Con una sola mirada ♥

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La crisis por la que había estado pasado aún estaba ahí, pero era más llevadera, incluso por pequeños lapsos, cuando ese destello rosa cruzaba por su cabeza olvidaba lo que tanto le estresaba y atormentaba, todas esas responsabilidades y expectativas sobre él. Ahora solo cargaba con la extraña sensación de anhelo por alguien que no conocía y que le había cambiado el ánimo con solo haberla visto una sola vez.

Los días pasaron, pero no como él hubiera querido. Realizaba su misma rutina e inconscientemente aun en auto pasaba por los mismos lugares y por suerte, lo que tanto deseaba, ocurrió una segunda vez. Dos días después del primer encuentro, la vio, aun a distancia pudo reconocer su singular cabellera, su cuerpo reacciono solo y corrió tras de ella, no sabía porque o para que, solo sentía la necesidad de hacerlo, pero al llegar a una de las calles principales, un tumulto de personas se cruzó en su camino y aunque empujo a cuanto se le atravesara en el camino, logrando dispersarlos, la cabellera rosa había desaparecido, como si se hubiera esfumado.

Regreso a casa frustrado, con los ánimos por el suelo y con la cólera hasta el cielo. Al menos en casa estaba solo y no tendría que soportar a nadie más a excepción de su gato, pero parecía que a el poco le importaba su presencia y su mal ánimo. Ese gato era muy arisco, no se dejaba tocar y era muy extraño cuando se dejaba hacer, incluso con el que era el dueño, pero tenía que reconocer que también tenía buenos momentos en donde era cariñoso y el aprovechaba. A veces se pregunta por qué lo había adoptado o más bien porque lo había aceptado, porque ese gato había llegado solo.

Llego y jamás se fue.

Constantemente lo encontraba afuera de su departamento o incluso afuera de la ventana, maullaba y se desaparecía y un día al llegar del trabajo, lo encontró afuera de su puerta sentado esperándolo, esa había sido la única vez que se había dejado tocar y pudo apreciar lo suave que era, con un pelaje tan negro y con su mirada tan intensa que lo habían cautivado. Sasuke abrió la puerta y el gato simplemente entro como si ya estuviera familiarizado con el lugar, observo detenidamente a Sasuke y se tiro sobre la alfombra. Al principio tuvo que considerar seriamente en tenerlo, era mucha responsabilidad y el no pasaba mucho tiempo en casa, pero al ver al felino tan tranquilo recostado en la alfombra de la sala no pudo negarse a darle una oportunidad, tal vez era lo que necesitaba, una compañía y ese gato se había ofrecido solo para serlo.

Tiempo después admitió que no había sido mala idea, a excepción de a veces no dejarse tocar y ser un poco introvertido, no había queja de él, había que reconocer que era bueno, no molestaba, era tranquilo, independiente, solo maullaba cuando necesitaba salir a hacer sus necesidades y a Sasuke le encantaba admirar su pelaje tan negro como el carbón. Era un gato único, que parecía más el dueño de ese departamento.

Observo a su gato que se encontraba tirado en la alfombra y el copio la acción tirándose en el sofá mientras frotaba su rostro con ambas manos en un intento por reanimarse. Ya no quería pensar más en eso, ya no quería pensar más en ella, tenía que dejarlo, porque este asunto comenzaba a ser absurdo, tenía más cosas sobre él, necesitaba centrarse en otras cosas que realmente necesitaban de su absoluta atención como el manejo de la editorial y todas las personas que lo conformaban y que muchos dependían de él, pero es que le era imposible, esa chica constantemente aparecía en sus pensamientos, la singularidad de su cabello, sus ojos, todo en ella era una mezcla hermosa, alegre, que ilumino aquel día nublado y gris, que por un momento lo hizo olvidar todo lo que cargaba y soportaba.

El hecho de solo pensar en cómo sería de cerca y que otros detalles podría apreciar de ella, le hacía sentir una extraña sensación.

Estar tan inmerso con una persona de la cual ni siquiera conocía su nombre era tan abrumador. Todas esas sensaciones nuevas, lo eran. Solo verla dos veces basto para que le transmitiera la emoción, el cambio de ánimo, le devolviera la inspiración para escribir y la motivación para trabajar, justo cuando más la necesitaba, había llegado, pero la ansiedad de no volverla a encontrar lo volvía a hundir en la misma aburrida rutina y el mismo ánimo.

Había sido una oportuna casualidad, así lo describiría él.

Con solo dos veces de haberla visto, le había traído cosas positivas y por lo mismo, por un momento cruzo por su cabeza que tal vez la había imaginado, tras la pequeña crisis de estrés que enfrentaba, no sería extraño que su cabeza ante la búsqueda desesperada de una salida de esa crisis la hubiera creado a ella. Por un momento se planteó esa idea tan irracional, ante semejante belleza, tantas sensaciones y tan inalcanzable encuentro. Pero no, estaba seguro que era real, tan real como ese gato frente a él que lo miraba con esos enormes ojos negros.

-No me mires así... -Reprocho a su minino que aún lo miraba atento.

En respuesta, el gato solo inclino un poco la cabeza tratando de entender el extraño comportamiento de su amo, pero si ni siquiera Sasuke lograba entenderse, menos el pobre minino.

Y es que, en un intento de despejarse, después de salir del trabajo, se daba un tiempo para salir a caminar, tomar aire y refrescarse e inconscientemente su vista paseaba por todos los lugares, en busca de ese pequeño destello rosado y brillante, con la esperanza de verla, de encontrarla y que por fin de nuevo el encuentro se diera, pero nada. Mismas calles, misma gente y misma decepción.

Deseaba ver si sus ojos serían un verde más obscuro o más claro de cerca, si su piel era tan suave a como se veía, si su cabello era tan sedoso a como lucia y si su voz era cálida y baja a como la imaginaba.

Se reprendió. Tenía que dejarlo. Había sido una casualidad, una muy hermosa y muy oportuna, pero no pasaría de eso. Las probabilidades de volver a encontrarla eran de una en un millón, sin tomar en cuenta que la ciudad contaba con más de tres millones de personas, eso definitivamente era decir mucho, era claro que nada estaba a su favor y que solo se estaba torturando absurdamente.

Suspiro con fastidio y de nuevo tallo su rostro con ambas manos ante los insistentes y desesperantes timbres de su celular. Se levantó del sofá y tomo su móvil.

Naruto:

-"Los escritos ya están en tu correo. Revísalos"-

Si, aun tenia trabajo.

Lo que había sido una casualidad se había convertido en algo tan significativo. Una atracción que posiblemente había ido más allá y no solo por el físico tan singular, no, estaba seguro que era algo más, podía afirmarlo, porque con una sola mirada, con solo observarla todo lo que le había transmitido, le había hecho sentir completo, pleno, le había proporcionado lo que le hacía falta, la luz, la inspiración y motivación. Le había hecho sentir lo que ninguna otra persona o mujer había logrado antes; ese interés, esa emoción, esa fascinación. No era solo su apariencia, claro que era hermosa, pero estaba seguro que detrás de toda esa belleza había más, mucho más y deseaba averiguarlo.

Con solo verla, le había proporcionado un poco de su esencia y era extraordinaria.

Sabía que ella era mucho más que solo una mujer hermosa, porque no cualquiera llamaba su atención y mucho menos a ese grado, siendo el tan especial y exigente con la gente que lo rodeaba. Sonaba absurdo, pero era como si el pudiera leer a las personas y ella con una sola mirada provoco que una extraña sensación recorriera todo su cuerpo, basto solo eso para sentir esta inexplicable conexión.

Sabía que todo en la vida era incierto y mientras seguía con su vida, quería guardar la pequeña esperanza de volverla a encontrarla.


GH

Capitulo nuevo, para un lindo inicio de semana.

Oportuna casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora