El palacio del Reino del Norte

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Estamos con buena racha en este fic WOOOOW

Ando soft, debe ser eso... =W=

Veamos un poco más de cómo andan en la familia MoShang, creo que todos estamos de acuerdo en que XueShuang es un angelito hermoso pero... y los otros dos? Son iguales o son otros terremotos en potencia? x3




YanShen estaba sentada en una mesita y dibujaba tranquila mientras MoBei Jun hablaba con dos generales que habían regresado después de una expedición de varios meses y se veía sorprendidos.

–¿Entonces no quieren detener sus ataques?

–No. Intentamos la persuasión pero no les gustó así que los atacamos– explicó uno y MoBei Jun carraspeó justo cuando el niño que llevaba colgado despertó sobre su pecho.

–Mmm... No quiero –dijo aún medio dormido y los demonios fruncieron el ceño.

–Mi gran rey... ¿Se le quedó pegado eso? ¿Quiere que le ayudemos a sacárselo?

–Pfff... –soltó la niña que estaba a un lado–. No, no se despega. Le da frío y llora.

–Entonces debe ser una molestia.

–Es el príncipe, no es una molestia –los regañó él y los otros dos parecieron recordarlo.

–¿No era más pequeño?

–Creció un poco.

–Ahh... Bueno, espero que pronto sea como las princesas. No habíamos visto a demonios de hielo tan poderosos como ellas en mucho tiempo.

–Mmm... Limítense a sus informes –ordenó y tomó asiento mientras los otros explicaban la situación en la que el líder rebelde de las tierras más heladas no quería someterse.

MoBei Jun entendió, pidió que le explicaran un poco más sobre sus poderes y asintió al final de todo. Entonces, desprendió la mochilita en donde cargaba al niño, que al separarse de él empezó a temblar por lo que le puso encima el gorrito y se lo tendió a sus generales.

–Le pasa algo y los mato –les advirtió y luego miró a YanShen que sonrió de oreja a oreja.

–Yo los vigilaré por ti, papá –canturreó y se levantó de su lugar a la vez que el demonio de hielo asentía.

MoBei Jun abrió un portal y desapareció del salón. Los demonios miraron a BingKuai que había despertado y estaba de muy mal humor. Aunque fuera humano físicamente, su cabello y sus ojos eran idénticos a los del rey demonio.

–Bájame –gruñó el niño y los demonios se miraron sin decidirse qué hacer.

–Yo no se los recomiendo –dijo la niña y los otros dos fruncieron el ceño.

–¡Suéltame! –insistió el niño por lo que lo bajaron, solo no tenían que perderlo de vista.

BingKuai tocó el suelo y le tomó un momento estabilizarse. Miró para todos lados, feliz de que al fin lo liberaran empezó a dar vueltas por la habitación mientras los otros dos miraban, preguntándose cuánto tiempo le tomaría a su señor destruir a sus enemigos. Cuando, de pronto, la niña tiró de sus ropas para señalarles que el más pequeño estaba escalando un librero.

–Si se cae de ahí mi papá se va a enfadar con ustedes –se burló y los otros dos corrieron a tratar de bajarlo. Pero cada vez que lo tocaban, lloraba como si sufriera de un gran dolor.

YanShen se sentó en su lugar y siguió dibujando mientras los demonios trataban de bajarlo. Para cuando pudieron animarse a sacarlo a estirones y ponerlo sobre la mesa, empezó a patalear mientras arrugaba y ensuciaba con tinta todos los papeles del gran rey.

Inesperadas sorpresas de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora