Solamente Algo Físico (Camren)

Capítulo 23

El lunes, la pierna izquierda de Lauren todavía estaba entumecida como un tronco. Su neurólogo lo declaró una recaída y la envió al centro de infusión para un tratamiento más agresivo.

La enfermera que las saludó en la puerta le dirigió a Grace una sonrisa de invitación. "Puedes acompañar a la Sra. Jauregui adentro. Permitimos que los primerizos traigan a un amigo, cónyuge o familiar".

Lauren estaba empezando a sentirse como una niña de primer grado aferrada a la mano de su madre el primer día de clases, y no quería esa dependencia.

"¿Qué piensas, Lauren?" Grace preguntó. "Me encantaría ir contigo".

Lauren miró a Grace desde la silla de ruedas que su neurólogo les había prestado para ir por el pasillo desde su oficina hasta el centro de infusión. Abrió la boca para decirle que podía irse, pero luego dudó. A decir verdad, no sabía lo que sucedería en la habitación de aspecto estéril. Si bien no quería que Camila tuviera que vivir todo con ella veinticuatro/siete, dejar que un amiga la ayudara era diferente. Al final del tratamiento, Grace volvería a su propia vida, una vida sin EM. Desafortunadamente, Grace no era solo su amiga; también era una actriz famosa.

"No lo sé", dijo Lauren. "No quiero causar una estampida, con todos los pacientes arrastrando sus bolsas intravenosas por la habitación para obtener tu autógrafo".

"¿Autógrafo?" La enfermera miró de Lauren a Grace. Abrió mucho los ojos y parecía que estaba a punto de caer de rodillas y adorar a Grace. "Oh Dios mío. Eres Grace Durand, ¿verdad?"

En momentos como este, Lauren se alegraba de haber usado una peluca rubia mientras protagonizaba Coffee to Go. Pocas personas la reconocían alguna vez. "¿Ves?" Le dio a Grace un suave empujón. "Es mejor si te vas. Estaré bien".

"¿Estás segura?"

"Estoy segura. Ve".

Grace suspiró y miró a la enfermera, que todavía la estaba mirando. "¿Puedes darle algo para su terquedad también?"

La enfermera sonrió y finalmente se sacudió esa mirada deslumbrante. "Todavía no han encontrado una cura para eso, pero si lo hacen, me aseguraré de que reciba una dosis".

Excelente. El primer tratamiento de su curso de corticosteroides de tres días ni siquiera había comenzado, y ya estaban hablando de ella como si no estuviera sentada junto a ellas.

"Tenemos una sala de espera", dijo la enfermera. "Está vacío en este momento. Si quieres, puedes esperar allí. La infusión tomará aproximadamente dos horas. Nos gusta una tasa de goteo más lenta para que nuestros pacientes no tengan dolor de cabeza".

Grace asintió con la cabeza. "Estaré en la sala de espera, entonces".

Lauren quería protestar y decirle que tenía cosas más importantes que hacer. Grace volaría a Irlanda mañana para filmar en el lugar durante un mes entero, y probablemente aún no había empacado. Pero Lauren se había prometido a sí misma hacer un mejor uso de su sistema de apoyo y no desperdiciar tanta energía tratando de conquistar el mundo sola, así que se rindió y asintió.

La enfermera señaló a Grace hacia la sala de espera y la miró. "Guau. Grace Durand en nuestro centro de infusión. ¡Guau!"

¡Sí, y estará en el centro de infusión mucho más tiempo si te quedas allí sin conseguir mi tratamiento! Lauren reprimió el comentario, no queriendo sacar su mal humor con la enfermera.

Finalmente, la enfermera se volvió hacia ella y empujó la silla de ruedas de Lauren hacia la sala de tratamiento.

Había ocho sillones a lo largo de dos paredes, separadas por cortinas de privacidad. La mayoría de ellas estaban abiertos, por lo que Lauren pudo distinguir a otros pacientes, ya conectados a las vías intravenosas. Ninguno de ellos parecía enfermo, pero, de nuevo, ella tampoco; sin embargo, allí estaba, a punto de recibir mil miligramos de Solu-Medrol bombeados en sus venas. La mayoría de los pacientes habían traído libros o sus lectores electrónicos, y algunos estaban charlando con otros pacientes a través del espacio entre sus sillas reclinables, poniéndose al día sobre lo que había sucedido en sus vidas desde la última vez que se vieron.