La música entro por sus y lleno sus pensamientos, la melodía era dulce, pegajosa y un poco relajante, por lo que no pudo evitar perderse en ella hasta que termino, solo ahí Joule se animo a abrir los ojos
Reconoció la oficina de la psicóloga a penas la vio, no porque la visitara seguido, sino porque era tan pequeña que era un poco triste, en el lugar había una camilla vieja, una mesa con tres silla y un archivador pequeño, eso llenaba todo el cuartito y solo dejaba un pequeño espacio para caminar.
-Qué bueno que despertaste.
La psicóloga era una mujer bonita y alta, de apariencia normal a la que le gustaba usar tacones altos, también era el primer amor de muchos estudiantes. Joule nunca había hablado con ella, por lo que se sintió Incomoda y solo la miro para afirmarlo.
Moviéndose lentamente se sentó en una esquina de la camilla y palpo a Joule delicadamente - ¿Sabes lo que paso?
-¿Me dormí? -pregunto, su cabeza aún se sentía un poco pesada y la situación era extraña, pero como su vida siempre había sido tranquila no lo pensó demasiado, incluso pensó que tal vez había vuelto a dormir con el cuello torcido
Pero la mujer negó arrugando los labios Joule se preocupó un poco-¿Cómo te llamas, pequeña?
-Joule, Joule Galler.
-¿Cómo?
-Joule... Yul, pero con jota, mi papá lo saco de un libro.
-Ya veo... ¿Dónde está tu papá? ¿Tienes algún número para llamarlo?
Frunció las cejas al escuchar lo que dijo, todo lo que respectaba a su papá era un poco delicado y varios maestros lo sabían y como no tenía mamá preferían no tocar el tema -No, está ocupado trabajando, pero me cuida una señora, tal vez ella este en mi casa ahora.
-¿Tienes un numero? Puedo...
-Está bien Lidia, déjamelo a mí hablare con ella en este momento.
En la puerta estaba la profesora Beatriz, era una mujer en sus cincuenta años que siempre vestía de negro y también era la madrina de joule, era un poco nerviosa y tenía la costumbre de hablar sola, aparte de que cada vez que tenía la oportunidad intentaba vestir a Joule de rosado.
También tenía una personalidad suave y serena que le agradaba y las arrugas de sus ojos eran realmente expresivas de una extraña manera.
La psicóloga asintió y se retiró en silencio, mientras la mujer mayor arrastro una silla para sentarse a su lado.
-¿Te sientes extraña o te duele algo?
-No, esta mañana tenia sueño pero ahora ya me siento bien... ¿Qué paso? ¿Me dormí en clases y estoy en problemas?
-No, nada eso. Todo está bien mi niña pero... ¿no sientes que olvidaste algo?
Joule de nuevo sintió que se estaba perdiendo algo y reviso dentro de sus recuerdos pero como no estaba acostumbrada a pensar mucho se angustio un poco.
Pero dejando esa comodidad se vio en la obligación de pensar un poco más para su madrina, comenzó desde la mañana gracias a eso varios eventos comenzaron a llegar a su cabeza, pronto el recuerdo de dos cabezas rubias y las arrugas de un hombre adulto aparecieron en su memoria, pero todo era confuso, como si alguien hubiese intentado tomar sin éxito partes de lo que había ocurrido esa mañana.
-¿Recuerdas algo?
-Creo... que tuve un sueño raro, pero no lo recuerdo muy bien, de hecho casi no recuerdo nada. Es como si todo estuviera borroso.
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Relojes: Corriendo.
FantasíaA los nueve años la vida normal de Joule era ir de su casa a la escuela y viceversa, bromear con los pocos amigos que tenia, intentar encajar entre los demás y cerrar los ojos ante lo que la lastimaba. Pero un día las cosas dan un giro inesperado y...