IX

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Tiempo después la reina Park, así es, la madre de Jisoo decidió dejar todo en manos de Rosé ya que ella decía que estaba muy vieja para seguir con sus deberes reales

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Tiempo después la reina Park, así es, la madre de Jisoo decidió dejar todo en manos de Rosé ya que ella decía que estaba muy vieja para seguir con sus deberes reales. Sentía un cuerpo sobre el suyo mientras sentía que le daban un beso en la mejilla, ella sonrió y después abrazó a aquella persona.

- ¿Tan temprano despierta? - preguntó

- Hoy es un día especial y lo sabes - sonrió su acompañante.

- ¿Qué día es hoy? - fingió no saber.

- Muy graciosa

- Hoy mi princesa cumple su mayoría de edad y blah blah, aburrido - la reina cerró sus ojos de nuevo.

- ¡Mamá! - exclamó Elen antes de comenzar a llorar.

- No mi amor, no llores - la abrazó.

- No lo haré pero me lastimas.

- Ya, sabes que es broma - se separó de su hija.

- ¿Iremos a ver a mamá? - preguntó mientras bajaba de la cama.

- Si, cariño. Sólo deja arreglarme para que vayamos al pueblo a comprar las flores y de ahí nos vamos al cementerio ¿de acuerdo?

- Si, iré con mi abuela. Te espero abajo - salió una alegre Elen escaleras abajo.

- ¡Elen!

- ¡Aquí estoy abuela! - llegó a donde estaba.

- Ay, niña. Te vas a caer - sonrió, sin duda esa niña fue lo mejor que les pudo haber pasado - ¿Y tu madre? - dijo mirando las escaleras.

- Se está alistando, iremos a ver a mamá - sonrió con tristeza.

- Ven aquí - abrazó a su nieta.

- La extraño, mucho.

- Todos lo hacemos, cariño. Pero tenemos que seguir adelante - se separaron - Bueno, ve con tu madre, tienen que venir antes de que lleguen los invitados.

- Si, no me perdería mi propia fiesta - Y volvió a subir las escaleras.

- ¡Lis! - un grito muy agudo se escuchó por toda la casa - ¡Lisa! - sin repuesta - ¿Diablos, Manoban donde estás? ¡Ah! - el primer quejido.

- Aquí es, cariño - dijo Rosé, dejando las flores en la lápida donde ahora descansaba Jisoo.

- Mamá era muy linda ¿verdad?

- Si que lo era - suspiró Rosé.

- No recuerdo mucho de ella y es frustrante, si no hubieran pinturas de ella, no sabría como era.

- Tranquila, Elen. Ella fue una gran madre y te juro que lo seguiría siendo, serías una princesa muy consentida - abrazó a su hija.

- ¿Más?

- Tu abuela te consiente mucho, hablaré con ella.

- No harías eso - se separó para mirarla.

- No lo sé - sonrió.

- Mamá dice que estará muy molesta contigo si hablas con la abuela sobre eso - dijo mirando la lápida.

- No lo haré, cariño. Estoy segura que Jisoo si se molestaría - Elen asintió y siguió mirando.

- Me gustaría que llegaras a mi fiesta y me diera una gran sorpresa - una lágrima bajó por la mejilla de Rosé - sería el mejor regalo de cumpleaños que haya tenido, pero lastima que no pasará - intentó sonreír - Te quería decir que mi tío murió meses después que tú te fuiste. Gracias por estar conmigo desde antes que naciera, en qué momento te perdí, en qué momento te perdimos. Gracias por dejarme con Rosie, es una excelente mamá, algunas veces muy sobreprotectora pero apuesto que serias el triple, la quiero mucho y cuidaré de ella. Te amo, Jisoo. Te amo, mamá.

- Tenemos que irnos, cariño. La abuela ya debe de estar recibiendo a los invitados - interrumpió sus pensamientos Rosé.

Tal vez piensen que la reina Park ya olvidó a su amada pero no, al contrario, cada día que pasa la extraña pero Elen es quien le da fuerzas para seguir; no hay día en que no sueñe con Jisoo, a veces son los sueños más hermosos y otras veces son pesadillas, recreando el día en que pasó todo.

- Todo el pueblo ya está en el castillo - dijo Elen mirando el pueblo casi fantasma.

- Así es, tenemos que darnos prisa - siguieron caminando hasta llegar y entrar por otro lado ya que todavía se tenían que arreglar y eso fue lo que hicieron. Salieron de la recamara pero antes de que bajaran las escaleras.

- Felicidades, mi pequeña - abrazó a su hija.

- Gracias, mamá.

- ¡Lalisa, ah! - las contracciones eran cada vez peor - ¡Manoban!

- ¡¿Amor?! - dijo entrando a la recamara.

- Amor ni que nada ¡ayúdame! ¡Ah! - otra.

- Si si, solo - Lisa no podía estar más nerviosa que nunca - ¡vamos al hospital!

- ¡No me grites! ¡Ah! Lili, la fuente.

- A ver, mi amor. Respira - No sé de dónde sacó fuerza suficiente para cargar a Jennie estilo nupcial y salieron de la casa.

- ¡Abre!

- No traje las llaves - en ese momento Jennie quería matar a Lisa.

- ¡Yo las llevo! - se escuchó a lo lejos - Vengan, mi auto está por aquí - dijo una joven que salía de un camión de mudanza.

- Respira, mi amor - dijo Lisa una vez dentro del auto, mientras ayudaba a su esposa a respirar.

- Lisa ¡Ah! - y otra - dame tu mano - así lo hizo.

- No tan fuerte, Nini.

- Calla, Manoban que tú no eres la que va ha dar a luz, Dios.

- ¡Llegamos!

Momentos después...

- Gracias por traernos y bienvenida al vecindario... - la miró esperando su nombre, ya que ella de ahora en adelante seria su nueva vecina.

- Jisoo, Kim Jisoo, gracias y no hay de que - Sonrió.

- ¿Y qué te trae por aquí? - preguntó Lisa, intentado distraerse en algo mientras su esposa estaba a punto de dar a luz.

- Sufrí un accidente y debido a eso no recuerdo nada, vine aquí por que algo me decía que lo hiciera, ya sabes cuando...

- ¿Quién es la madre del bebé? - interrumpió una enfermera.

- Soy yo - sonrió Lisa, más feliz no podía estar.

- Sígame - Lisa miró a Jisoo y la última asintió dando a entender que hablarían después.

- ¡Lisa! - la llamó antes de perderla de vista - ¡Muchas felicidades!

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Fin.

𝐓𝐇𝐄 𝐅𝐋𝐀𝐆 [𝐂𝐇𝐀𝐄𝐒𝐎𝐎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora