La hada y el fauno

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La jovencita despertó poco a poco, abriendo sus ojos, al enderezarse su mirada se dirigió hacia los dos seres que la acompañaron en la noche, su ojos observaban una escena un tanto tierna desde su punto de vista; era él fauno con su cabeza recargada en el pecho del hada, mientras el hada le abrazaba de lado; el fauno cuando sintió que la menor ya se había despertado , el se fue despertando lentamente, para la hada no fue difícil ya que, cuando lo sacudieron levemente para despertarle, solo se tallo los ojos y al segundo ya estaba más que despierto. Cuando el fauno ya estaba completamente despierto, miro a la niña por unos segundo y dijo.

-¿Tienes hambre?- A lo cual, la menor asintió con la cabeza, entonces él fauno se levanto se acomodó el cabello con las manos, y con una leve pero cálida sonrisa dijo- Bueno, entonces haré de comer- Se dirigió hacia el segundo piso, donde estaba una puerta hacia una habitación, donde se encontraba una pequeña sala y alado una cocina.

La sala tenía algunas plantas colgando a su interior, y al ser un hogar dentro de un árbol las paredes eran de madera, había una mesita y algunas almohadas a su al rededor, y había algunos huecos en el árbol, donde entraba luz y eran como ventanas. Por otro lado, en la cocina tenía algunos muebles no muy grandes, era como una cocina común, solo que no había ningún aparato electrónico en la cocina, ni estufa o refrigerador, habían encontrado otra forma de obtener las funciones del esos productos domésticos.

La pequeña había subido donde estaba él fauno, pero sin el hada como acompañante, la menor pregunto.

-Señor Erbium, ¿sabe a dónde se fue Faver?, me dijo que no tardaría y luego desapareció poof -Dijo esto mientras con su pequeñas manos, simuló una pequeña explosión, lo cual hizo que el mayor riera levemente.-

-Cristal, no es necesario que me digas señor, además todavía, creo que no llego a esa edad, solo tengo 25 pequeña, y sobre Faver pues de seguro fue al mundo humano por algo, el puede teletransportarse a tú mundo, pero no puede llevar a otros consigo, créeme que lo intentamos- Dijo mientras que lavaba unas fresas, las cuales, una rama del aquel gran árbol le había pasado.

La pequeña escucho atentamente lo que le decía aquel Fauno, aunque se avergonzó un poco, al pensar que le había sentir viejo a quien al parecer era un amigo de antes, aunque ese no fuera el caso ya que al fauno solo le causó ternura el modo en que se refirió a él. La menor al escuchar sobre la habilidad de la hada se quedo asombrada y involuntariamente sonrío de la emoción; cosa que le agradaba al fauno, después de unos segundos, la hada apareció atrás del Fauno, dandole un pequeño susto y provocando que soltara un pequeño chillido, a lo cual le causó gracia tanto al hada como a la menor, ignorando la mirada asesina del fauno, el hada dirigió su mirada a la niña y dijo.

-Perdón, pero tuve que tomar algunas cosas de tu casa, solo fue comida, ya que dudo que puedas vivir solo de frutos y esas cosas- Mientras dejaba lo que había traído, que con ello se podrían hacer unos hot cakes.

Así él fauno le dio un leve sabe en la nuca al hada, para luego empezar a cocinar, el hada ayudaba de vez en cuando, como creando un poco de fuego o pasándole los ingredientes a su amigo, la niña solo los miraba asombrada, al ver que ellos trabajaban juntos en perfecta sincronía, casi no hacía falta las palabras, ya que cada uno hacia lo que le tocaba.

Para cuando ya estaban los hot Cakes preparados, en cada plato había dos para cada uno con miel y  alado unas fresas cortadas en partes, así el hada llevo los platos a la mesita, mientras él fauno llevo unos vasos y sirvió un poco de leche.




No se habló mucho durante la comida, cuando estaban limpiando el comedor, la niña se ofreció a ayudar, cosa que hacía que el hada se muriera poco a poco de ternura, por su inocencia y amabilidad.
El mayor le puso una sillita para que se subiera y pudiera lavar los platos.

Poco tiempo después con todo limpio, la hada tenía rostro de emoción, lo cual le intrigaba a la menor, hasta que pregunto.

-Señ...- se interrumpió sola, ya que no quería que pasara la misma situación que con el más alto, luego de corregir prosiguió con lo que iba a preguntar.- Faver, ¿por qué se ve emocionado?... más de lo común.-

O dios pero como había esperado que preguntara eso.- Oh que bueno que lo preguntas pequeña ninfa, estoy emocionado ya que, en cuanto baje nuestro amigo fauno, vamos a salir de la vas a para ir a que conozcas... De nuevo; el bosque, y visitemos a otros amigos nuestros. -Contaba eso con mucha emoción, que hasta le brillaban los ojos.


Pocos minutos después salió el fauno con tranquilidad, hasta que el hada lo jala del brazo, mientras con el otro brazo cargaba a la menor, ya afuera, caminaron a otra parte del bosque más brillante, a lo lejos se empezaron a ver casitas pequeñas no más de un metro; cuyas casas algunas brotaban del tronco de algún árbol y otras de plantas y arbustos; había una barrera con brillos rodeando esa parte del bosque; la menor dudaba porque se dirigían a ese lugar donde las casas apenas le llegaba a los tobillos, así que jalo ligeramente el brazo del fauno y este dirigió su mirada a la menor.

-¿Por qué vamos ahí?, ¿no es un poco peligroso para las personas que viven en esas casas, que nosotros pasemos por ahí?, además sería más difícil para ti, que tienes cuatro patas.-

Al escuchar la pregunta el fauno sonrío levemente y dijo. - ¿Vez esa barrera que rodea esas casas?.- Asiente la menor- Esa barrera es mágica- La menor abre la boca en forma de asombro- En cuanto la crucemos nos vamos a hacer del tamaño de un duende- Con sus manos cálculo más o menos a que tamaño se convertirían, cosa que hacía que los ojos de la menor empezarán a brillar del asombro.- Además que vamos a visitar a un viejo amigo.- Terminando esa frase ya estaban frente a la barrera apunto de cruzarla.

🌷La Puerta 🌷/Cancelada TemporalmenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora