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En medio de la noche, en un pequeño cuarto de hotel se hospedaba una pequeña y curiosa familia, la cual venía y venía, además de estar un tanto preocupados por uno de los suyos.

-Enserio estoy bien. -Pedía Izuku avergonzada, quien se encontraba en cama siendo atendida de manera exagerada, o al menos eso pensaba.

Después de la caída repentina, Aizawa Shota estaba empeñado en volver a Japón para poder estar al corriente con la salud de Izuku, quien desde siempre había sido débil de salud. Izuku no quería regresar todavía, tenía muchas cosas que hacer ahora que estaban fuera.

Pero no menos importante, estaba el problema de que la maldición de su amigo de la infancia se rompió y tiene que encontrarlo, nada le asegura que vayan a quedarse en aquel lugar el tiempo suficiente, al igual que quería ver la situación en la que ambos se encontraban y si su majestad se encontraba bien.

Además, quería librarse del hospital.

-Ella tiene razón Shota, está bien. -Emi trató de calmarlo y tratar de llevarlo respectivamente a su cuarto.

-Aún no estoy seguro, pienso que deberíamos ir tan siquiera al doctor que está a cargo de tu historial.

-Pero tendríamos que regresar. -Habían planeado durante varios meses esta salida para darle la sorpresa a la señorita Emi y, de paso distraerse de toda la presencia de la ciudad.

-No quiero arruinar este viaje, no me lo perdonaría. -Dijo triste a la par que apenada, esperaba que eso fuese suficiente para convencer al hombre de quedarse.

-Bueno, podríamos quedarnos, después de todo si ocurre alguna emergencia hay buenos hospitales cerca. -Sugirió Hitoshi. -Además, Izuku se ve un poco mejor. ¿No lo crees papá?

-¿Lo ves? ¡Por favor! -Suplicó haciendo ojitos de gato bajo la lluvia, Aizawa todavía seguía inseguro. -¿Qué te parece esto? Solo saldré una vez, estaré en todo momento cerca tuyo, Toshi o Emi, y...estaré dispuesta a usar la silla.

-Odias usarla. -Dijo sorprendido del trato que había ofrecido

-Si, la odio pero, si te mantiene tranquilo puedo aceptar a usarla. -Confesó sincera. -Por favor papá....

Shota suspiró resignado y revolvió los cabellos rizados de la chica.

-Eso es trampa. -Declaró derrotado.

Bueno, ese en cierto modo era su punto débil, Izuku no solía llamarlo así y las veces que lo hizo fue cuando estaba rebosando de felicidad y se dejó llevar. Así que, estaba a los pies de esa pequeña, al igual que de Eri pero ¿Importa? Shota pensaba que con gusto podría dejar su orgullo de lado siempre y cuando pudiera ver a sus hijos sonreír.

-Jeje. -Rió un poco avergonzada, aún no se acostumbraba a llamarlo así, aunque en el fondo de su corazón quería hacerlo.

-Bueno, es mejor que vayas a dormir. -Respondió el azabache una vez se levantó de la cama. -Espero que para mañana estés mejor si quieres ver el castillo de los Vermella.

-¡Sí!

-¿Puedo ir yo también? .-Preguntó Eri ilusionada de ver un castillo de verdad.

-¡Por supuesto que sí!. -Respondió Emi cargando a la pequeña. -¿Qué sería un castillo sin su pequeña princesa? Obvio que irás.

-¡¡Wuju!! .-Festejó la pequeña mientras alzaba los brazos.

Y así, los dos adultos se fueron de la habitación para, en primera dejar a la pequeña albina en su habitación y en segunda, ellos poder descansar.

-¿Te sirvieron los suplementos? .-Preguntó Hitoshi una vez estuvo seguro de que estuvieran solos.

-Bastante, aunque me sorprende como la magia está desperdigada por todo el lugar. -Respondió de manera sincera. -Hasta en mi cama hay rastros, por lo menos puedo absorber un poco de esto y así recuperar mis fuerzas y mi poder, ¿Qué hay de tí? ¿Todavía puedes transformarte?

[Vɪᴀᴊᴇ ᴀ ᴛʀᴀᴠᴇ́s ᴅᴇʟ ᴛɪᴇᴍᴘᴏ] ʙɴʜᴀ TᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora