Capítulo 1

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EDITADO

Me había asegurado de que mi primer día en la Academia sea perfecto, por lo que la alarma de mi celular sonó exactamente a las siete de la mañana para que tuviera el tiempo necesario para poder prepararme y llegar a la hora. Tiré las extrañas sábanas que me arropaban hacia atrás y bostecé. Me estremecí cuando mis pies tocaron el frío suelo de mi nueva habitación y corrí hasta estar dentro de mi propio baño. Me miré en el espejo y fruncí el ceño, estaba hecha un asco. Me amarré el pelo enmarañado en una coleta alta y me lavé la cara con agua fría, me cepillé los dientes e hice mis necesidades. Salí del baño nuevamente corriendo y tomé mi teléfono para verificar cuanto tiempo tenía para vestirme.

7:24 am.

Bloqueé el teléfono y corrí hasta mi maleta más grande. Ayer, no desempaqué del todo ya que el viaje me había dejado muy cansada, por lo que saqué una camiseta manga corta de color blanco y unos pantalones. Me puse ropa interior y luego mi conjunto, que no destacaba tanto, pero era todo lo que tenía. Coloqué unas zapatillas en mis pies y me fui al baño nuevamente a ver que podía hacer con mi cabello.

— ¡Lanna! ¡El desayuno está listo! — escuché gritar a mi tía. Y bufé frustrada.

¿Qué hago?

Pensé mientras peinaba rápidamente el pelo.

— ¡Lanna! — volvió a gritar.

— ¡Ya voy!

Dejé el cepillo en su lugar y tomé mi mochila, le puse algunos cuadernos y lápices y mientras iba bajando las escaleras le escribí a mamá un mensaje de texto.

¡Hola mamá! Estoy emocionada por mi primer día en la Academia ¡Deséame suerte! Dile a Garrett y a papá que los llamaré luego.

Te quiere, Lanna.

Apagué mi teléfono justo cuando entré a la cocina, le di un beso en la mejilla a mi tía y me senté en la mesa, vi mi desayuno y se me hizo agua a la boca, un par de panqueques y un jugo de durazno.

¿Cómo supo que este es mi desayuno favorito?

—Tu madre me dijo que te encantaban los pasteles a la hora del desayuno— me dijo leyéndome el pensamiento.

—Si sigues preparándome desayunos así, no te librarás de mi tan fácil— bromeé y las dos reímos.

Luego de que terminara de comérmelo todo, tía Amanda se ofreció a llevarme hacia la escuela por ser mi primer día de clases.

—Memorízate el camino, mañana tengo una reunión muy importante en el trabajo por la mañana, así que tendrás que irte sola— dijo mirándome por el rabillo del ojo y asentí.

—Captado.

Luego de que me dejara frente a la Academia, me quedé estática por unos segundos admirando el gran edificio que estaba a metros. Por lo menos debería tener unos cuatro pisos, pero lo alargado que era lo compensaba. El campus que tenía adelante era tan grande y acogedor que pasaría horas y horas debajo de un árbol tomándome una siesta. Varios alumnos se paseaban de aquí para allá con aire mañanero y me di vuelta para despedirme por última vez de tía Amanda, pero ya se había ido. Agarré el brazo de la mochila con fuerza y tomé aire. Caminé asombrada hasta llegar adentro del edificio y vi los carteles indicativos que había en el techo igual que en los centros comerciales, giré a la derecha para ir a dirección y cuando llegué, abrí encontrándome con muchos escritorios y varios alumnos en los sillones, o pensé que eran alumnos.

Me acerqué a la recepcionista que estaba más cerca y de inmediato me miró con una sonrisa.

—Eh..., hola, me llamo Alanna Johnson— tartamudeé y ella entrecerró los ojos.

Dance Academy «Carter Reynolds» [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora