Parte 4. "Si el mundo se acabara"

232 24 7
                                    

El día esperado por los diseñadores de moda, finalmente llegó y en la habitación de una casa se encontraba una rubia vestida con un elegante vestido blanco que resaltaba sus atributos físicos, un digno trabajo hecho para una hermosa mujer.

Pero Chloé a pesar de verse radiante, no podía evitar sentirse horrible, sucia y manipulada.

¿A dónde se había ido toda su fuerza de voluntad que algún día tuvo?

Se preguntaba mientras sentía como su mamá terminaba de ponerle el velo al tenerlo que trabar en la peineta que sostenía su cabello, de forma que no arruinara el peinado que le habían realizado.

—Claudine, sé que no suelo ser tan halagadora, pero he de admitir que te ves muy bien... Obviamente no tanto como yo en el día que me casé con el remedo de hombre que tienes como padre...

Escuchó a su madre, pero no respondió y solo esperó a que terminara, que fue cuando se puso frente a ella, la cual notó la expresión de tristeza en el rostro de su hija.

—Ay Clotilde... —algo molesta— Por Dios, ya deja de estar así, hoy es tu gran día...

—No puedo decir lo mismo... Esto es falso

—Y vas de nuevo con lo mismo... ¡Ya olvídate de ese músico de pacotilla, le hiciste un favor, así que deja que siga su vida y sigue la tuya!

—¿Ya terminaste?... Jean ya vino a recogerte para llevarte a la iglesia.

—Es imposible hablar contigo... —molesta— Ya me iré pero no lo haré antes de recordarte lo que le puede pasar a ese tal Lucio si no te comportas como una hermosa y feliz novia...

—Tranquila Audrey... Fingiré estar feliz en la boda... No pasarás vergüenzas...

—¿Ahora soy Audrey y no mamá?... ¡Ja!... Como sea, quiero verte que sonrías y seas amable, no quiero malas críticas, estás advertida, Claudia... No tardes en arreglarte, no quiero atrasos...

Dijo antes de tomar sus cosas y salir de ahí, yendo directo hacia el auto que la llevaría a la iglesia, dejando a la novia sola, permitiéndole la entrada a la recámara a la Raincomprix que esperaba afuera de la misma por haberles dado algo de privacidad madre-hija.

—¡Chloé!— exclamó la joven al ver a su amiga. —¡Estas quedando preciosa!— halagó a la vez que se acercaba a ella. —Permíteme terminar de arreglarte, tenemos tiempo antes de que vengan por nosotras.

Al ver que la rubia no decía nada, se preocupó, colocando una mano sobre su hombro para así darle apoyo.

—Tranquila, sé lo nerviosa que puedes estar, ya que es el día de tu boda, pero tranquila, todo saldrá bien.— sonrió tratando así de darle ánimos.

—Si... Todo saldrá bien... —soltó con decepción mientras veía a su amiga— Sabrina... Gracias por estar aquí... De verdad, agradezco que a pesar de todo, sigas siendo mi mejor amiga...

La de ojos verdes negó, para luego sonreír y abrazar a la muchacha.

—Te lo dije una vez y te lo repito hoy, yo siempre será tu mejor amiga, pase lo que pase siempre estaré para apoyarte...

—Y yo estaré ahí para ti... —esbozó un intento de sonrisa antes de dudar en preguntar algo, terminando por hacerlo bajo una excusa— Sab... Tengo una pregunta... Tú sabes que adoro escribir historias... Y últimamente he entrado en dilema con una... ¿Qué harías tú, si el amor de tu vida se está desvaneciendo de la misma como si de humo se tratara?...

Tras esa pregunta, la pelinaranja le dedicó una confundida mirada, no dudando en responder lo que le pedía.

—Bueno... Si algo así me pasara, no dejaría de luchar con todas mis fuerzas por él, daría todo de mi para estar con la persona que amo, sin importar qué, sería egoísta al menos por una vez en ese sentido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 31, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

"Si el mundo se acaba" (Lukloé) /COLABORACIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora