La Novia De Osaka.

Capítulo 2 🍁

2

Era de día por la tarde, Hattori estaba sentado con un sentimiento melancólico mientras veía la puesta de sol lanzando piedritas a un río frente a él.

<< Ni siquiera me importa. >>
Pensó, pues la presentación había sido rápida. Dedujo que solo analizaron sus modales. Era un compromiso tan forzado, que solo importaba llegar al matrimonio.

Escuchó detrás a alguien deslizarse lentamente. Cuando se giró a su lado, una chica bien vestida con aparentes mismos sentimientos también perdió su mirada en el río.

Hattori frunció el seño, un poco molesto le lanzó una piedrita a los pies, logrando captar su atención de inmediato. Ella solo observó al chico con ojos caídos.

—Yo llegué primero. —dijo amargo.

La chica abrió su mirada.

—Ah, lo siento. —dijo desinteresada, a punto de darse la vuelta.

El moreno suspiro una vez más.

—Oye tú... —volvió a captar su atención. —Aquí hay lugar para uno más. —indicó señalando su lado.

Sin decir nada, ella se sentó a su lado. Cuando ambos se cobraron su historia, los dos entendieron muchas cosas.

—Mi primer amor murió debido a una enfermedad... —comenzó Heiji. —Ahora mi familia quiere que me comprometa con una joven quién no conozco para mejorar lazos entre familias...

Ella lo observo un poco asustada, pero de inmediato intento olvidar. Entre suspiros, habló.

—Mi familia me comprometió con un joven por la misma razón... —susurró.

—He. —rió Heiji. —¿No será que eres hija de la familia...? —dijo un apellido que casi parecía de la antigüedad.

La chica pareció más deprimida.

—Lo siento. —murmuró ella.

Heiji solo pudo compadecerse, ambos estaban en envueltos en aquella situación.

—Mi familia se la pasaba buscándome prometidos, ninguno lo suficientemente bueno o con tanto poder para su conveniencia... Supongo que la policía es muy poderosa... Decían que si no conocían pronto un marido adecuado... Tendría que casarme con Osaka. —rió con amargura.

—Que estupidez... Pero no hay nada que se pueda hacer. Si no me caso contigo mi familia correrá peligro. Es por el bien de este lugar, así que, piensa que te casaste con Osaka y no conmigo, Hattori Heiji. —indicó el joven sonriendo de lado. No le quedaba más que aceptar. —Vamos a casarnos de una maldita vez.

Él se levantó y la tomo de la mano, salieron corriendo de las cercanías del río.

"Al menos, serían amigos. "