Era un bello hábito ahora. Tocar juntos. Cantar en dueto. Acostarse juntos en el suelo y mirar desde la habitación hacia el cielo y la tarde caer cada día.
Compartir besos de saludo y despedida. En la frente, en la mejilla. En los labios.
Tomarse de las manos al caminar.
Sonreír con el pensamiento del otro.
Añorar por el contacto de la piel, por la calidez de la voz y la simple compañía.
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Joshua acomodó el libro en sus manos, buscó la página en donde se encontraba el separador. Seokmin estaba recostado con su cabeza en el regazo del mayor.
—¿Dónde nos quedamos?
—En la página ciento siete.
—A eso no me refería, Shua.
El mencionado rió ligeramente.
—«Quienes saben música quizá me entiendan mejor si digo que una simple nota, pongamos por caso el do del medio (que es la única que conozco, por lo demás), puede ser considerada como un ente unidimensional —Comenzó a leer en voz alta—. No obstante, a medida que se adelanta y se consigue tocar en el piano un acorde de varias notas con las dos manos, puede decirse que se ha llegado a tres, cuatro o cinco dimensiones en función de vibraciones, porque la música, sea de nuestro agrado o no, y parte de su mayor o menor belleza, no es más que un conjunto de vibraciones que "armonizan" con otras.» —Se tomó una pausa.
—Woah, no entendí nada.
Joshua se inclinó para darle un abrazo a Seokmin de la ternura que le dio.
—Es sólo un ejemplo.
—Interesante. Me gusta porque te hace pensar.
—Es filosófico, ¿verdad?
—¿Quieres escuchar mi filosofía?
Seokmin se enderezó y Joshua lo miró curioso.
—"Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?" —recitó aquello de manera dramática. Joshua le dio un empujón amigable, se sentía avergonzado por lo franco y expresivo que era su pareja.
—¿De dónde sacaste eso?
—Es una frase de Fernando Pessoa que saqué de uno de los libros de Mingyu. Me la aprendí y esperaba usarla en algún momento. ¡Ta da!
Abrió los brazos y Joshua se abalanzó a ellos.
—Ay, mi Seok, yo también te amo. Tontín. —Le dio un beso rápido en los labios y el menor rió.
Se dejó caer de espaldas arrastrando a Joshua consigo. Ambos tendidos en el suelo, unidos y con una sonrisa. Disfrutando el momento.
Dejando que el silencio los cobijara y hablara por ellos.
°°° Como dato, el fragmento del libro que leía es de "Crepúsculo" del autorLobsang Rampa (no el de vampiros y lobos, lol)
Pues este fue el corto fic.
La canciónestá ahí por si la quierenescuchar; es hermosa, no exagero.
