-¡Chicos! –Isabelle los abrazo a los dos, Magnus se rió. –Me alegra tanto que ya estén aquí.
-Te ves hermosa. –Alec le dijo, acomodando un mechón de su cabello.
-Si. -Magnus estuvo de acuerdo.
No se sentía muy bien, lo primero que hizo al llegar al aeropuerto había sido correr al baño a vomitar. Y para poner la cereza en el pastel, después de una llamada que Alec había recibido, se había puesto raro.
-Tienes ese brillo de felicidad a tu alrededor. -Magnus continuo hablando. - Es sorprendente de la chica que golpeo el ramo hace dos años porque no quería saber nada de bodas. –Izzy se rió.
-Bueno, tal vez en el fondo si quería pero nunca lo supe hasta que Simon lo propuso. –Magnus se rió junto con ella.
-¿Y donde esta el afortunado? –Alec pregunto.
-Esta en el jardín, junto con Jace. Le diré a alguien que suban sus maletas.
-Claro. –Alec se adelanto, Magnus e Izzy caminaron detrás de el, pero antes de llegar, Izzy lo detuvo.
-¿Pasa algo? –Magnus sacudió la cabeza
-No, creo que solo esta cansado. -Medio sonrió. -Y tal vez nervioso de que su única hermana se case. -Izzy se rió.
-!Hola! –Clary llego, Magnus giro a mirarla y la abrazo.
-Hola, mírate estas preciosa.
-Parezco un palo con una aceituna. –Se quejo, Magnus e Izzy se rieron. –Es en serio, la espalda me duele, creo que camino medio abierta, esta niña pesa mas que yo.
-Ow, pero si te ves linda.
-Bueno, gracias .-Clary se rió, y Magnus le sonrió con ternura.
(...)
-Alec. –Magnus lo codeo, cuando ya estaban todos en la mesa, cenando. Alec lo miro. -¿Estas bien?
-Si. –Luego siguió la conversación con Jace que estaba a lado suyo, Magnus suspiro.
Revolvió un poco la comida de su plato, a decir verdad le habían dado nauseas horribles, no tenia nada de hambre y se sentía mal al no saber que diablos pasaba con Alec.
-Y Magnus, –Robert dijo, Magnus lo miro, -te gradúas este viernes. Tu Madre esta orgullosa, invitando a todo el mundo. –Magnus se rió un poco avergonzado.
-Si, me encantaría que fueran.
-Tenemos una casa en Seattle donde nos podemos quedar, así que cuenta con ello. –Maryse dijo.
-¿En serio? No lo sabia. Muchas gracias, en serio yo encantado de que puedan acompañarme. –Miro a Isabelle y a Simon. –También ustedes, pero con su luna de miel...
-En realidad, –Isabelle hablo, –Simon y yo hemos decidido aplazar la luna de miel.
-¿Qué? –Todos preguntaron, ellos se rieron.
-Isabelle tiene trabajo y yo también, solo nos tomaremos este fin de semana, y después tendremos una larga luna de miel –Simon explico. –Así que cuenta con nosotros. –Isabelle asintió sonriendo y Magnus sonrió emocionado.