El pequeño pueblo que se encuentra a unos kilómetros, cerca de la montaña, ha pasado de generación en generación cerca de 295 años. Es un lugar con un clima bastante útil en los tiempos de cosecha para la aldea pero sin embargo cuando llega el invierno es un caos total debido a que el frio es insoportable para las personas.
Grisha es un hombre amable, de ideales muy fuertes, claros y sin duda intachable para la vista de sus aleados, había contraído matrimonio hace un poco menos de 10 años, uniendo su vida con una bella mujer y que sin tener otra opción para seguir en el trono. A Grisha no le interesaba ser jefe y dar órdenes y mucho menos contraer matrimonio con Diana en sus tiempos de juventud y aprendizaje pero su decisión fue así cuando se lo prometió a su abuelo Will Jaeger, hacerse cargo de su poblado.
Unos cuantos meses fueron suficientes para dar la bienvenida al embarazo y nuevo integrante de la familia Jaeger a quien pondrían de nombre Zeke, los dos estaban encantadísimos por su hijo, sin embargo el hombre Jaeger aun se sentía perdido y con el toque que aun le faltaba algo en su vida, su hijo sería una buena compañía amorosa pero con la mujer aun le resultaba difícil estar con ella y sentir un tenue amor; aun si Diana intentaba mostrarle su gran afecto y admiración que tenía por él.
Grisha repartió sus tiempos, tenía que estar al cuidado de su pueblo donde sentía una gran empatía y sinceridad con ellos, también había demostrado que la medicina era su campo absoluto, por lo que decidió impartir clases a su gente y así mismo trataba de estar al pendiente del pequeño alfa, Zeke.
El tiempo para él, parecía irse tan de prisa y cada vez más se sentía agobiado hasta que un día mientras rondaba por el pueblo, pareció escuchar una dulce voz que seguía al compas de la melodía que resonaba, cuando volteo para verificar el sonido proveniente, se encontró a una mujer del otro lado de la acera de rejas blancas regando sus plantas alegremente como si danzara con ellas, de pronto la castaña se detuvo y exclamo con una sonrisa amigable:
-Buenos días señor Grisha, que lo trae por aquí- saludo la mujer, dejando a un lado el utensilio que utilizaba para mirar mejor al jefe de la aldea
-Oh, señorita solo verifico que todos ustedes se encuentren muy bien, pero su canto me hizo tropezar hasta acá- sonrió de vuelta e inconscientemente se acomodo los lentes que traía puestos- sus plantas han de estar muy felices de vivir con usted señorita....-
-Carla, ese es mi nombre-Interrumpió-bueno apuesto que lo son, espero que puedan retoñar muy pronto, a veces el clima es algo difícil de adivinar- resonó una suave carcajada y dirigió sus manos a la larga trenza para acomodarla nuevamente a su costado -quiere pasar, le puedo preparar un poco de café, o algo que guste-
-No se preocupe, así estoy bien aunque le agradezco señorita Carla es muy amable de su parte, vera que sus plantas crecerán por la forma en la que las consiente -exclamo- espero poder pasearme por aquí mañana, nos vemos- se despidieron al mismo tiempo mientras cada uno retomaba sus actividades. El hombre le había parecido una hermosa mujer, como es que anteriormente no se había dado cuenta de ello, bueno las mujeres mayormente pasaban en las tareas domesticas del hogar aunque las que no estaban relacionadas sentimentalmente, hacían otros labores para salir adelante. Sin embargo la reciente Carla podría jurar que no la habían visto, o quizá estaba más distraído de lo normal, las cosas con su esposa, si antes no iba bien, ahora mucho menos lo estaban debido a sus largas horas de trabajo fuera y dentro de la aldea, constantemente discutían que parecía quebrarse en cualquier momento. Los rumores se esparcían rápidamente sobre la falta de amor y deseo entre ambos pero los aldeanos parecían no quererse meter en ese asunto por el respeto que le tenía al jefe de su aldea, al contrario trataban de familiarizar al pequeño Zeke de ahora 4 años.
Dina no había tardado en convertirse en una mujer demasiado ambiciosa, encerrada en su mundo y sus totales cambios de humor, nadie lo soportaba, por ello mismo su hijo comenzó a aferrarse a su padre tras las nuevas aventuras e inteligencias que tenían y sobre todo porque Zeke le tenía un gran amor .Entonces fue ahí cuando Grisha comenzó a interesarse por la mujer castaña y de amigable sonrisa, todos los días iba a visitarla con el pretexto de ver el crecimiento de sus amadas plantas, de ahí tenían largas platicas sobre temas que los dos parecían conocer e interesarse bien. Con sonrisas suaves, gestos discretos y no se diga de una comida, un lugar hogareño y ante todo cuando la confesión de amor se apodero de los labios del hombre que tenía necesidad de estar con Carla.
ESTÁS LEYENDO
"EL PRINCIPE PANTERA"
Fanfiction"La forma en la que me mirabas, me hizo saber que eras el amor de mi vida. El rey de las panteras Kenny Ackerman a decidido que la joven Petra Ral se convierta en la prometida de su único hijo Levi Ackerman, quien al enterarse y conocerla decide r...