❝𝐏𝐞𝐚𝐜𝐡 𝐂𝐚𝐤𝐞.❞ [𝖪𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇.]

𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨.

Hace siete años.

Park Jimin.

Mi pecho subía y bajaba con tanta fuerza que creía que en cualquier momento mi cuerpo iba a explotar, hubiese deseado que lo hiciera si eso significaba que desaparecería en mi escondite y ninguno de los crueles chicos que me perseguía en ese momento por los pasillos me encontraría. Recuerdo la oscuridad que gobernaba todo mi ser debido a mis ojos cerrados en un apretado choque, como si eso fuera a hacerme invisible de un momento a otro, cada parte de mi cuerpo temblaba con terror, parecía una simple hoja de papel que luchaba contra la brisa. Cuando estas escondido, un minuto parecen horas, creí haberme ocultado el tiempo necesario para que ellos ya no se encontrarán ahí, no obstante, me equivoque.

— ¡Te atrape mariposa! —un grito que termino siendo ahogado por la fría mano de mi compañero de asiento desde que el curso había comenzado, su brazo libre se enrosco en mi cintura para poder levantarme del suelo. — ¿Por qué te escondiste? yo sólo dije que te presentaría a mis amigos —el tono aun bastante infantil de su voz no hacía menos intimidante al de cabello negro.

— ¡¿Ya lo encontraste Hyeong-ssi?! —mi cuerpo no necesito de nada más que esa voz para comenzar a removerse queriendo escapar a toda cosa, se trataba de Kim Han Bin. Lo intente de todas las formas que mi débil cuerpo podía, sin embargo, quien me sostenía era mucho más fuerte y no me soltó hasta estar dentro de los baños del instituto donde ya nos esperaban otro par de sus amigos. — Hola, tú debes ser...mi ¿enamorado?

Pude sentirme morir durante un segundo en ese momento, ni si quiera fui consciente del momento en que la puerta fue asegurada o de cómo me habían rodeado para que no pudiera escapar, únicamente sentía mi corazón palpitando en mis oídos incluso parecían estar hirviendo, quería huir. Han Bin me regalo una de esas lindas sonrisas que mostraba todo el tiempo durante clases, creí que el haría que me dejarán ir, cruzo por mi mente la posibilidad de que yo le gustará y me defendería de sus crueles amigos, pero eso no fue lo que ocurrió.

— Entonces es cierto, yo te gusto —su angelical mascará me engañó por completo, mi mirada se posó en el suelo con vergüenza mientras mis dedos jugaban entre ellos sobre mi estómago.

— Yo...Han Bin-ssi...—por segunda vez, mi voz fue ahogada por un leve empujón que hizo a mi cuerpo tambalear hacia adelante, desearía haber caído al suelo de golpe eso sin duda me hubiese causado menos dolor que lo que seguiría.

— Chicos, no sean malos con él —regaño a sus amigos mientras me ayudaba a ponerme de pie. Me sentía tan confundido como emocionado que a penas mi mente pensaba con claridad. — Te tengo un regalo, me dijeron que te gustan las mariposas ¿es verdad? —asentí de inmediato totalmente extasiado—. Entonces esto te va a encantar...

Si tan sólo no hubiese estado tan embobado porque él chico que me gustaba estaba tratándome tan bien, sin ninguna broma, no había burla en su voz y yo sentía a mi corazón regocijarse en mi pecho, así que no preste atención a nada que no fuera la deslumbrante sonrisa de Kim, el mantenía su vista en mi como si no quisiera perderse de ningún detalle de mi rostro, la verdad era que deseaba ver el espectáculo comenzar. Con inocencia levantó un frasco de cristal hasta sus mejillas dentro se encontraban un par de mariposas revoloteando, mentiría si dijera que recuerdo como hablo de la manera en que yo mencione sentir mariposas en el estómago cuando le tenía cerca, pero lo siguiente es algo que nunca podría olvidar.

— No lo dejen moverse —su rostro cambio totalmente, su sonrisa se volvió oscura, cargada de burla mientras sus ojos escaneaban mi cuerpo para saber dónde sería mejor dejar a los insectos. Debí correr en cuanto escuche sus palabras, pero en su lugar me quedé paralizado por completo hasta sentir a los chicos tomarme de los brazos y piernas para que no me moviera dejando a mi cuerpo caer al suelo en un movimiento seco.