XVIII

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Me rompí en un llanto incontrolable una vez que los Pevensie hubieron desaparecido entre las aguas

-Mi niña, recuerda que esto solo ha sido un hasta pronto- me consoló Aslan mientras hundía mi rostro lleno de lágrimas en su melena, aferrándome a la última vista que tuve del rostro de Edmund, a la última sonrisa que me brindó.

-Supongo que ya te debes marchar- comenté una vez me hube tranquilizado

-Yo jamás me marcho de su lado, siempre estoy con ustedes- respondió con una sonrisa

-Gracias, por todo- dijo mi hermano y el león inclinó su cabeza para después caminar hacia la ola mientras nosotros emprendíamos marcha hacia el bote de regreso al barco.

En nuestro regreso a Narnia decidimos parar en la isla de Coriakin para descansar y recolectar suministros para lo que faltaba del viaje

-Mis amigos, enhorabuena por su éxito- Nos recibió con los brazos abiertos

-Muchas gracias Coriakin- agradecido el rey -Nos preguntábamos si nos dejarías acampar en tu isla, solo por esta noche- pidió

-Mi casa tiene muchas habitaciones, no me molestaría tener compañía- dijo amable

-Muchas gracias, en serio- dijo Caspian y organizamos a la tripulación para entrar en la enorme casona.

Tuvimos que compartir cuartos para que todos tuvieran un lugar

- ¿En serio van a hacer un escándalo para ver quien dormirá en la cama? Cabe tres personas perfectamente- dije mientras cepillaba mi cabello desde el balcón. Ya habían pasado varias lunas desde la despedida

-Por favor, ustedes tienen las camas más cómodas en el castillo, déjenme dormir en esta- pidió Einar

-Para nada, o dormimos los tres ahí o nadie duerme ahí- dije atando mi cabello en una trenza y buscando algo de mi ropa que me sirviera como pijama

- ¿Pueden salir? Necesito cambiarme- agregué y los chicos salieron sin parar de discutir. En cuanto escuché la puerta cerrarse me quité las lágrimas que habían estado amenazando con salir

-Mierda- susurré, las lágrimas no paraban. Por más que lo intentara disimular, me sentía rota; mi llanto se transformó en sollozo, me encontraba hecha un ovillo de lágrimas en la cama

-Kay, ya llegamos a un acuerdo y.- Caspian no continuo su oración, escuche sus pasos acercarse

-Oh pequeña- le escuche decir mientras pasaba su mano por mi cabello que no hizo más que aumentar la fuerza de mis lamentos

-Llora, te sentirás mejor- dijo mi hermano mientras se sentaba a mi lado y eso hice, no sé por cuantas horas, pero fue lo suficiente para quedar dormida.

Me desperté de golpe, vi que por el balcón entraba un susurro del viento junto a la luz de una brillante luna llena, me asomé a los lados de la cama donde se encontraban Einar y Caspian dormitando en el suelo, uno a cada lado, sonreí. Sentí otra brisa, esta fue lo suficientemente fuerte para mover un poco la puerta de la habitación, como invitándome a salir.

Abrí la puerta con cuidado de no despertar y caminé por los pasillos sin saber exactamente a donde debía ir, iba mirando por las enormes ventanas el resplandor de la luna y escuchando el ligero eco de mis pisadas descalzas, cuando sentí otra brisa producirme escalofríos por la espalada "por aquí" me susurraba, seguí derecho apresurando un poco más el paso hasta topar con pared mientras que a mi derecha se alzaban unas estrechas escaleras. Pisé con duda el primer escalón hasta que volví a sentir el viento animándome, subí las escaleras hasta llegar a un arco formado por desgastadas piedras, dejando ver un pequeño invernadero.

𝗦𝗘𝗡𝗧𝗜𝗥/ La travesía del viajero del alba (LCDN #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora