Capítulo 4

457 50 2
                                    

¡Atrapenlos!

- Rapido chicos, jalen esas cuerdas- ordeno Astrid molesta.

- Deben tener mucho cuidado, no podemos darnos el lujo de equivocarnos- dije mientras amarraba unas.

- Ya me canse- replico Brutilda.

- Me duelen los brazos- lloriqueo Brutacio.

- Patán ¿Como van las trampas?- le pregunté.

- Ningua ha funcionado Hiccup- contesto rápido. Ya me estoy cansando de escuchar tantas malas noticias.

- Ve a checarlas otra vez- le pedí y se fue -Debemos terminar esto antes de la noche- dije para mi mismo.

Esto hubiera sido mas rápido con los dragones, pero por mas que intento no logro convenserlos en ayudarnos. Esta es la trampa mas tediosa de mi vida. Hemos planeado acorralarlos en este prado, cuando lleguen jalaremos las cuerdas qué crearán contrapeso atrapandolos y luego los cedaremos con unos dardos, de esta forma todo será más sencillo.

- Nos tomo mucho tiempo pero lo logramos- dijo feliz Patapez.

- Miren es Patán- señalo Brutilda.

- Justo a tiempo- dijo Brutacio con sarcasmo - Quien fuera el, se libro de todo el trabajo- agrego molesto.

- Todos a sus puestos- dije y se fueron.

- ¿Que haremos?- dijo Patán confundido viendo como todos corrían.

- Patán en ese árbol hay una cuerda, cuando escuches mi señal la jalas- le ordene, señale donde y me fui corriendo a mi posición.

En el centro del prado estaba Astrid, Patapez, y con mucho esfuerzo y sobornos Albóndiga. En los árboles escondidos estan los gemelos y Patán. Todo es perfecto, ahora es momento de la actuación.

- Mira Astrid, un Broncol solo, perfecto para cazarlo- gritó Patapez sobreactuando.

- Tienes razón Patapez, tenemos mucha suerte, ganaremos mucho dinero con ella- gritó Astrid.

De esta forma planeamos atraer la atención de esos dragones, por los informes se que odian a los cazadores, ahora usaremos eso a nuestro favor.

- Lastima que nadie este para protegerlo- gritó Patapez y le lanzó una red, Albóndiga en su papel de víctima, empezó a agitarse y gruñir. No muy lejos se escucho un rugido feroz, de entre los árboles salieron volando los dragones y aterrizaron frente a ellos.

- ¡Ahora Brutacio y Brutilda!- ordene, los gemelos lazaron sus boleadoras atando sus patas traseras y alas, haciéndolos caer - ¡Ahora Patán!- grite, pero no paso nada. Patán ¿Por que no puedes hacer lo que te piden?.

- ¡No, aléjese!- gritó Patán, los dragones empezaron a retroceder intentando escapar.

Astrid rápidamente actuo, activando la trampa manualmente, sin pensarlo dos veces dispare los dardos paralizantes.

- ¡Los tenemos!- dijo feliz Astrid.

- Cuidado, son peligrosos- dijo Patapez mientras soltaba la trampa y caían al suelo.

- Atrás, no dejare que los toquen- dijo Patán colocandose frente a ellos.

- Patán haste aun lado- le amenazó Astrid y lo empujó lejos.

- Chicos estos dragones tienen cosas raras colgadas- dijo Brutilda tomando un frasco qué efectivamente colgaba de ellos.

- ¡Dejen eso!- gritó molesto Patán.

- Me huele a gel de pesadilla moustrosa- dije al abrirlo. Me acerque a ellos lentamente.

- No solo eso, tambien tienen gas de Cremallerus Espantus y un ¿Visor?- dijo Patapez tomando unas bolas de ámbar y los lentes.

- Espera un momento- dijo Astrid acercandose con cautela al dragón pequeño - ¡Es una persona!- añadió sorprendida y con cuidado le quito el craneo.

