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Al día siguiente, en su no tan larga búsqueda por JungKook lo encontró dentro del mar jugando con un niño no mayor de seis años. A él el agua no le llegaba más arriba de la rodilla y parecía totalmente preocupado por que el niño no fuera más profundo.
¿Qué no eran malvados? Percibió en la mirada del demonio algo de dolor al ver al pequeño salpicandole agua, aún así sonreía mientras le regresaba el ataque para divertirlo.

— Ya vete con tus padres —le escuchó decir salpicandole por última vez y el niño corrió en busca de ellos— ¡Ven al agua! —le pidió con un grito mientras secaba sus lentes de sol con el cuello de su camiseta de algodón.

— Paso —rechazó con una mueca y moviendo las manos también, odiaba el agua del mar y la sensación pegajosa que dejaba en su piel al salir. Jeon cortó la distancia entre ellos corriendo, alertándolo y le hiciera salir corriendo para huir, reaccionó tarde y terminó encima de su hombro como costal— ¿Qué mierda haces? Sueltame, idiota.

JungKook regresó al mar con cuidado de no resbalarse por la fuerza con la que las olas lo golpeaban y tiraban de él, una vez el agua de llegó a la mitad de sus muslos, dejó caer el cuerpo del ángel luego de contar hasta tres.
Continuó insultandolo mientras se quejaba por no poder abrir los ojos por el agua e intendando salir a ciegas, siendo retenido junto a su lado escuchando la risita burlona del pelirrojo.

— Quédate quieto —pidió entre risas, sostuvo su rostro para limpiarlo con la parte seca de su camiseta—. Eres como un bebé —le impidió salir, llevándolo más al fondo.

— ¿Para qué me quieres en el mar? — vociferó irritado, quitándose todo el cabello del rostro —. Eres un imbécil.

— ¿Nunca te diviertes? —se pasó detrás de YoonGi e impidió que este le diera la cara para poder trenzarle el cabello justo como lo llevaba el día anterior... O eso intentó—. Deja de ser un amargado.

— Ni siquiera quiero estar aquí, JungKook —trastabilló por el golpe de una ola y el nombrado se encargó de estabilizarlo—. ¿No puedes hacerme esto más fácil? —pidió con cansancio, extrañaba como era todo antes de que todo se fuera al carajo.

— Te estoy invitando a divertirte y disfrutar, tú eres el amargado que lo rechaza —simplificó sosteniendolo otra vez para que no se caiga.

— Sabes a lo que me refiero —replicó mirándolo directo a los ojos—. Necesito volver.

— Yo no quiero volver —replicó antes de irse más al fondo e ignorarlo.

YoonGi salió con dificultad y trastabillando por el movimiento de la arena bajo sus pies. Buscó las regaderas y se metió bajo el agua hasta dejarse de sentir pegajoso, tomó la toalla del pelirrojo para secarse la cara y cubrirse el torso. Pensaba en alguna forma de convencer al contrario de que se vaya.
Hurgó entre las cosas ajenas y tomó una botella para tirarse en un camastro bajo la sombrilla. Miraba al contrario saltar con las olas que aún no sé formaban y hundiéndose con las de gran tamaño, lucía divertido repitiendo eso sin detenerse.

— Supuse que aquí estarías —la voz femenina lo sorprendió, derramando parte de la cerveza sobre la toalla con la que se cubría—. Te traje comida para más tarde —le tendió una bolsa con un contenedor de plástico— ¿Ya son amigos?

Aceptó la bolsa con un agradecimiento y una sonrisa, la que se borró en cuanto escuchó lo último. Se hizo a un lado para dejarla sentarse en la parte alargada del camastro. ChaeYoung llevaba su melena recogida a duras penas en una pequeña coleta y algunos mechones más cortos colgaban a los costados de su rostro.

— ¿Por qué seríamos amigos? —replicó extrañado—. ¿Recuerdas por qué estoy aquí?

— Sí, pero estaban jugando en el mar y ahora usas sus cosas como si fueran tuyas —simplificó señalandolo para hacer énfasis en la toalla.

Llévame al cielo |KookGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora