capitulo 6

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"si tenerla lejos es doloroso, tenerla cerca es peor."Lisa

-Mierda.- mascullé, cerrando de un portazo la puerta de mi casillero.

-¿Lisa?.- Escuché que alguien susurró a mi lado.

Arrugué el trozo de papel entre mis dedos y giré mi cabeza hacia la voz. Una sonrisa timida me recibió en el rostro de rosé, pero sus cejas estaban fruncidas.

-Hola. Yo...yo...-tartamudeó un buen rato ella, y se encogió de hombros.-¿Estás bien?.- preguntó al final, torciendo sus labios.

-Si.- mentí, apretando los puños.

Por unos segundos, rosé retorció un mechón de cabello entre sus dedos, y entonces abrió la boca otra vez.

-Entonces nos vemos mañana, adiós.- saludo no muy segura, y se fue por el pasillo.

Cuando ví su cuerpo alejándose,el cabello rubio balanceadose por su espalda, me insulté a mí misma. Rosé no tenía la culpa de que mi humor estuviera por el piso, mucho menos, que yo estuvise enamorada de jennie. Al pensar en su nombre, vino a mi cabeza la nota que había encontrado en mi casillero segundos antes.

"Creí que diciéndote sabelotodo me odiarías, pero al parecer sigues enamorada de mí, pobre de ti, ilusa niña lloróna".

Caminé por el mismo corredor por dónde se había ido rosé, y antes de salir al patio, arroje el papel que tenía en la mano en un cesto de basura. Y mientras buscaba con la mirada a la rubia que había querido entablar conversación conmigo y yo había ignorado con mi indiferencia,me juré olvidar a Jennie. Olvidar sus ojos, su sonrisa, su...todo! Suspire consternada.

Dos días han pasado desde que solté el último suspiro por Jennie. Y déjenme decirles, es todo un récord de mí parte, además de un total y completo sacrificio. Odio tener que admitirlo, pero es difícil no mirarla... Sobre todo cuando me lo he prohibido yo misma.

-Aqui, lisa.- me llamo rosé, agitando su mano encima de la cabeza, desde el otro extremo de la cafetería.

¿Que puedo decir? La rubia es una de las causas por las he estado tanto tiempo sin mirar a jennie. Rosé es mi nueva "amiga", si es que se le puede llamar así a una chica que apenas conozco y que se sienta desde hace dos días junto a mí en la cafetería.

Le sonreí, al ver sus pecas, y caminé hasta estar a su lado.

-Hola, rubia.- Le dije, dejando mi bandeja con la especialidad del día sobre la mesa.

-Hola, castaña.- me dijo de vuelta.

Con rosé todo era fácil. Reír. Pensar. Hablar. Estudiar. Era una chica con la que tenía muchas cosas en común, sobre todo, la parte donde las dos éramos nerds. Y a las dos nos gustaba apodarnos según el color de cabello.

¿Comida misteriosa?.- indagó, arrugando la nariz hacia la bandeo con unos raros trozos de verduras o vaya a saber qué.

-Eso parece.- Asentí no muy segura.

El resto del almuerzo fue bastante divertido, y no solo porque con ella podía hablar de mis series favoritas, los libros más profundos que había leídos, los mejores profesores de matemáticas o los últimos descubrimientos científicos, sino también porque rosé era sumamente divertida...y sabía imitar bastante bien la voz de Gollum diciendo "mi precioso" cada vez que agarraba su PSP o su móvil para jugar al candy crush.

-No estaba tan mal después de todo.- susurré cuando por fin termine de comer las verduras con trozos de carne.

-Pero admite que estaban más sabrosas mis papás fritas.- se jactó ella, y tras llevarse la última a la boca, masticó y me sonrió con falsa arrogancia.- Oh, es cierto, no te convidé.-

estúpida Lisa  (Jenlisa Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora