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Eres

Lo que más quiero en este mundo, eso eres


Florece el amor en su pecho, la bella dalia que jamás esperó que apareciera en él. Pero no por menos esperada, es que no fuera deseada. Le daba la bienvenida a esos sentimientos. Con su hermosa voz en la mañana, cantando letras de canciones con un nombre a quien dedicarlas.

La alegría del mismo sol en su canto, el corazón añorando.

Seokmin estaba enamorado.

Y era un encanto aquel sentir, que se emocionaba con el simple pensamiento de la persona a quien quería.

Caminando hacia la escuela, cada paso y cada cosa que veía, todas del mismo color.

Coloreadas de Joshua y sus ojos. De Joshua y su sonrisa. De Joshua y su gentileza. De Joshua y su belleza. De Joshua y todo su ser.

Aquella felicidad, ya nata en él, tomaba una intensidad especial, sólo porque su corazón había encontrado una razón más para existir.

Ahora todos los poemas adquirían sentido.

Entrando a su salón, se sentó y sonrió a sus amigos. Mingyu y Minghao se sentaron en sus respectivos lugares también, cerca de él, dando su saludo.

—Quisiera tener tu energía tan temprano, no sé cómo le haces para irradiar tanto apenas empezando el día.

Seokmin respondió con una risa cálida.

—Agradezco que en este mundo exista gente como tú, que transmite tanta alegría a los demás que a veces nos llega a faltar. —Minghao le acarició el cabello.

—Hao, tengo que verme guapo, no me despeines.

—¿Verte guapo para Joshua hyung? —Mingyu movió las cejas de arriba a abajo.

Seokmin asintió. No era de esas personas que negaran lo que sentían, al contrario, si estaba feliz lo demostraba. Lo mismo si estaba triste, enojado, asustado... o enamorado. Pero en este caso, no había confesado sus sentimientos, porque quería hacerlo de manera especial, y aún se estaba preparando.

—Seokminnie, eres demasiado guapo incluso despeinado —dijo el menor del grupo.

—Gracias, me subes la moral. —Le dedicó una sonrisa brillante a su amigo, que le dio un abrazo (Minghao trataba a Seokmin como su bebé).

—Hey, Hao, ¿y qué hay de mí? —El moreno se señaló con una sonrisa de lado.

El chico delgado alzó una ceja como respuesta. Mingyu hizo un puchero.

—Sí Mingyu, eres el más atractivo de nuestra generación, porque de toda la preparatoria es Joshua. —Seokmin trató de animar a su amigo a su manera.

—Bueno, algo es algo...

Pero Seokmin no entendía porque Mingyu le hacía esas preguntas a Minghao, cuando él había notado la manera en la que los ojos del chino miraban al chico alto, como si fuera lo más bello y especial en este mundo.

Sólo que no se daba cuenta por sí mismo, y Minghao prefería no decir nada.

Igual que él con Joshua. ¿Él mayor notaría el amor en sus ojos? ¿En esa sonrisa única que sólo a él le dedicaba?

No podía estar seguro. Pero faltaba poco.

Estaba dispuesto a arriesgar todo.

Porque el amor no es tibio.

Eres (SeokSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora