❝𝐀𝐥𝐞𝐱𝐢𝐭𝐞𝐦𝐢𝐚.❞ [𝖪𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇.]

𝐃𝐞𝐬𝐩𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐲 𝐭𝐨𝐫𝐩𝐞𝐳𝐚𝐬.

Park Jimin.

❝JMY Entreteiment se prepara para un nuevo drama se especula hablará de la inclusión y el amor entre dos chicos ¿nos darán una nueva visión del amor? ❞

Oh, por los pasteles de durazno.

— ¡Kim Taehyung! —mi garganta casi se desgarra, pero eso no es lo más importante en este momento. Como puedo me incorporó sobre mi lugar. — ¡Ven aquí ahora mismo! —vuelvo a gritar de forma desesperada para que mi mejor amigo logre escucharme.

Tomó mis calzoncillos que se encuentran a un lado en mi alfombra de cebra aun con la mitad de mi cuerpo sobre la cama logrando que el movimiento de mis caderas no haga nada más que lanzarme fuera del colchón con destino a que mi trasero se raspe contra la horrible tela sobre el suelo, no hace falta decir que las maldiciones emanaron de mis labios tal como lo hace la saliva del profesor Kang al hablar, en abundancia y sin filtros.

Para cuando en medio de retortijones que podrían ser confundidos con un colapso logro vestirme a medias una despeinada cabellera castaña terriblemente alborotada se levanta de entre las sábanas. Un par de ojos marrones clavados en mi con absoluta confusión.

— ¿Qué estás haciendo? —su voz es pesada y adormilada.

— Lo lamento, había olvidado que habíamos quedado anoche y dormiste aquí —admito, mis dedos rascando mi mejilla con absoluta incomodidad. — Yo...estaba gritándole a Tae por que acabó de ver algo muy importante que no me dijo...

— Ah, pero esta es mi casa Jimin, ayer vinimos después del bar —me dice casi tan lentamente que me siento más estúpido de lo que ocasionalmente suelo ser. — Y…esos son mis calzoncillos

Oh, vaya. Eso tiene sentido, porque yo no tengo una alfombra y si la tuviera tampoco sería tan poco cómoda, en todo caso, sería esponjosa, suave, púrpura quizá. Un pedazo de tela sedosa que no rasgara mi retaguardia al caer accidentalmente sobre ella. Además, estoy prácticamente nadando en estos calzones tan ásperos como el suelo, lo que confirma que tampoco son míos porque tengo una piel delicada que ya se habría caído de tener esta cosa como hogar.

— Ya lo sabía —miento descaradamente, estoy totalmente decidido a no pasar más vergüenzas esta mañana. — Sólo estaba probándomelos ¿dónde los compras? —Pregunto, para no ir nunca ahí, con un genuino manojo de interés.

— Un chico del trabajo los vende en línea, puedo darte su contacto, pero por favor vuelve a la cama y duerme

Nota del día número 1: Revisa que estés en tu casa antes de gritar o colocarte ropa interior, no importa que tan seguro, enfadado o emocionado estés REVISA.

Garabateo dichas palabras sobre un post it de color amarillo que tenía dentro de mí mochila pegándolo de forma desesperada en la portada de mi libro de la semana, lugar donde no tengo dudas podré verlo lo que queda de la misma, para no volver a cometer el catastrófico error de hace unas horas, tal vez, debería pegarlo sobre mi celular ahí podría verlo inmediatamente al despertar.

Mis padres suelen decir que todas las cosas extrañas que suelen pasarme en el día no se deben a los escases de suerte sino más bien a la falta de habilidades normales para recordar cosas esenciales como caminar, orientarme, hablar o saludar sin golpear la cabeza de la persona frente a mí. Como en esa ocasión en la que rompí la nariz de un chico guapo que se acercó para susurrarme alguna cosa divertida al oído. En lugar de todo eso mi memoria parece ser invadida por cosas menos importantes como recetas, diálogos, horarios de programas, chismes o cumpleaños. No es algo de lo que yo me queje en absoluto la mayoría del tiempo, tampoco es que alguna persona cercana lo haya hecho en voz alta, por otro lado, mis jefes...