Es verdad, tenia el pelo muy corto casi rapado, el traje era exactamente como el de un Rompehuesos pero no eran huesos, era otro material, sus manos aparentaban garras y de sus brazos colgaban tele. Eso mas o menos me explica por que volaba. En su cintura y piernas tenia varios accesorios como los que Patapez tomo. 

- No déjenlos en paz- replico nuevamente alejándonos de ellos.

- ¡¿Que rayos pasa?!- dijo Brutacio desconsertado al ver a los dragones llegar y empujarnos lejos también.

- Hiccup, ellos no son malos- dijo Patán con confianza.

Chimuelo y los demás dragones se nos acercaron, el solo me miraba diciendo "No lo hagas, por favor" - Lo siento amigo, pero no sabemos si no es peligroso- Les dije a todos.

Mientras estaban inconscientes los trasladamos a la Orrilla del Dragón, fue un viaje largo así que a ciertas horas les dabamos una dosis nueva de traquilizsntes. Patán y los dragones estaban distantes, no deja de decir qué era una mala idea, qué no era correcto. Y siendo honesto estoy pensando que tiene razón, pero Astrid y Patapez creen que es lo mejor, al aterrizar los desarmamos, fue ahí qué me di cuenta que era una chica, y luego los metimos en el corral para dragones.

- Estas nonson formas de actuar Hiccup- berrinchio Patán cruzando sus brazos y subiendo sus pies en la mesa de juntas.

- Para mi son peligrosos hasta demostrar lo contrario- le replico Astrid y le tiro los pies al piso.

- Chicos hay que calmarnos, no hay nada seguro- dijo Patapez intentado calmar la situación.

- Es verdad Patapez, gracias- dije. Estoy muy cansado, el viaje la trampa han sido muchas cosas en un solo día -Ya es hora, bajemos a ver si despertaron- les dije. Todos bajamos, desde la entrada se podía escuchar rugidos furiosos y grandes golpes.

- Tranquilos, no les haremos daño- dije dando pasos lentos para acercarme a la entrada -Nosotros somos sus amigos- agregue suavemente.

-¡Alejate!- gritó molesta la chica y me mostró los dientes, en ese momento el Pesadilla Moustrosa se prendió fuego.

-¡Cuidado Hiccup!- gritó Astrid y me jalo hacia ella. Molesta me puso en brazos de Patapez - Ya lo hicimos a tu modo, ahora es mi turno - agrego mientras se tronaba las manos, tomo su hacha y su escudo, y se dispuso a entrar.

- Alto- dijo Patán interrumpiendo su camino.

-Cuantas veces te voy a decir que te quites Patán Mocoso- dijo Astrid fastidiada, el extendió sus brazos y negó con la cabeza.

- Oh no, la hará enojar de verdad- dijo Patapez con miedo y yo asentí.

- Apuesto una semana durmiendo con los jabalíes a que Patán se desmaya con el primer golpe- dijo Brutacio animado a Brutilda.

-Trato hecho- dijo feliz dándole la mano. En eso Astrid lo golpeó, el cayó al piso, lo sorprendete fue qué el se paro al instante.

-No les harás daño- replico, poniéndose en la misma posición, un poco de sangre se asomo de su nariz. Todos estabamos sorprendidos incluso Astrid se sobo un poco los nudillos.

- Ja, ¡Gane!- gritó Brutilda feliz alzando los brazos.

- Astrid detente, por mas que me pese decirlo Patán tiene razon, estás no son formas- dije tomándola de los hombros, todos me miraron sorprendidos.

- ¿La tengo?- replico Patán confundido y asentí.

-¿Que propones hacer Patán?- agregue mirandolo.

- Deja que hable con ellos okay- dijo confiando -Pero necesito hacerlo a solas- agrego.

-¿Estás seguro?- dije.

-Claro que si, no hay nadie ni nada que se resista a Patán Jorgenson- dijo engreido y guiñando. Ahí esta el Patán qué conozco.

La Chica Con Alma De DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora