Cuentos para dormir

1.5K 215 162
                                    

Shen QingQiu es un lector y crítico por lo que busca cuentos interesantes para sus hijos que salieron completamente diferentes en gustos entre ellos, pero comparten en común el gusto de escuchar esas historias mientras Shang QingHua, como el Avión Disparado Hacia el Cielo, se autoadjudicó la tarea de inventar los cuentos perfectos para sus dos damicelas en las que pudiera cubrir todos sus gustos y dejarles un mensaje encantador.

No lo saben, pero llevo meses pensando el cuento para Shang QingHua... MESES y esa es la razón del hiatus de este fic en particular.... jejjejeej

Mis respetos a los que escriben cuentos para niños, jamás pensé que podría ser algo tan duro y eso que los niños receptores son ficticios. JAJAJAJA Also, espero que le gusten los cuentos xDDDD

-------------------------------------

El héroe de la espada de fuego

Shen QingQiu estaba sentado al lado de la cama de los niños mientras Luo Binghe terminaba de limpiar la mesa. Los tres estaban acurrucados en su cama, aferrándose cada uno con más o menos energía a las mantas cuando el mayor habló.

«Entonces, el héroe armado con solo su espada que llamaba el poder del fuego corrió veloz como el viento hasta cruzar el puente roto de un salto. Una vez adentro, luchó contra los malvados secuaces del rey malvado y los derrotó gracias a la danza marcial que había aprendido de su maestro…»

Los niños se aguantaban la respiración, asombrados.

«Y en ese momento, después de tantas batallas, de ver su pobre reino con los campos quemados fue que todo recobró sentido, pues la princesa que tanto amaba estaba a solo unos pasos de él, atada por los cables vinculantes inmortales que le impedían usar su cultivación…»

Luo Binghe que iba y venía se detuvo frente a la puerta y se sentó a escuchar después de oír esa parte. Hizo silencio pues no quería estorbar el ambiente que su shizun ya había creado. Si había algo que le sorprendía más de las vastas cualidades de su maestro, definitivamente era la energía que le ponía a la hora de narrar historias.

«La lucha fue tremenda, luces como relámpagos llenaban el cielo mientras los estruendos se podían oír al otro lado del reino. No había un alma que pudiera estar tranquila por el incesante “bam bam” de ese fatídico encuentro. El héroe se sentía cansado, pero no se rendiría, pues la princesa llamó su nombre para darle más coraje: –Oh, gran guerrero XuWong, tengo fe en ti y en tu fuerza –le dijo. Esas palabras lo llenaron y enfrentó con un último ataque a su enemigo.»

–¡Ahhh! Papá, no te detengas, no hagas eso. Odio el silencio para hacer suspenso.

Shen QingQiu trató de no reírse, pues A-Yuan era demasiado impaciente y si se tardaba mucho en seguir, se quejaba.

–Cállate, trato de escuchar cómo lo va a vencer el héroe –se quejó A-Bao mientras A-Chen parecía al borde del llanto.

–¿Esos ruidos no asustan a la princesa?

«No, los ruidos resonaban en su corazón con la esperanza de que un día nuevo su amado se presentaría ante sus ojos. Y, cuando el humo se disipó, el héroe se mantenía en pie sobre el cuerpo vencido del malvado rey enemigo. Corrió hasta alcanzar a su princesa y la liberó, sellando su amor en un tierno beso de sus labios. Después, salieron del castillo cabalgando hacia el amanecer y vivieron felices para siempre. Fin.»

–¿Qué? ¡NO! –gritó A-Yuan.

–Ay, se dieron un beso y en los labios –se emocionó A-Chen que escondió su rostro bajo las sábanas.

–¿Termina allí? ¿Y el héroe no tuvo más aventuras?

–No, se casó y vivieron sus días en paz –respondió Shen QingQiu cerrando el libro en sus manos.

Inesperadas sorpresas de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora