Reescribiendo 4

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Pasaron horas y horas, y no fui capaz de pegar un ojo en toda la noche. Estoy totalmente exhausta, estoy muerta de curiosidad, tengo tantas preguntas que hacer, pero no me atrevo.

-este va a ser un día de mierda, estoy segura.

--sábado por la mañana--

Ya había amanecido, Esteban se levantó temprano, para cuidar de Isidora, como si fuera su hermanita.

-- Alguien toca la puerta --.

-Soy yo, Esteban ¿Puedo pasar?.

- Claro pasa.

Tan pronto entra a la habitación, notó mi cara de culo y los ojos hinchados que tenía.

-¿Que onda esa cara?, ¿No dormiste?

- Ding Ding Ding, Acertaste.

Tan pronto me di cuenta, él me había traído el desayuno a la cama, y los medicamentos que debía tomar. (que hombre tan atento).

- Me parece extraño que no durmieras ¿Es por lo de anoche?. -- Dijo mientras le dejaba la bandeja con el desayuno al alcance--.

-Tal vez si, tal vez no, quién sabe.

- Si lo dices así, entonces ¿Puedo asumir que es por mi?

-En tus sueños será así, pero esto es la realidad. --lo observa desinteresada--.

- Que cruel eres. Y yo que te traje el desayuno para ver el avance entre nosotros. Me lastimas. -- dijo sollozando en forma de burla--.

-El avance no ocurre de la noche a la mañana, ¿así funcionan tus relaciones?. Sí lo que digo es correcto, debes ser un completo mujeriego.

-¿En tus ojos, soy un mujeriego?.

-Claro que sí, eres atractivo, eres peor que mujer arreglando tu vestimenta, y eres muy guapo.

-Oh, así que soy guapo, así que en esa forma me ves. ¿Entonces debo asumir que tengo una oportunidad?.

-Jamás habría una oportunidad. Somos alumna y profesor, además a mis ojos, eres una persona más.

-Wow, relajate, solo estoy bromeando.

Después de unos minutos de conversar Andrés hace presencia. Aún no había comenzado a desayunar.

--Toca la puerta--.

(¿Que hace Andrés aquí tan temprano?)

-Pasa Andrés.

--Abre la puerta y entra--. Isidora te traje el desayuno como disculpa por el comportamiento que tuve ayer.

En el momento que entró y vio que Esteban estaba conmigo también con un desayuno, realmente lo molestó, ya que alguien se le había adelantado.

- Mmm, ya veo. ya te trajeron el desayuno, supongo que no vas a querer el mio.

Lo mire bastante sorprendida. No esperaba que el hiciese algo así, totalmente inesperado. No quería que se marchará, por lo que le dije:

-Ya que estas aquí y trajiste demás, compartamos el desayuno los tres juntos.

Ambos me observaron, como si fuese lo peor que hubiese hecho, ambos estaban desafiandose con la mirada, mientras que yo solo agarré mi tostada y comencé a comer.

Cuando ya acabó la rivalidad, ambos cedieron y de un rato a otro nos encontrabamos comiendo el desayuno.
Mi habitación contaba con un televisor, así que procedí a encenderlo para nuevamente alivianar la tensión en el ambiente. Esteban se encontraba inquieto y me miraba como si quisiera preguntarme algo. A lo que yo me encuentro muy perceptiva a la situación y le pregunto:

Reescribiendo en tu corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora