8 - Locos de amor

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¿Que se puede esperar de alguien que está tan dañado? Espero que no digas "Estabilidad mental" ¿Que opinara Conway?

Conway despertó en el suelo con brazos y piernas atadas, frente a él había un Gustabo sentado en una silla jugando con un cuchillo.

—Despertaste -le sonríe-.

—¿¡Que creés que haces gilipollas!? ¡Liberame ahora mismo!

—¿Porque? Fue de gran ayuda con mi plan y si le soy sincero, Conway, no quiero soltarlo.

—¿Que plan? ¿De qué hablas?

—El calaveras quería que secuestraramos a un policía, no importaba el rango, eso hicimos.

—Eres un hijo de la gran perra.

—Gracias por el cumplido -saca de detrás de él una máscara llena de sangre- es una lastima que Roy se haya confiado, esa fue su sentencia de muerte -tira la máscara al suelo- ya no hay más Roy. De nada.

—¿Está muerto?

—No realmente, supuse que usted querría tener un encuentro con el por las muertes de Ivanov, Torrente y del otro policía que no recuerdo su nombre.

—Quiero verlo, quiero hablar con él.

—¿Porque debería hacer eso por usted? ¿Que gano yo?

—Que no te maté, capullo.

En aquel lugar resonó la risa de Gustabo, una risa que era muy similar a la risa de Conway cuando demostraba su locura.

—A Gustabo no le importa morir -admitio con una sonrisa hablando en tercera persona- a Pogo tampoco le importa, Gustabo y Pogo solo quieren jugar con las mentes de Roy y Conway.

En ese momento el de rango superior comprendió que aquel rubio no estaba bien mentalmente (bueno, ya lo sabía de sobra), supuso que Pogo era una personalidad.

Gustabo se levantó de la silla y salió de aquel lugar, volvió a entrar arrastrando a Roy de la pierna, también estaba atado.

—Escuchen, realmente los odio, ustedes dos me tocaron los cojones de una forma que no imaginan, pero seré amable y permitiré que se maten entre ustedes. Es lo que querían ¿No?

Por la puerta entro el pequeño Horacio colocándose tras Conway y levantandolo con todas sus fuerzas, Gustabo dejo una pistola en el centro de la habitación y fue junto a Roy haciendo lo mismo que su hermano, ambos cortaron las sogas con una navaja liberando a ambos rivales, el de la cresta salió de ahí rápido antes de que pasara algo malo, Gustabo se quedó a ver el espectáculo de como Jack y Roy peleaban por aquella arma en el suelo.

El claro ganador fue el súper intendente, al principio el rubio pensó que solo le daría un disparo, pero grande fue su sorpresa al ver que aquel hombre metía miles de balas en aquel cuerpo ya sin vida, aquella sonrisa de satisfacción le decía que hace mucho tiempo que se estaba conteniendo.

Jack le apunto con el arma, pero noto algo, Gustabo estaba sonrojado, se mordia el labio, miro hacia abajo ¡Gustabo tenía una erección! ¿Acaso toda la situación le exitaba? No lo iba a negar, a él también se le estaba poniendo tiesa ¡Pero de verdad! Hace mucho que no sentía aquella adrenalina al perforar el cuerpo de alguien a balazos, pero no sabía que sentir al apuntarle al rubio y que a este solo le provocara más.

—¿Que sucede muñeca? ¿No harás nada, mariconetti? -sin dejar de apuntarle-.

—Ya te dije, no me importa morir -se acarca a él hasta quedar pegado al arma- no tengo nada que perder -toma la mano del contrario apuntando el arma directamente en su cabeza- disparame Jack, esto es algo que deseabas ¿No?

El pelinegro estaba impactado por la actitud del contrario, no se equivocaba, la situación era exquisita para Gustabo, y si era sincero también para él. Lo tomo de aquel cabello que ya estaba perdiendo el tinte y lo beso como si su vida dependiera de ello, el ojiazul le siguió el beso urgido, no había planeado que aquello lo llenará de adrenalina a ese punto, pero le encantaba.

Tiro el arma al suelo y tomo a Gustabo de la cintura apegandolo con poca delicadeza a la pared.

—Eres un sádico Jack Conway.

—No veo que eso te moleste supernena, parece facinarte.

Mientras tanto...
Horacio decidió salir de la casa, sabía que su amigo y su jefe se divertirían un rato, no quería escuchar los sonidos sexosos de parte de ellos resonando en toda la casa.

Subió a la motocicleta del vecino y arrancó a un lugar en específico: el bosque. Se adentro a lo más profundo encontrandose con un rubio de rastas.

—Gringo, es bueno verte.

—Hola takito ¿Que hiciste con el calaveras?

—Yo no le hice nada, tampoco Gustabo, se lo dejamos a alguien más.

—¿A Conway? Sabes que lo están buscando ¿No? Están todos muy desesperados.

—Lo sabemos, pero Gustabo tiene planes para él, parece que le funcionó, por eso estoy aquí.

—¿Que harán? No quiero que te pase nada.

—¿Te preocupas por mí?

—¿¡Que!? -le sale un leve sonrojo- claro que no, solo... ustedes dos son mis mejores clientes.

—Lo único que queremos es tener la libertad de mostrar nuestro verdadero ser como antes.

—¿Cómo estás antes?

—No puedo hablar de eso -baja la mirada- hice una promesa de nunca hablar de esa época, cause muchos problemas, sobre todo a Gustabo.

El de rastas tomo de los hombros al contrario dándole su apoyo, Horacio le sonrió levemente, llevaba mucho tiempo con aquellos demonios internos.

—Mate al prometido de Gustabo.

—¿Que? -sorprendido por aquella confesión- pero ¿Que no ustedes son como hermanos?  ¿Porque harías eso?

—Gustabo y yo antes de llegar a este lugar fuimos a otras ciudades, entre ella "El pueblo" para ese entonces teníamos otros nombres y eramos muy diferentes a como somos ahora. Entre a una mafia demaciado peligrosa, llegó un momento en el que me pidieron matar a un policía, el novio de Gustabo, así que me aleje de ellos -suspira- eso solo provocó que quisieran matarme, así que corrí con Gustabo para que me ayudara. Él le informo a los policías y... todo termino con la muerte de su pareja. Dice que no hay rencores, me iría, pero quiero proteger a Gustabo de él mismo, por eso sigo a su lado.

—Ahora entiendo porque estabas tan nervioso siempre que se reunían con la mafia -lo toma de las mejillas- no te volverá a pasar lo mismo, te lo prometo. Si ustedes dos quieren estar en este mundo, tener su propia mafia, yo te voy a cubrir la espalda, nadie te va a tocar.

Ambos se unieron en un beso sellando aquella promesa, Horacio no sabía lo que pasaría al volver a aquellos malos pasos, mientras que Gringo está dispuesto a cualquier cosa con tal de que aquel hombre con cresta de color (en este momento) gris no esté en peligro.

—Una cosa -llamo la atención del rubio- ya no me digas Tako, dime Joe.

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¿Quieren matarme por no poner el momento hot con Gustabo y Conway?

¿Gringacio?

¿Gringo y Horacio harán cruising? XD

¿Que pasará con Jack?

¿Gringo podrá mantener su promesa?

Gran Sed de Amor [Intenabo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora