"mi nombre es jennie y hago llorar a los nerds." - jennie
-¿Quién cogió mis libros?.- preguntó lisa a todos alrededor.
El salón quedó en pleno silencio. Alcé la vista, desinteresada, y volví a concentrarme en el color escarlata de mí esmalte para uñas. Alguien tendría que inventar un aplicador de esmalte, pensé. Odiaba tener que retocarlo cada día.
-devuélvemelos.- Exigió una voz a mi lado, pero seguí inmersa en lo mío.- dije que me los devuelvas.- repitió con mayor énfasis.
Cuando me di cuenta que se dirigía a mí, la miré. Ahí estaba lalisa manoban, intentando verse autoritaria, y fallando miserablemente. Podía ver qué su rostro fuese anguloso, y que sus rasgos proclamaba feminidad, pero su mirada de cachorro mojado y sus cejas de bebé le hacían perder cualquier rastro de mala que quisiese demostrar. Más aun, con sus anteojos cuadrados con aumento y su patético fleco. En conjunto, su rostro gritaba: ¡Soy nerd!.
-¿Devolverte qué?.- balbuceé, bajando la vista desde su rostro hacia el suéter verde, el pantalón negro de franela, y sus zapatillas negras.
-Mis libros.- reclamó. Levanté la mirada con rapidez, y un tinte rojizo se arremolinó en sus mejillas.
-¿De qué libros hablas?.- indagué, mirando a unos de mis compañeros, que lucían expectante a mi reacción.
- los que tenía encima de mi escritorio, tú me los quitaste. ¡Devuélvemelos!.- escuché unas cuantas risas alrededor, las cuales parecían deleitarse ante la escena frente a sus ojos.
Así que querían una escena. ¿Qué más se podía decir de mí?, Me pregunté. Lo peor ya lo habían dicho, ¿Que tan malo podía ser que me tomaran como roba libros?.
-No te los devolveré, sabelotodo.- dije con arrogancia, soplando las uñas de mis manos, en una increíble actuación de verdadera perra.
A lisa nunca antes le habia hablado, es decir jamás existió, ni existiría, un punto de convergencia entre la perra y la nerd de la preparatoria. Desde que habiamos comenzado la escuela, ella vivía encerrada en su mundo; entre las páginas de sus libros, supongo. Y en los tres años que llevábamos cursando las mismas clases, ni siquiera me había tomado el tiempo para bularme de ella y sus estúpidas cosas de niña inteligente ( aspecto que, seguramente, alguien paso por alto y no añadió a mi lista de las cosas malas que supuestamente he hecho). Es decir, ¿Por qué habría de tener tiempo para lisa, cuando podría estar teniendo sexo con medio mundo, abortando mis embarazos, rompiendo cosas a mi alrededor, y sobornando a los profesores? Irracional, sí.
-Los necesito.- se quejo lisa, entonces cuando la miré, el vidrio de sus anteojos parecía empañado. ¿Estaba llorando? Mierda, no.
El resto de mis compañeros comenzó a reír, y al instante, quise retractarme de haberle contestado de ese modo. Sabía lo que era que la gente se riera de uno. Horrible. Lo había vivido mis primeros años en la preparatoria, todos murmuraban a mis espaldas cosas hirientes. Había llorado a mares cuando llegaba a mi casa. Hasta que me había acostumbrado, no a llorar, sino a ignorar.
Pero ahora era yo la que había hecho sentir mal a otra persona, y yo no soy así.
Giré mi cabeza a ciento ochenta grados, y clavé mis ojos en Jin. Maldito idiota. No entendía como me había enamorado de el años atrás, quizás me había cautivado sus delusbrante ojos, pero no podía justificar que atrajese su nulo sentido del humor, ni esa arrogancia que se escondía en cada una de sus incipientes sonrisas, agradecí el momento en que se besó con jisoo, lo había odiado tanto que había terminado desenamorandome. Gracias al cielo.
-Eres el próximo en mi lista.- le aseguré, adaptando un tono que más que promesa advertía amenaza.
-Intentalo, perra.- gruñó, lanzandome un guiño.
Rodeé los ojos y volví mi vista adelante para encontrarme con que lisa no estaba. No había rastro alguno de ella.
-¿Quien le quitó los libros?.- pregunté, sabiendo que alguien le había jugado una broma.
-Tú. - Acuso emma, estirando uno de sus largos rizos castaños con su dedo.
-¿Quién le quitó los libros?.- repetí, ignorandola. Ella era castaña, sin embargo, era tonta como las rubias de las películas cliché, nadie respondió.- Respondan.- exigí, si. Saber por qué su silencio me molesta tanto.
-Fui yo dijo repentinamente free. Claro que había Sido él, imbécil.
¿Cómo no lo supuse? El maldito bravucon riéndose del indefenso nerd. ¡Que original!.- solo quería saber si la timida lisa sería capaz de hacerte frente.- se rió.- ¿Por qué le dijiste que había Sido yo?.- mascullé, insegura de preguntar.
-¡Que perra!.- escupió, mirándome con desagrado.- como se te nota que eres ingreida, ¿Eh? Ni siquiera miras a tu alrededor. Para ti todo es "yo esto", " yo lo otro". Yo, yo, yo. Típico de perras como tú.- Agregó, meneando La cabeza.- estás tan sumido en tu propio mundo que no advierten a que la tonta y timida nerd a la que acabas de insultar está pateticamente enamorada de ti.- canturreó con tono meloso.
¿En serio? Rei con fuerzas.
No le bastaba con decir que era asesina, que mataba a los niños que llevaba dentro de mi barriga a causa de inexistentes relaciones sexuales, que hasta en ventana rumores acerca de una nerd enamorada de mí, increíblemente penosa mi vida, sí.
-Dejate de estupideces, drew.- pedí, si poder esconder mi indignación, y a la vez, incapaz de contener la risa que me causaba tal disparate.- y por favor, devuélvele los libros a lisa.
-¡No me digas que ahora te preocupa una ilusa niña llorona!.- exclamó Jin, interviniendo, y haciéndose presente su tono sarcástico.
Arqueé mis cejas con repugnancia.
-Claro que no, idiota. Sólo no quiero que mi conciencia cargue con la culpa de haber hecho llorar a una nerd.- dije escéptica, y me senté correctamente mientras veía cómo la profesora de historia entraba al salón.
ESTÁS LEYENDO
estúpida Lisa (Jenlisa Adaptación)
Fanfiction-¿que quieres de mi? -quiero que tus malditos labios se posen sobre mis malditos labios, y que nuestras malditas bocas encajen como un maldito rompecabezas. -¿que se supone que...? - bésame. ¿ o es que acaso una nerd como tú no entiende el vocabular...