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Ellery Davis se encontraba limpiando y reparando un poco el bunker, mientras que Mary, Sam y Dean Winchester buscaban a Castiel y Kelly antes de que Lucifer lo hiciera primero. Sin embargo, Ellery estaba completamente segura que “alguien tiene que ocuparse de este desastre” no era la única razón por la que se hallaba allí.
El ruido que hizo la puerta del bunker resonó en los oídos de la chica. Dean fue el primero en aparecer, quien parecía exhausto y triste; el siguiente en aparecer en la visión de la joven fue una persona que desconocía y al final aparició Sam. Pero no Mary o Cas.
—¿Quién es el? —preguntó, señalando al chico que desconocía llamando la atención de los tres presentes, el extraño frunció el ceño.
—Elle.. este es Jack, hijo de Lucifer —explicó Sam, intentando sonreír, ella solo arqueo una ceja.
—Lucifer no es mi padre —habló el chico, ganándose un suspiro por parte de Dean.
—¿Estás tratando de decirme que este asno adulto es hijo de Lucifer? ¿No debería ser un bebé?
—Él debería. Tampoco tenemos idea, pero debes vigilarlo. Dean y yo todavía tenemos algunas cosas que hacer, pero él está más seguro aquí contigo —dijo Sam, haciéndole reír.
—¿Sabes cómo es Lucifer y aún así quieres dejar a su descendencia conmigo? —preguntó ella, frunciendo el ceño.
—Jack no es como Lucifer —aseguró Sam—. Solo ... solo cuídalo por ahora, ¿quieres?
Ellery suspiro en forma de rendimiento. No pasó mucho tiempo hasta que Sam y Dean se fueron de nuevo, ahora se encontraba sola junto con la compañía de Jack.
Ninguno de los dos hablaba. Elle pensó que podría decirle. No sabía mucho sobre los Nephilims, tampoco lo que necesitaban para sobrevivir. Así que tendría que averiguarlo.
—¿Tienes hambre o sed? —preguntó, apuntando la cocina.
—¿Que es eso? —cuestionó el chico, haciendo un gesto con la cabeza que a la joven le hizo acordar a Castiel cuando no entendía algo.
—¿Necesitas comer o beber algo? ¿Tu boca se siente seca o tu estómago gruñe? —volvió a preguntar ella.
—Comí turrón, pero tengo la boca seca —habló Jack, con una sonrisa tonta y brillo en sus ojos al mencionar el delicioso turrón.
—Entonces.. déjame traerte algo para beber. ¿Qué deseas? ¿Agua, jugo o algún otra cosa? —Ellery miro al chico—. Probablemente no debería ofrecerte cerveza —bromeó sonriendo.
La chica comenzó a caminar en dirección a la cocina, mientras oía los pasos del chico le seguían.
—No sé qué es eso —comentó él con inseguridad, mientras se paraba a su lado.
