijo Alessa mientras nos jalaba de la mano con emoción y cortando cualquier tema de la fiesta de Adam.

—¿Contra quién juega tu maravilloso jugador de fútbol? —pregunté.

—Contra tu fantasma —me susurro Alessa.

Esa respuesta avecinaba un poco de problemas, Damón es muy tranquilo a comparación mía, pero en el grupo de Alexandre, jugaba Adam, el cual Damón odia por robarme mi primer beso a los doce años, alega que se robó mi decisión he inocencia, si el supiera con quien fue mi primer beso.

Al llegar a las canchas de fútbol de la Universidad, trato de visualizar a Damón para desearle suerte como acostumbramos; es parte de las reglas no importa que día sea estaremos ahí, para el uno al otro, sea cual sea el tema nos apoyaremos.

Cuando visualizo a Damón el ya me estaba mirando, me hace una seña para vernos atrás de las gradas.

—Alessa guardame un lugar, por favor —le pido mientras empiezo a caminar.

—Pórtate bien —gritó.

Y ahí estaba el.

—Mi pelirroja.

—Ven aquí tonto —le dije mientras abría mis brazos, el sonrió y en unos cuantos pasos llegó a mi al momento que me cargaba, en un abrazo.

—Suerte —dije y besé su frente. Mientras me miraba con una sonrisa.

Me soltó, y caminamos de vuelta el atrás mío, como si nada hubiera pasado.

—¡Hey Phia! —me habló Adam y se acercó a mi.

—¿Que pasa?

—Quería preguntarte si, ¿vendrás a la fiesta de hoy?

—Si, ¿por?

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