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Haknyeon miró con el ceño fruncido a Sunwoo, no creyendo sus palabras, o acciones. La verdad es que no sabie qué hacer o qué sentir al respecto. Era raro, demasiado. Y esos ojos oscuros le estaban dando miedo, escalofríos en todo el cuerpo.

-Te vez tan virgen- Habia dicho él, entre risas. Acunando su rostro entre sus manos para robarle otro de esos besos, el castaño no pudo evitar soltar un jadeo, y es que nadie en toda su vida le había tratado con tal descaro. Y claro, él sabia besar y eso... Pero los besos que le han dado no eran iguales a estos que Sunwoo le estaba dando. Eran diferentes, más profundos y calientes. Como si sus labios estuviesen empapados de deseo.

Sus rodillas estaban sosteniendo su cuerpo, no supo en qué momento llegó a parar en el suelo. Lo único que sabía es que el menor le estaba, literalmente, rogando para qur le chupara la polla en ese momento. Aún con el orgulloso un poco destrozado no dejaba de comportarse como un completo idiota. Y eso le molestaba a nuestro cerdito de cabellos castaños, era molesto.

Aunque debía admitir, que sus manos se sentian bien estando sobre los muslos ajenos.

Sunwoo tomó con firmeza la mandíbula del mayor, aprovechando el jadeo que dejó escapar para introducir su lengua en equella cavidad húmeda y cálida. Frotándose contra la lengua contraria, se sentía en el cielo con sólo hacer eso. Y más cuando Haknyeon se animó a seguir esos movimientos, tomando de igual manera su mandíbula, aunque con un agarre suave y tembloroso, que debía reforzar cada dos por tres.

El aire se escapó de sus pulmones, pero eso no le impedía seguir, aprovechaba pequeñas oportunidades para tomar grandes bocanadas de aire, realmente se estaba esforzando; y todo porque Sunwoo le estaba llamando virgen.

No entendía que tenia de malo.

Pero bueno, Kim Sunwoo era un idiota. Un idiota demasiado caliente.

No pudo evitar sentirse mal cuando esos labios abandonaron los suyos. El menor soltó su rostro y él hizo lo mismo, deslizando sus manos poco a poco por sus hombros y pecho. Ambos se miraban desafiantes. Como si se estuviesen literalmente comiendo, y eso le gustaba al peli rojo.

-Creo que ver porno algunas veces sirve de algo -Susurró divertido, riendo mientras que sus dedos hacían el trabajo de alzar aquella prenda. Lo odiaba y todo, si, pero mentiria si dijiera que no quería verlo sin camisa, no ha tenido la oportunidad de hacerlo y... En cierto modo le daba curiosidad.

-Siempre sirve, cerdito. Ahora sigue con lo tuyo. - El mayor asintió, obedeciendo cual perrito faldero. Sunwoo retiró su camisa por completo, recostándose sobre el sillón, riendo como idiota al ver la expresión del castaño. Con sus mejillas sonrojándose hasta las orejas.

Sí, ese niño era muy lindo a sus vista.

Haknyeon tragó pesado, sintiendo sus manos temblar con cada centímetro de piel que sus dedos rozaban, y fue peor la sensación cuando los mismos llegaron hasta el borde de aquél pantalón negro y ajustado. Podia ver el bulto creciente entre ellos, y otro ataque de curiosidad le invadió por completo.

Comenzó a masajear con suavidad, pues era la primera vez que hacía esto a alguien, apenas y sabía como darse placer a si mismo. Patético, si. No tenia sentido en lo mas mínimo. Aunque no pudo evitar sonreír con autosuficiencia al escuchar un suave quejido.

Sus acciones era suaves porque tenía miedo de lastimarlo.

Volvió a tragar pesado, queriendo parar, desde el primer beso se estuvo gritando a si mismo para que dejara de lado su orgullo destrozado y se portara como un hombre. Lo cual sería imposible viniendo de él, y así, no estaría en esa situación si hubiese dicho que no desde el principio.

Ugh, pero igualmente queria dejar de ser virgen, quería experimentar lo mismo que aquellos chicos de esos videos sentían al tener cualquier cosa grande metida en el culo.

Mordió su labio inferior con nerviosismo, soltando el botón con sus manos temblorosas, y bajando el cierre para, difícilmente, liberar aquella erección atrapada en esa ropa interior negra.

Jadeó, si no podia meter un poco de banana a su boca sin atragantarse, no se imaginaba como sería si tuviese... Eso entre sus labios.

-Hazlo ya- Lé escuchó decir entre un jadeo ahogado. Y Haknyeon... Lo único que pudo hacer fue obedecer, no le quedaba de otra. Dudaba con cualquiera de sus movimientos, sentía aquella mirada encima suya y esto le ponia demasiado nervioso. Joder, queria que dejara de verlo, casi atragantándose con su saliva, tomó el borde, y haló hacia abajo descubriendo aquella erección que por poco y le golpea en el rostro.

Estaba comenzando a pensar que esa mirada contenía una rara especie de hechizo o algo así, porque no se explicaba que hiciera lo que quería con tal facididad. Y es que, su subconsciente gritaba para que se detuviera. Pero él no hacía más que acercarse, hasta el punto en que sus labios estuvieron sobre el glande.

Escuchó un gemido suave, a la par que sentía una mano posándose en su cabeza. Haciendo presión hacia abajo.

Y claro, se vio obligado a abrir su boca, ahí fue cuando esa mano apartó, dejandole libre y con la punta del todo entre sus labios, miró hacia su dirección confuso, sin saber que coño hacer, para Sunwoo, esto fue demasiado caliente, no pudo evitar gemir por tal imagen. Se veía hermoso estando así.

Haknyeon jadeó, cerrando sus ojos con fuerza, obligandose a ir descendiendo lentamente. Todo mientras escuchaba como esa respiración se cortaba, a medida que bajaba. Volvió a subir, tomando aire, sintiendo que iba a llorar si seguía. Pero debía hacerlo si no queria que el menor le contara a sus amigos que era un total virgen y que no sabía hacerle una simple mamada a una polla grande.

Se armó un poco del valor que no tenía para mirarlo nuevamente, y no hizo falta que Sunwoo hablara, una seña con sus dedos hizo que el mayor obedeciera, apreció como iba acercándose hasta su glande nuevamente. Lamiendo el mismo con lentitud, bajando por los pliegues hasta el tronco del mismo, pequeños gemidos se le escapaban porque era la mejor sensación del mundo.

¿Había alguna otra palabra para dirigirse a esto? Porque su diccionario no estaba disponible.

El mayor se concentró en estimular su glande, subiendo y bajando su cabeza a medida que rozaba su lengua una y otra, y otra vez, sobre el falo. Jadeando por la falta de aire. Con su mano libre decidió masturbar lo que no entraba en su boca, y no es que... no quisiera, sino que le daba miedo ahogarse. Mientras que bajaba sus dedos hasta los testículos tensados del menor.

-Maldición...- Gimió, enredando sus dedos en esa cabellera castaña, marcando su propio ritmo, murmurando que asi debía hacerlo, porque así le gustaba. Un ritmo algo rápido, pero lo bastante lento para que Haknyeon no se ahogara con su propia saliva. Era todo un desastre de sonidos sucios.

Tratar de aguantar era imposible, esa boca era tan estrecha como un culo virgen. Aunque claro, un culo virgen era más estrecho que eso. Pensar esas cosas hizo que una oleada de placer le invadiera de pies a cabeza, soltando un gemido más alto que los otros, dejando salir su semilla dentro de aquella boca.

Ugh, fue muy rápido.

Respiró profundamente, calmándose. Jadeando por el buen orgasmo que sacudió su cuerpo de tal manera.

-¡Ah! Joder, ven acá -Sus manos tomaron el rostro del mayor, uniendo sus labios tan rápido como estuvo separado de su pene. Gimió en su boca, bajando sus manos hasta la pequeña cintura de Haknyeon, invadiendo su boca, importándole poco el sabor a semen en la misma. Le gustaba porque estaba impregnado del sabor de nuestro pequeño cerdito peli castaño.

Haknyeon se sentó sobre el regazo ajeno, fue despojado de sus prendas tan rápido que ni cuenta se habia dado, sus labios se unían con los de Sunwoo una y otra vez, las manos del menor tocaban todo su cuerpo, le estaba comenzando a gustar demasiado el cosquilleo en su vientre con cada roce.

Se molestó cuando el pelirojo separó su cuerpo por un momento, estaba erecto nuevamente, y Haknyeon seguía con aquella erección, la cual no bajaría si no hacian algo pronto.

—Entonces... ¿Vas a abrir tus piernas para mí?

。†.爸 ↭ SunHakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora