Parte 3

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     Una mañana, no todo andaba bien. El pequeño Mayou había comenzado a tener mala salud, no comía y ya no se lo veía jugar, solo pasaba en su casita como si estuviera agotado. Eso preocupaba a Sasuke.
    
     Hacía lo posible para mejorar el estado de su hámster, pero todo parecía en vano, el pequeño poco a poco comenzaba a perder su vida.
    
     Naruto estaba al tanto de la situación y sabía que su amigo estaba conteniéndose, acumulando estrés, tristeza, pánico y angustia en su interior. En varios intentos de animarle no conseguía nada, hasta que por fin tuvo una solución y sonrió.
    
     Necesitaba tiempo y a una persona para llevar a cabo su plan para animar a Sasuke.
    
      Un día después, había culminado su plan y sonrió tan solo al imaginarse a Sasuke sonriendo otra vez. Sasuke estaba fuera en una misión y era probable que en pocas horas regresara. Pensó darle la buena noticia al momento en que llegara pero antes de ir a esperar a Sasuke en la entrada, se retrasó cuando la Hokage le pidió ayuda ya que Sakura estaba ocupada con otro pendiente.
     
      No se imaginó que Sasuke se adelantaría y llegaría a Konoha en menos tiempo de lo esperado, por lo que cuando iba rumbo a la entrada luego de haberse desocupado, no encontró a nadie. Y fue ahí cuando tuvo un mal presentimiento y siguiendo una corazonada fue de prisa a la casa de Sasuke.
     
      Cuando llegó, golpeó la puerta una sola vez y el azabache ya la estaba abriendo de prisa, en sus ojos se reflejaba una angustia y pánico total.

-¡¿Dónde está Mayou?! - el azabache tomó de los hombros a Naruto y lo sacudió al no tener una respuesta inmediata.

-Sasuke, tranquilo... -lo trató de calmar al verlo tan exaltado.

-¿Dónde está? -preguntó mientras su agarre disminuía y bajaba la mirada. -¿Qué pasó con él? -en su voz se notaba la preocupación y el desespero.

-¡E-está bien! -alzó la voz para mostrarse más seguro. -Él está bien. -volvió a decir viendo como el rostro de Sasuke se aliviaba.

-Qué bueno... - susurró en medio de un suspiro que trató de suprimir. -¿Dónde está?

-Lo llevé con Sakura, ella lo ayudará a sanar, su estado empeoró hoy así que no dudé en llevarlo con ella.

     Sasuke le agradeció con la mirada y por fin su rostro volvía a tornarse apático y recuperaba su postura. Luego de ello, se encontraron saliendo de la casa del Uchiha a toda prisa, rumbo a donde Sakura estaría con su pequeño Mayou. Al llegar a un pequeño salón cerca del despacho de la Hokage, extendieron su vista tratando de ver a la pelirrosa pero no la hallaron en ninguna parte, ahí tan solo se encontraba Ino con unos libros en sus manos, al aprecer acomodándolos en la estantería que tenía frente a ella.
    
-Ino, hola. -saludó Naruto, la rubia dejó lo que estaba haciendo para alzar su vista y saludar. -¿Has visto a Sakura?

-¿Sakura? -Ino pareció pensar antes de responder. Tanto Naruto como Sasuke se tensaron al oír a la rubia suspirar con tristeza. -Salió, supongo que fue a enterrarlo. -susurró mostrando un poco de desánimo. -Un animalito llegó aquí y por desgracia no pudo salvarlo. -les informó bajando la mirada. -¿Por qué?, ¿para qué la necesitas?

     Sasuke se congeló y Naruto no supo qué hacer en ese momento.

-Pero no se preocupen, Sakura volverá apenas...

En pocos segundos, el rubio ya se encontraba tras Sasuke que había corrido fuera de la torre Hokage y se dirigía a quién sabe dónde.

-¡Oigan! -gritó Ino en vano. -¡Ni siquiera me dejaron terminar! ¡ATARANTADOS!

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-¡Sasuke! -lo llamaba Naruto. -Espera, hablemos con Sakura.

-¡¿Que ayudará eso?! - gritó deteniéndose. -Mayou ya se murió, no sirve de nada.

-Sasuke... -susurró con impotencia.

-Me iré a mi casa. -susurró indiferente y comenzó a caminar lentamente.






  



Llorar no es malo (NaruSasu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora