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No puedo dormir – Aunque no es algo tan sorprendente, fui secuestrado por un ser que aparece en películas para adolescentes hormonales, no tengo idea de en qué país me encuentro, la cerradura de la habitación esta obstruida por lo que ni siquiera puedo salir a echar un vistazo y por la ventana no vuelvo a intentar saltar ni, aunque me paguen. Antes de tirarme sobre el suave colchón tomé una ducha para relajarme y por suerte encontré varios cambios de ropa en el closet, todas demasiado extravagante para mi gusto, llegué a preguntarme si había sido el vampiro enano quien los eligió, me conforme con una camiseta de algodón en conjunto a unos shorts cortos ¿acaso tienen algo en contra de que vuelva a encontrar y usar pantalones?

No he visto al maldito de Konghpob desde que se fue, de seguro se está dando aires de grandeza porque ha conseguido hacerme venir dos veces, no negare que se sintió muy bien, pero eso solo fue a causa de la droga que me inyectaron, estoy seguro, no hay posibilidades de que consiga confundirme otra vez.

Y eso que estoy sin contar lo de chupar mi sangre, eso en serio me dolió, espero que no lo vuelva a hacer. Todos esos autores que tanto respecte y que adore por años son unos estafadores, ahora los maldigo por hacerme gastar tanto dinero comprándome cada saga nueva que sacaban, no volveré a leerme un libro de historias sobrenaturales otra vez.

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Eran las 4:00 de la madrugada cuando fui despertado por unos molestos susurros junto a mi oído, las luces estaban apagadas por lo que no supe de quienes se trataba hasta que escuché sus voces.

– Despierta Arthit – Esa voz era de P'Off sin duda alguna.

– Qué esperas pequeño levántate pronto, te llevaremos a una aventura – y la siguiente del puto enano con carita de niño.

Encendí la luz de la lámpara que descansaba junto a mi cama y quedé un tanto confundido al ver la sonrisa emocionada de ambos, en especial la de P'Off quien no daba impresión alguna de temerle al vampiro enano, la gran pregunta era ¿Qué rayos querían este par conmigo a esta jodida hora de la madrugada? Si era un chiste no me parecía gracioso.

Sin siquiera dejarme cambiarme el pijama fui arrastrado por ellos, todo el lugar se encontraba silencioso no parecía haber vida alguna además de que cada ventana había sido sellada desde el exterior supongo que una medida de seguridad para evitar la luz solar y claro que sus juguetes escapen.

– ¿Se puede saber a dónde me quieren llevar? ¿Tienen idea de que hora es? Estoy muerto de sueño – ignorando espléndidamente mis preguntas me guiaron escaleras abajo hasta lo que parecía ser a primera vista el sótano, deje de creer que era eso cuando note lo extensamente largo que era a medida que bajábamos, todo se encontraba alumbrado por luces modernas y cada varios pasos comenzaban a aparecer puertas. Me parece que este era uno de esos pasadizos secretos que traen consigo algunas construcciones antiguas.

–¿P'Off a dónde vamos? ¿Acaso estamos intentando huir? – ya no aguantaba la incertidumbre.

–Pero que dices Arthit, es imposible irnos de aquí. No escuchaste lo que dijo P'Gun te estamos llevando a una aventura.

Dios, soy yo otra vez, hoy tengo una pregunta que hacerle ¿¡Qué demonios sucede con el cerebro de este hombre!? ¡Por qué mierda continúa actuando como si todo lo que está pasando es normal! Ya me di cuenta que él y Gun se conocen de antes, pero eso no explica por qué no se encuentra igual de incómodo y aterrado como yo de ser secuestrado por vampiros.

–Arthit puedo asegurarte que es imposible que alguno escape mientras yo me encuentre aquí. Soy pequeño, pero también uno de los más rápidos que se hayan creado – menciono con toda calma el bajito.

–Eso es muy cierto – dijo Off todo emocionado – P'Gun no solo es velos sino también inteligente y hermoso – Creo que estoy a punto de vomitar, P'Off habla parecido a los personajes de dibujos animados que escupen arcoíris cuando se emocionan.

–Te agradezco el cumplido cariño, pero ellos no harán que aseda a complacer tus ensoñaciones – las respuestas de Gun vienen cargadas de palabras amables y a la misma vez cortantes, siento algo de pena por mi compañero.

–Bueno hemos llegado a nuestro destino jóvenes. A partir de ahora es que da inicio la verdadera diversión de nuestra aventura – Explico Gun al detenerse frente a la penúltima puerta, no sabía que encontraríamos tras esta y sinceramente no me encontraba demasiado emocionado por descubrirlo. Sin perder ni un minuto más abrió y con una cortes reverencia nos pidió adentrarnos, la iluminación de la habitación era tenue, sofás mullidos de color negro y dos mesas con botellas de vino eran todo lo que adornaba el cuarto; se deben preguntar si teníamos compañía y para mi mala suerte sí estábamos acompañados, sentados en uno de los sofás estaban Kao y el señor Pete, quien para mi enorme sorpresa resulto no ser tan mayor como pensaba una vez lo vi de cerca, obviamente era más adulto que Off y yo pero quizás solo por unos cuatro años, Gun fue a sentarse junto a ellos con una feliz sonrisa que le fue devuelta por ambos mientras lo abrasaban. Off se acomodó lo más cerca que pudo de ellos, o mejor dicho del enano y yo... pues yo intente con todas mis fuerzas mantenerme alejado del tercer vampiro que se hallaba sentado silenciosamente en la parte más apartada de la habitación a quien no note hasta que sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo, el cual fue causado por su mirada hambrienta, tuve un mal presentimiento apenas lo note.

Y mis instintos no se equivocaron, en menos de un parpadeo Kong estaba sentado junto a mí, los temblores no tardaron en arremeter por cada célula de mi cuerpo, notaba algo diferente en él, sus ojos cargados de calma no aparentaban que harían acto de presencia en cambio solo veía deseo en ellos, un deseo del que estoy 100% seguro no podré defenderme y en esta ocasión no creo que vaya a respetar mi opinión.

–Kong deja de mirarlo como si lo fueras a engullir– escuche decir por detrás de nosotros a Kao, tenía una voz increíblemente amable para ser un vampiro.

–Jajaja, Es verdad Kong, estas asustando al pobrecito de Arthit, miren su carita es igual a la de un conejito indefenso – este enano comienza a colmar mi paciencia, disfruta insultar indirectamente a otros, pienso que en alguna oportunidad terminare peleándome con él, aunque sea derrotado en segundos.

–¡Él es de mi propiedad! ¡Puedo hacerle lo que me plazca! – prácticamente les grito Kong mientras inclinaba su cabeza cerca de mi cuello olfateándome como si fuera un perro para luego comenzar a lamerme. Va morderme no existe duda sobre eso y no puedo decir que este muy emocionado por sentir una segunda vez sus colmillos, razón por la que con gran esfuerzo lo empuje intentando escabullirme cerca de donde se encontraba Off, plan que fue truncado por sus fuertes brazos que aprisionaron mi cintura.

–¿A dónde crees que vas cachorrito? – pregunto apoyando su rostro en mi hombro.

–A intentar mantenerme alejado de ti, si quieres follar consíguete una vampira sexy y déjame a mí en paz – respondí.

– No creo que te hayas dado cuenta de lo malditamente sexy que tú eres Arthit y de locos deseos que tengo de probarte – explico dejando salir un raro suspiro antes de volver a acercar su lengua.

–¡Maldito pervertido aleja tu sucia lengua de mi cuello! ¡Estas llenándome de baba! – grite intentando sin éxito separarme de su lado, si permito que vuelva beber mi sangre corro el riesgo de que se haga adicto a esta, una vez escuche a mis padres decir que tengo un tipo de sangre especial lo cual me resulta algo difícil de creer, la sangre es roja y con el mismo horrible sabor a hierro en todas las personas, ¿pero qué pasa si su loca teoría resultara ser cierta? Entonces si estaré completamente jodido.

–¿Dices que se siente asqueroso que chupe tu suave y pálido cuello? Jajaja en verdad eres adorable Ai'Oon, pero lamento informarte que nadie va a evitar que pruebe tu dulce esencia hoy.

Sin darme oportunidad de contestar clavo bruscamente sus colmillos, deje salir un fuerte gemido, pero este no tenía remotamente nada que ver con el placer, en cambio un dolor insoportable me ataco haciéndome entrar en pánico; como pude comencé a golpearlo en la cabeza y donde sea que mis brazos alcanzaban, mis fuerzas se iban debilitando a medida que el insoportable dolor se intensificaba, no creía poder seguir soportándolo así que termine actuando como nunca quise frente a él.

Locuras durante la Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora