Una rosa con espinas

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La menor despertó de su estado de sueño, mientras veía que la luz casi le empezaba a llegar a la cara, se sentó en la cama, mirando a la nada.
Había tenido un sueño... bueno más bien era un recuerdo que al tratar de acordarse lo que pasaba la hacía sentirse... ¿triste?.
Ahora todo el sueño era borroso, no recordaba bien que había pasado, solo recordaba, la única imagen que no la dejaba en paz era, ella sentada en el pasto era una noche brillante, la luna estaba llena, así que había mucha luz.
No había sido un buen día, alguien le había dicho algo que la lastimo o al menos eso recordaba.
Su madre al volver, y no recibir señales de su hija, busco por toda la casa, hasta que la niña estaba sentada en el suelo, con los ojos cristalinos. Lo que más crispó los nervios de la madre es que vio una sombra de una mujer alejándose de la menor.
Corrió a abrazar a la menor, quien tenía los ojos cristalinos, apunto de llorar.
Ya con la niña en sus brazos la cargo hasta adentro de la casa, busco si tenía heridas y con una preocupada voz preguntó.

-!Mi niña¡ ¿qué pasó? ¿quién era esa mujer?. ¿No le abriste a nadie?- La menor negó con la cabeza, apenas abrió la boca para poder decir que había pasado y empezó a llorar a cántaros.

Su madre solo pudo abrazarla y tratar de calmarla, hasta que quedó dormida por el llanto y regreso a la realidad.

La menor sentada, trataba de acordarse, ¿qué pasó ese día?, ¿porqué estaba en su patio de su antigua casa?, ¿porque empezó a llorar?.

Una voz la saco de sus pensamientos, un hada muy extrovertida casi había mandado volar la puerta del cuarto. Con una gran sonrisa saludó.

-!Buenos días pequeña luciérnaga¡, ¿como es que ya estás despierta y aún no te has levantado?, arriba los ánimos, día nuevo, actividades nuevas.- Hablo con entusiasmo, apenas la niña iba a responder, pero el hada ya la estaba cargado entre sus brazo para llevarla al comer, y en menos de lo que grillara un grillo ya se encontraban en la cocina, donde un fauno miraba con desaprobación al hada y una niña trataba de no caerse por el mareo.

El desayuno fue normal, hasta que ya tenían los platos limpios.

-¿A dónde dices que vas a ir?... ¿!Te puedo acompañar!?- dijo entusiasmada.

Río levemente y negó con la cabeza- Aunque quisiera llevar, no puedo, además será rápido, tengo que hacerme cargo de una tarea en mi antiguo hogar y_...- no pudo terminar hasta que un fauno con cara de disgusto hablo.

-Y ver a su amiguito pomposo.- La menor se encontraba confundida, aquí estaba pasando algo y ella no estaba segura de que era.

El hada sonrío de lado, y se acercó al fauno.- ¿Aún no te puedes llevar bien con Daro?.- El fauno simplemente cruzo de brazos.

-No estoy obligado a que me caigan bien tus amigos.- Dio la vuelta y se dirigió hacia la biblioteca, pero antes volteo su cabeza y dijo.-Cuando se despidan vienes Cristal, hasta que el vuelva podemos ir con Tem.- Y volvió a su camino.

La hada solo se rasco la cabeza, la menor se encontraba intrigada de que estaba pasando. Miro a su amigo y este lo noto.

-Y es esa la razón por la cual no puedo llevarte, para que Erbium no este sólo... digamos que mi amigo Daro y el... no son los mejores amigos que digamos. Antes se toleraban, hasta que desapareciste un buen tiempo y el.... se negó a acompañarme después.- La menor puso atención, quería saber qué pasó entre esos dos. Una pregunta invadió su mente.

-Faver.... ¿Erbium y tú son pareja?, tal vez son celos, mamá me dijo que eso solía pasar entre parejas.- Solo terminó la pregunta y pudo observar que su amigo se encontraba como la fresa que había tomado de la cocina.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2021 ⏰

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🌷La Puerta 🌷/Cancelada TemporalmenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora