"Todo es borroso, pero, él es lo único claro que puedo ver"
-Un mes después-
-Hola. –Magnus miro hacia el frente.
-Jack. –sonrió levemente. –Hola.
-Tu mamá me dejo entrar, dijo que estabas aquí.
-Sí, es el único lugar al que puedo salir. –Señalo alrededor del jardín, Jack sonrío.
-Pues tengo noticias para ti, hable con Rebecca y dijo que lo que dijo tu ultimo chequeo fue que el peligro paso.
-¿En serio?
-En serio
-Entonces ¿ya puedo salir?
-Puedes.
-Asombroso, porque de verdad que se me antoja mucho una nieve de limón con chamoy, oh y pollo con cátsup. –Jack hizo una mueca de asco. –No digas nada Jack, solo se me atoja. Estoy contento de que la época de los vómitos pasara y ahora solo sean antojos. –Jack se río, Magnus río un poco.
Sus ojos se sentían hinchados, y seguro se veían así. A veces sentía que ya no tenia más lágrimas que llorar, el vacío en su pecho se hacia más grande, y las ganas de vivir se iban.
Y de repente, su bebé se movía, daba pequeñas patadas, y su pecho se llenaba de emoción y alegría, su pequeño rayo de sol, su motor. Magnus tenía que estar bien, por su bebé, la única razón de su vivir.
-Entonces ¿puedes llevarme? –Jack asintió.
-Siempre.
(....)
-Puaj, es asqueroso. –Magnus se río.
-Sabe bien, oh, -agarro un pedazo de pollo, metiéndolo en la nieve de limón y luego comiéndolo, -oh, sabe genial.
-Qué asco. –Jack hizo una mueca de asco, Magnus rio.
Su celular comenzó a sonar y él lo saco, el nombre de Izzy brillaba en la pantalla. –Hola Iz.
-Hola Mags ¿Cómo estás?
-Mejor, estoy en la plaza, con Jack, Rebecca dijo que ya podía salir.
-¡Asombroso! Cuando vuelva tu y yo saldremos.
-Claro.
-Pero, hablaba para decirte que volveremos el martes, está todo listo.