Parte 2

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-Ese bastardo, si que es bueno escondiendo las cosas. -susurró para sí mismo.

-Payaso. -musitó alguien a su espalda, era Sasuke que sonreía burlón al ver que se exaltó un poco. -No metas tus narices en donde no te llaman.

-¡Hmph! No es como que me interesara, de veras.

-Hnm, mucho mejor. -dio media vuelta y se dispuso a pagar lo de su bolsa. -Adiós, perdedor. -se despidió y salió del lugar.

-Lo descubriré. -declaró el rubio en su mente.

     Uchiha Sasuke, se fijó en su alrededor y sonrió al saber que Naruto no lo estaba siguiendo, por lo que se desvió del camino a su casa y fue a una veterinaria cercana. Compró el alimento para Mayou y retornó a su hogar.

     Un día después, le anunciaron que tenía una misión con Ino y Shikamaru en la aldea de la neblina, debía apresurarse a pensar, aquella encomienda duraba 3 días, su mascota necesitaba alguien que lo cuide mientras él se ausentaba. Así que, aunque no le parecía la mejor opción, decidió contar con la ayuda de alguien en particular.

-¿Un hámster? -preguntó el rubio con una ceja levantada.

-Sí, ese es mi secreto, Naruto. - respondió arrepintiéndose un poco de haberle contado, aunque era su única opción, Sakura también tenía un misión lejos mientras que el rubio tenía misiones cortas y cerca de la aldea, privilegio que obtenía por haber participado en una de largo período, peligrosa y fuera de la aldea.

     Entonces como lo había planteado, dejó al rubio con Mayou.

     Extrañamente, no pensó que Naruto fuera malo cuidándolo, es más, al verlo jugar con él, supo que estaba en buenas manos.

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     Su misión terminó y con ello, regresaba a su casa. Al entrar comprobó que mágicamente su casa no estaba de cabeza.

-¿Naruto? -preguntó yendo hacia su habitación. Lo más seguro era que estuviera en su propia casa o haciendo alguna misión.

     Su idea fue descartada cuando lo vio acostado en su cama, plácidamente dormido. Suspiró y negó con la cabeza, sonrió de lado y salió de la habitación para ver a su hámster. En un pequeño silbido que realizó Sasuke, el animalito salía de la casita y se paraba en dos patitas. Comenzó a jugar con él y a darle de comer unos pequeños bocaditos, fuera enternecedor que alguien lo viera en ese momento jugando y sonriendo con aquel animalito.

-¿Quién es el más lindo? ¿Quién es el consentido? -preguntaba a Mayou mientras lo acariciaba.

-Vaya...

Al escuchar eso, su cuerpo se inmovilizó y pronto un sonrojo se instaló en sus orejas y mejillas.

-No pensé verte en esa faceta. -volvió a hablar el rubio con una sonrisa algo burlona en su rostro. -Que afortunado soy, estoy seguro que nadie te ha visto así de cariñoso.

-Lárgate. -ordenó Sasuke con su sonrojo más encendido.

-Sasuke, te prometo no decir nada. -sonrió el rubio. -No es algo por lo cual avergonzarse.

El azabache no dijo nada y solamente se dedicó a mirar hacia donde se encontraba Mayou.



Llorar no es malo (NaruSasu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora