IX

490 45 0
                                    

Después de ese día no volví a tocar el tema con Ed. Pasaron un par de días más y los libros no nos habían dado los resultados que queríamos.

Me encontraba en el camarote con Lucy y Gale (Los chicos se habían ido a dormir con los otros marineros para darnos espacio) y estaba escribiéndoles una carta a mis hermanos contándoles las novedades en nuestro viaje cuando un grito llamo mi atención - ¡Tierra a la vista! -

Salí rápidamente del camarote y me reuní con Einar, Caspian y el capitán. Me topé a Ed en el camino, pero solo nos sonreímos y él volvió a terminar de limpiar la espada.

-Parece deshabitada- dijo Cas mirando por el catalejo

-Los siete tuvieron que haber pasado por aquí seguro- dijo Einar y yo le quite el catalejo a Caspian para poder observar bien la isla. Era grande y con vegetación y unas hermosas colinas, con unas curiosas piedras en la playa -Puede que sea una trampa- teorizó el capitán -Pero puede ser también la fuente de nuestras respuestas- dijo Einar y yo solo voltee a ver al rey -Acamparemos en la orilla, exploraremos en la mañana- ordeno y todos nos preparamos para bajar.

Una vez en la orilla fui junto con Einar a buscar unas ramas y troncos para armar una fogata

-Ei ¿Tú crees que a Aslan le somos indiferentes? - él se quedó quieto por un segundo para recuperar la compostura

-No, lo he pensado varías veces, pero no lo creo así- sonaba como un hermano mayor intentando explicarle algo a su hermanito

-Pero entonces ¿Por qué...- me interrumpió gentilmente - ¿Porque no nos visita? ¿Porque se parece interesar más en los triunfos de los que son más ajenos a él? Te aseguro que hasta Sur y Este se han preguntado eso con todo y su quieto corazón- Me recordó mucho a Peter, normalmente se la pasaba bromeando pero cuando había un asunto de seriedad se comportaba a la altura, pero nunca frío, siempre se enfrentaba al problema con una cálida y serena bienvenida -Te entiendo, al fin y al cabo es como si fuera nuestro padre...- una sensación de ira me inundó y como si de visiones se trataran, los recuerdos de las veces en las que nos había "hecho de lado" se presentaron

-No es justo, no es nada justo. ¡¿Para qué nos arriesgamos el cuello si después nadie nos reconoce nada?! Nos llaman altezas, majestades, pero al final solo importa quien porta la corona y es claro que nosotros jamás lo haremos- Einar sorprendido soltó toda la leña e intento acercarse a mí, pero me aparte - ¡No intentes convencerme de lo contrario! Deberías estar tan molesto como yo, es como si nuestros esfuerzos no valieran de nada, nuestros esfuerzos de cuidar nuestra tierra y a nuestra gente, se vieran opacado por el brillo de una estúpida corona sentada en un insignificante trono o el último golpe en una batalla- La sangre me hervía sin motivo aparente, si, estaba molesta pero no sabía de donde estaban saliendo todas esas palabras -Kay, respira- Einar volvió a intentar acercarse a mí, ahora con éxito. Me abrazo y acuno en sus brazos mientras yo me ahogaba en lágrimas, como si me estuviera desintoxicando de alguna cosa, el sentimiento de ira irracional que me poseía se largó y la paz volvió a tomar control de mi -¿Qué mierda me pasó?- pregunté asustada -No lo sé, puede que solo estuvieras muy molesta- dijo acariciando mi cabello tiernamente -No, fue algo más, como si algo intensificara los malos pensamientos que tenía- Lo voltee a ver y el limpio mis lagrimas

-Encontraremos la causa después, ahora está oscureciendo y debemos llevar la leña al campamento, dijo separándose y agachándose a juntar todas las ramitas y pequeños tronchos que encontramos, lo ayude y ambos volvimos al campamento.

Era de noche y vi a Ed a lo lejos limpiando la espada. No habíamos vuelto a hablar desde lo del otro día así que decidí acercarme a él -Ya te falta casi nada- me senté en la arena junto a él, le ofrecí un poco de mi cena pero él la rechazó -Ed...- Pero no me dejó continuar -Solo trato de que esto sea más fácil- dijo bajando la espada y fijando su vista en el mar, yo me quedé estática -¿Qué?- pregunté juntándome más a él para poder ver su rostro en la oscuridad -Kay, ambos sabemos que esta será mi última visita a Narnia. Lucy y yo no volveremos y...- Lo interrumpí, yo ya sabía todo eso -Ya lo sé, pero ¿Crees que quiero pasar ese tiempo ignorándonos?- contesté lo más calmada que podía -Yo quiero pasar todo el tiempo que podamos juntos- le dije acariciando su mejilla -¿Y que pasara después?- preguntó -Podrías quedarte- tenía la esperanza de que así fuera, Ed se quedó callado -No puedo atarte...- Lo interrumpí -¿No puedes atarme o no quieres atarte?- Él seguía sin mirarme

-Aunque me quedara, llegará el momento en el que muera. No puedo atarte a alguien tan... efímero- al terminar de decir eso me vio directamente a los ojos, los suyos estaban hinchados -La última vez no pensabas así- mis ojos empezaban a arder y en mi garganta sentía un nudo apretándome -La última vez pensé que nos quedaríamos igual que la última y nos iríamos un par de años y regresaríamos, en un bucle que nos mantendría varias vidas juntos, ahora es diferente- Entendía lo que decía pero no quería hacerlo, no quería dimensionar lo que pasaría, me tomó tiernamente mi cara y beso justo el espacio entre mis ojos, sentí mi cara empapada y un gusto salado no tardó en llegar a mi boca. Me acerqué aún más a él, escondiendo mi rostro en su pecho mientras acariciaba mi cabello y con su otra mano me acercó más a él y así nos quedamos hasta caer dormidos.

- ¿Qué? - unos susurros me hicieron despertarme, y vi como Einar hablaba con Caspian. Moví con cuidado a Edmund haciendo que se despertara. - ¿Qué pasa? - preguntó él tallándose sus ojos, adormilado. Apenas estaba amanecido, el cielo se estaba aclarando a lo lejos y estaba cubierto de tonos morados que se reflejaban en el mar

-No lo sé, ven- tome su mano y nos lleve con los demás -¿Qué pasa?- pregunté y ellos nos miraron preocupados -Es Lucy- Edmund pareció despertar del todo ante esas palabras -¿Qué tiene?- volvió a preguntar mientras la buscaba con la mirada al rededor -No está-.

Habíamos encontrado unas pisadas donde se supone que estaba dormida, era como si un solo pie enorme fuera dando saltos de forma aleatoria -Nunca había visto huellas así- dijo Einar, quien nos guiaba siguiendo las pisadas hasta que llegamos a una verde colina llena de arbustos cuidadosamente podados de curiosas formas, Ed soltó mi mano y se acercó a recoger algo del suelo -La daga de Lucy- dijo mostrándonosla, me acerqué y al comprobarlo giré mi cabeza en su búsqueda -¡Lucy!- grite y los demás se unieron -¡Lucy!- se escuchaba cuando unas lanzas empezaron a caer

-¡Mierda!- todos sacamos nuestras espadas y nos juntamos en búsqueda de los que las habían lanzado pero no había nadie -No se muevan, o morirán- escuchamos, estábamos desconcertados, segundos después unas fuerzas invisibles empezaron a atacarnos. -¡Caspian!- grite acercándome al rey quien había sido lanzado por los aires pero algo me golpeó, quitándome el aire y mi espada

-Kay- Edmund se acercó pero algo le arrebató la espada, ahora tenía dos espadas flotantes apuntándole, Einar me ayudó a levantarme, estábamos rodeados de espadas -¿Qué clase de criatura son ustedes?- preguntó mi hermano y la misma voz misteriosa contestó -Muy grandes, con cabeza de León y cuerpo de tigre- Una leve transparencia empezaba a delatar en donde estaba -No te metas conmigo o te desgarrare con mis enormes garras- se escuchó otra voz mientras la transparencia desaparecía y dejaba ver pirámides de curiosas criaturas parecidas a enanos de un solo pie, había dos en la base que servían de apoyo para otro -Te morderé con mis filosos colmillos- se escuchaba decir a alguno de ellos mientras los demás reían, ajenos a su visibilidad -Te aplastare como a un insecto- exclamó otro más, mientras todos nos mirábamos sonriendo, el espectáculo era bastante cómico -Y lo harán con esas panzas- soltó Caspian, provocando varias risas. Los extraños seres se miraron confundidos y al darse cuenta de que estaban siendo vistos colapsaron desintegrando su pirámide

- ¿Qué le hicieron a mi hermana, enano tramposo? - Edmund recuperó su espada y con ella amenazo al que se veía el enano más viejo. El pobre ser se quedó frío. Mientras, empezaba a aparecer una enorme mansión tras nosotros - ¡Dime! - le exigió y varios de los otros seres lo alentaron -Cálmate, está... está en la mansión- dijo tartamudo - ¿Qué mansión? - Ed empezaba a perder la paciencia, carraspeé mi garganta y Ed me volteó a ver, le señalé la enorme casona cubierta de enredadera -Ahh, esa mansión-.

𝗦𝗘𝗡𝗧𝗜𝗥/ La travesía del viajero del alba (LCDN #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora