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La noche se tornaba fria a pesar de que apenas empezaba el otoño, unas tupidas nubes grises que anunciaban una tormenta manchaban el cielo.

El ambiente era perfecto para estar sentada en el cordon de la acera, mientras expulsaba una bocanada de humo que se mezclaba con el aliento frio saliendo de mi boca. Justo lo que estaba haciendo.

Si mama me hubiera visto fumando le habria dado un infarto, ya perdi la cuenta de la cantidad de veces que me dio el discursito de "fumar te va a matar" "te va a dar cancer de pulmon si sigues asi".

Ella solia exagerar un poco bastante. Solo fumaba uno o dos cigarrilos de vez en cuando, cuando necesitaba distenderme y desconectarme del mundo por un rato. Pero ella lo interpretaba como que en cualquier momento tendria que llevarme a rehabilitacion para desintoxicarme.

Desde que me habia mudado sola para poder estar mas cerca de la universidad, mama se habia puesto en modo sobreprotectora.

Todavia no se hacia a la idea de que pudiera manejarme sola y autoabastecerme, y eso que estuve trabajando durante dos años en una gasolineria para poder pagar el departamento en el que estoy viviendo ahora. Y claro, tambien los impuestos, las expensas y los materiales para la univerisdad tenian su precio.

Vivia en un edificio bastante ruidoso. Tenia de vecinos a unos universitarios hormonales de mi misma edad, que tenian muy poco respeto por los horarios ajenos y se la pasaban haciendo fiestas y emborrachandose a cualquier hora.

Amanecía y lo primero que podia ver eran un par de adolescentes inconscientes por tanto alcohol tumbados boca abajo en el jardin delantero del edificio. Bonita imagen para empezar el dia.

Despues de unos dos meses de instalarme y acostumbrarme a mi nuevo hogae, mañana finalmente empezaria la universidad oficialmente. Estaba un poco mas emocionada de lo que me gustaria admitir, pues en la secundaria no habia tenido muchos amigos y esperaba que eso ahora pudiera cambiar.

Estaba tan concentrada mirando a la nada e imaginando como seria mi primer dia, que apenas me habia dado cuenta que estaba empezando llover y yo solo llevaba puesta una camisa ligera y poco abrigada. Me meti al departamento de inmediato temblando de frio con lo poco que me habia mojado. Si, era algo exagerada cuando queria.

Todavia me quedaban algunas cajas por desempacar pero en general era muy ordenada, asi que supe aprovechar bien el espacio y hacer de ese lugar tan pequeño algo acojedor.

El tono de llamada de mi celular me saco de mis pensamientos, casi me asuste de que alguien llamara tan tarde. Pero me tranquilice cuando vi que era mama. Contesté algo preocupada de todas maneras:

- Hola mam... -intente decir-

-¿¡Donde diablos estabas?! -me espetó sin dejarme terminar de hablar-
Te llame como unas 5 veces y no atendiste. ¿Estas bien? ¿Te paso algo? ¿Estas herida? Ay yo sabia que era mala idea que te fueras a vivir sola. -terminó, todavia sin dejarme hablar-

-¿Puedes tranquilizarte? Solo habia salido un rato a...-

No podia decirle que estaba fumando o se infartaria.

-¿A...? -me insitó a terminar la frase-

- A tomar un poco de aire. Estoy bien, ya tengo veinte años como para saber cuidarme sola. Solo queria despejarme antes de mi primer dia.

- ¡Ah si! -chilló- Por eso te llamaba, ¿estas nerviosa cariño?

- ¿Nerviosa por entrar a un lugar donde no conozco a nadie y en el que tendre que pasar unos cuatro años aun si no llega a gustarme? Pff no -ironicé entre divertida y asustada-

- Tranquila, vas a estar bien. Ahora ve a dormir asi estas bien descansada para mañana.

- De acuerdo, que descanses mamá.

- Que descanses Emily.

Colgué el telefono y me dirigí hacia mi habitacion, un poco mas agotada de lo que pense, de hecho. Lo deje sobre la mesita de luz y empece a ponerme el pijama.

Me metí bajo las sabanas y el acolchado, acurrucandome contra la compañia de mis fieles osos de peluche (podria tener veinte años pero nunca perderia el amor que le tengo a los osos de peluche).

Tenian el presentimiento de que mañana seria un laaaargo e interesante dia, asi que no tarde mucho en cerrar los ojos y quedarme dormida.

***

Lo que pudimos serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora