C A P I T U L O | D I E C I O C H O

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ZEYN

Me resigné y volví a la habitación, Justin ya estaba listo, le tendí el desayuno.

—¿Y Ethan?— pregunté al ver que no estaba.

—Él... — dijo devorando la tostada —Está ocupado—se atoró.

—¿Me están ocultando algo?— esto era muy sospechoso.

—Para nada— comentó sin mirarme.

—¿Estás seguro?— fruncí el ceño acercándome a él.

—No creas que me vas a intimidar, con un solo golpe que yo te dé, caes noqueado— rió.

—¿Tú crees?— lo rete, reí.

—Lo aseguro— me tendió una tostada —Pero tú mirada si es como una paliza interna— rió.

—¿Qué le pasa a Ethan?— dije mirándolo fijamente.

—Hermano yo...

—Habla, Justin— insistí.

—Tú tía quiere que se alejé de tí— apreté los puños —También me dijo lo mismo a mí, pero la verdad eso no va a pasar, Ethan se quedó con ella para que lo dejara salir sin sospechas, Nancy cree que saldrá con su novia, pero ocurrió algo inesperado, y creo que ya no tiene novia— fruncí el ceño —En fin, saldrá encubierto— rió.

—Soy una mala influencia— bufé.

—No lo eres, si lo fueses le hubieras ofrecido droga a Ethan o a mí, tal vez incitado a hacerlo, pero no es así— me tendió jugo —Eres buena persona, tienes tu mundo vuelto mierda, pero no involucras a nadie.

—Eres un buen amigo— sonreí.

—Tú también, a tu manera— me devolvió el gesto.

Luego de desayunar salimos de la universidad, no ví a Kim por ningún lado, cuando estábamos en la salida apareció la hermana de Justin.

—Hermanito— le dió un beso en la mejilla.

—Me iré, nos vemos más tarde— dijo Justin mientras su hermana me miraba fijamente, noté que se relamio los labios, seguía mirándola sin expresión alguna —Nos vemos más tarde, adiós pequeña— ignoró completamente a su hermano.

—Adiós Zeyn— dijo.

Justin frunció el ceño pero no dijo nada, él tenía auto, así que nos fuimos ahí, no quise llevar la motocicleta, me dejó en el centro de rehabilitación.

—En cuatro horas, Central Park— avisé.

Asintió y se marchó.

Entré al lugar, pregunté a una señora en la recepción a dónde debía ir y me enseñó una habitación, entré, habían diez personas en un círculo.

—Buenos días— sonrió una mujer con una sonrisa tan exagerada, fruncí el ceño, me arrepentí de haber asistido —Puedes tomar una silla y entrar al círculo.

Asentí y tomé una, un chico se arrimó y puse mi asiento.

—Bueno, ya que estamos todos al fin, podemos empezar— comentó, sentía miradas pero estaba centrado solo en lo que decía la mujer —Empezemos con la última persona que llegó, ¿Cómo te llamas? ¿Puedes decirnos por qué estás aquí?

—¿Para qué mi nombre? ¿No es obvio la razón por la cuál estoy en... — Miré a mi alrededor —esta pocilga?— pregunté cortante.

—Puedes contribuir en algo— sonrió.

—No me interesa hacerlo, vine por obligación, más no para contar mis problemas los cuales no le incumben a nadie— me removí en mi asiento, sería una hora larga.

—Bien, estás en todo tu derecho— no dejó de sonreír, llegué a pensar que tenía un tic nervioso —Tú, ¿Cuál es tu nombre?— señaló al chico a mi lado —¿Puedes contarnos?

—Me dicen Satanás, y entre más rápido salgamos de aquí, mejor— comentó —La mujer que me dió la jodida vida que tengo, es una prostituta, follaba con hombres delante de mi sin importarle nada. Salía de casa en busca de algo que me ayudase a olvidar por un rato y conseguí la heroína y el crack, de echo fumar es mucho mejor que estar en esta mierda con todos ustedes.

—¿Has dejado las drogas?— preguntó la mujer.

—Las dejé por falta de dinero, y por qué tengo deudas, más no por qué los policías me intimiden— contestó.

—¿Cómo vas con la abstinencia?— preguntó.

—Apesta, no dejo de tener alucinaciones con el maldito de mi padre, lo escucho en mi cabeza diariamente— confesó.

Entonces algo se iluminó, la vos de Mark en mi cabeza, mi sueño, todo ocurrió luego que dejé las drogas, eso significa que todo fue a causa de la abstinencia, no por que fuese real, me quise alejar de Kim por miedo a Mark, pero solo eran alucinaciones.

KIM

—¡¿No me hablarás en todo el camino?!— se quejó Leyla.

Yo seguía fijada en la carretera, lo que le hizo a aquella chica fué muy cruel.

—¡Vamos! Fué lo correcto— insistió.

—No es así— dije sin mirarla —Fuistes la peor.

—Entonces que siguiera creyendo que ese chico la quería de verdad— se removió en su asiento.

—De echo Ethan perdió la apuesta, eso significa, mi querida genio— dije sarcástica —Que Ethan no estaba con esa chica para ese momento, aquí la única que engañaron fué a tí— ví su expresión de dolor —Y déjame decirte que si querías que otra se sintiera lo que tú sentistes, lo lograstes, pero eso no cambiará nada— finalicé y guardó silencio.

Estábamos a punto de llegar a casa.

—Dejame aquí, iré a ver a mi padre— no me miró.

—Bien— me estacioné y bajó sin despedirse.

Sé que le dolieron mis palabras, pero aún así no estuvo bien lo que hizo y alguien tendría que decírselo.

Seguí el trayecto hasta casa, bajé y mamá me esperaba en la puerta.

—¡Hija!— exclamó abrazándome fuerte.

—Te extrañé— besé su mejilla.

—Y yo a tí, cariño— sonrió —¿Y Leyla? ¿Por qué no vino contigo?

—Ya me hacían falta tus abrazos— comenté mientras entrabamos —Ella quiso ir con su padre— me encoji de hombros.

Me hacen falta los abrazos de papá, hacían que todos los problemas se olvidaran, cuánto lo extraño.

Comí junto a mamá, hicimos galletas y las dejamos en el horno, luego hablamos un rato de trivialidades.

—¿Aún no tienes novio?— preguntó, me sonrojé —Te veo cambiada, cariño.

Zeyn... Sentí un nudo en mi garganta.

—¿Novio, yo?— reí por lo bajo —¡Por dios, mamá!

—No mientas Kim, sé cuándo mientes, al igual que cuando te enojas— tocó mi nariz —Se te arruga la nariz.

—Me gusta alguien— confesé.

—¿Cómo se llama?— preguntó curiosa.

—¡Mamá, las galletas!— olí a quemado.

Gracias galletas, me salvaron.

No hablamos más del tema, afortunadamente.

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𝙊𝙨𝙘𝙪𝙧𝙤 𝘼𝙢𝙤𝙧 (En Curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora