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-Hey Henry~ ¡¿a quién le dices Lucio?!-
Elevé la voz evitando gritar mientras le daba un fuerte golpe en la cabeza, estaba molesta ¿cómo se atreve?

~°~

Golpe que causó que despertara de manera repentina y asustado, haciendo que se levante para ponerse en una pose de pelea.

-¿Quién eres y qué haces en mi casa?-
Preguntó mientras fingía una voz gruesa que parecía más de locutor que de cualquier otra cosa  e inflaba el pecho para parecer más grande y fuerte.

-Soy yo, Lucy y entré por tu ventana, tienes que cerrarla con traba para que estas cosas no pasen-
Dije mientras contenía mi risa y le tomaba los puños para bajarlos, aunque seguía enojada.

- Ah, Lucy ¡Lucy! ¿Por qué me golpeaste?-

-¿Cómo que "por qué"? Sabes bien que no me gusta que me llamen así-
Dije mientras lo miraba con desaprobación.

-¿Así cómo?-
Preguntó confundido, se me había olvidado de que estaba medio muerto cuando lo hizo.

-Ya no importa-
Respondí restandole importancia mientras me dirigía a su armario, él debía cambiarse, no podía salir sin remera y unos pantalones a cuadritos, los cuales tienen más agujeros que mi colador de fideos.

-Vamos, dime, espera ¿qué haces?-
Me preguntó mientras se paraba de su asiento y se acercaba a mí.

-¿Qué no es obvio? Vamos a salir y no puedes hacerlo con esas pintas-
Hablé con cansancio, ya no tenía tantas ganas de salir, creo que las hormonas me están afectando otra vez.

Suspiré de manera pesada y me senté en la cama, las ganas de salir ya eran casi nulas. Parecía como si toda la energía que tenía hasta recién hubiese sido absorbida, aunque en parte es por ese ridículo nombre. Ya pasó mucho tiempo desde la última vez que alguien me llamó "Lucio".

Como olvidar el día en que Lucio murió y Lucy reapareció, liberandome de toda presión y dejando enterrado todo en el pasado turbulento.

Sin darme cuenta lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, en un instante Henry lo notó y en un ataque de pánico me abrazó, no lo culpo, él no es bueno reaccionando rápido y menos en esta clase de situaciones.

-Es mi culpa ¿no?-
Preguntó mientras acariciaba mi cabeza de manera dulce, el tono de su voz iba en descenso hasta el punto de sonar quebrada, seguramente iba a empezar a llorar conmigo, como siempre dice "si tú lloras, yo lloro".

- Tranquilo, no es tu culpa-
Dije mientras secaba mis lágrimas con las sabanas de su cama, sí, tome sus sabanas para secarme las lágrimas y de paso limpiarme la nariz mocosa.

-Vamos, no mientas solo para que yo no me sienta mal, sé que ese nombre te hace recordar... cosas-
A decir verdad, no se equivocaba, ese nombre me transportaba a recuerdos muy tristes y turbios, pero no es excusa como para hacerlo sentir mal y mucho menos para estar llorando como lo estoy haciendo, solo estoy exagerando.

No dije nada, preferí quedarme en silencio y gozar el confort que me causaba sentir los latidos del corazón de Henry, de verdad es relajante.

-Aún la extrañas ¿no?-
Preguntó mientras se separaba del abrazo.

-Sí, todas las noches pienso en ella, pero estoy segura de que ya la encontraremos-
Dije estando más calmada, pero aún me duele tocar este tema.

。・: Linda jovencita :・  。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora